Los Guachimontones, un encuentro con el pasado

GUADALAJARA, JALISCO (16/ABR/2011).- Hace calor, sí… por eso no debe faltar la manga corta en este periodo vacacional, aunque el Sol es tan intenso que valdría la pena no olvidar en casa el bloqueador, artículo indispensable para la travesía recomendada para este día.

Situada a una hora y media de distancia de Guadalajara, se encuentra una peculiar zona que en poco tiempo ha logrado que los investigadores del mundo pongan sus ojos en el Estado de Jalisco, una tierra rica en historia y tradiciones.

Se trata del sitio arqueológico Los Guachimontones, un rincón que se encuentra en el municipio de Teuchitlán. El lugar se caracteriza por estar colmado de extrañas pirámides circulares, conocidas como “guachimontones”.

Su hallazgo se acredita a Phil Weigand, un arqueólogo estadounidense que llegó a esta parte del mundo para quedarse, para concentrarse en la búsqueda y protección de esas piedras antiguas que aseguran la existencia de una importante cultura en el Occidente de México, lo que ha sorprendido a muchos, algunos todavía incrédulos sobre la existencia de un sitio como éste en la región.

Aunque la primavera ha llegado, las estructuras todavía lucen secas, faltan las lluvias para colmar de verde el lugar. Sin embargo, ello no resta belleza a esta zona arqueológica, cuya cultura se asume alcanzó la cúspide de su florecimiento durante el periodo clásico (200 y 400 d.C.)

Se dice que hoy en día es el octavo sitio arqueológico en el país con más visitas, pues se trata de un espacio digno de conocerse, sobre todo siendo jaliscienses, pues forma parte de la historia de lo que fuimos y lo que hoy somos.

Esta zona arqueológica abarca una superficie de 19 hectáreas, en las que se encuentran 10 edificios circulares, dos juegos de pelota, plazas rectangulares, unidades habitacionales y terrazas de cultivo.

Desde 2008 se trabaja en la creación de un centro interpretativo en la zona arqueológica, pero hasta el momento éste no se ha concluido, de tal suerte que los guías del lugar y las propias estructuras son la única opción para adentrarse en este histórico paisaje.

Un poco de historia

En el año 1000 antes de Cristo, aproximadamente, floreció en las cercanías de Teuchitlán una civilización a la que hoy en día se conoce con el nombre de “Tradición Teuchitlán”, cuyo mayor apogeo se dio hacia el año 200 después de Cristo (d.C.) y se estima su desaparición en el año 500 d.C.

La influencia en los pueblos aledaños ejercida por la “Tradición Teuchitlán” se extendió incluso más allá de las faldas del volcán de Tequila, hasta Colima, El Bajío, Sinaloa y Zacatecas.

Arquitectónicamente, la tradición se caracteriza por la construcción de edificios circulares de gran tamaño, conocidos hoy como “guachimontones”, que significa lugar de guajes. El sitio arqueológico de Los Guachimontones fue el centro rector de la “Tradición Teuchitlán”.

El nombre de este municipio plagado de riquezas históricas y misticismo ha cambiado a lo largo del tiempo; en un primer momento se le conoció como Teotzintlán, que en náhuatl significa “Cerca de Dios”. No obstante, en la actualidad Teuchitlán se entiende como “El lugar del dios viejo”.

Antes de la llegada de los españoles, el pueblo era regido por Etzatlán, pero en 1524 fue conquistado por Francisco Cortés de San Buenaventura, y seis años más tarde, Nuño de Guzmán se apropió de la región.

En 1825, Teuchitlán era un pueblo con ayuntamiento y comprendía las siguientes haciendas y ranchos: Las Fuentes, Estanzuela, Labor, Paso de Flores y Laja. Desde esa misma fecha también perteneció al quinto Cantón de Etzatlán hasta 1872, año en que comienza a depender del decimosegundo Cantón de Tequila.

En 1837 la población era ya cabecera del municipio, según se desprende del decreto del 6 de octubre de ese año.

No olvides llevar:

Gorra o sombrero.
Zapatos cómodos.
Bloqueador solar.

Para tomar en cuenta

Una vez en el sitio arqueológico, se recomienda:

Respetar los señalamientos de la zona.
No subirse a los círculos.
Seguir los senderos de visita en el sitio.
No tirar basura.
No llevar alimentos ni bebidas embriagantes.

Puntos de interés

Ya que se está en el sitio arqueológico de Los Guachimontones, se puede aprovechar para conocer algunos otros atractivos turísticos y culturales que se encuentran cercanos a la región, todos ellos de gran belleza y riqueza histórica, lo que le ha valido a la zona –el Paisaje Agavero, como se le conoce en su totalidad– el reconocimiento de la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad.

Ruta del Tequila

Destino turístico que conecta los municipios de Arenal, Tequila, Magdalena y Teuchitlán, en una experiencia única, trazando la zona tequilera, en donde tus sentidos reaccionarán a los estímulos ambientales, arquitectónicos, culturales, sociales y de tradición, elementos certificados por el Consejo Regulador del Tequila, por su servicio, productos e instalaciones.

Laguna de Teuchitlán

En tiempos de la “Tradición Teuchitlán”, en esta zona existía un enorme lago; sin embargo, éste fue secado a la llegada de los españoles para explotar el suelo para el cultivo, cosa que no tuvo buen fin, pues las sales de la tierra impidieron el libre crecimiento de las especies sembradas. En el siglo XX, se construyó una cortina para dar origen a lo que hoy se conoce como Presa de La Vega.

Loma Alta

Cercano a Los Guachimontones se encuentra este sitio, del que todavía hay mucho por explorar. La zona arqueológica posee un centro ceremonial, un juego de pelota y varias plazas cerradas por estructuras cuadradas o rectangulares. Además, al Norte del centro ceremonial se encuentra una planicie de aproximadamente 500 metros de largo por 150 metros de ancho, donde actualmente existe un paisaje agavero. La importancia de esta planicie radica en la serie de plataformas habitacionales que se extienden a lo largo de la barranca El Cajón.

El Pedernal

El yacimiento se considera uno de los más importantes en el Occidente del país, debido al tamaño y la calidad de la materia prima. Se estima que su antigüedad se remonta al Terciario, y cuenta con dos coladas de lava, una sobre la otra, por lo que se pueden observar distintas variedades de obsidiana.

Para comer

Si bien la zona arqueológica de Los Guachimontones se presta para pasar un día agradable recorriéndola, lo mejor es pensar en comer en otro sitio, pues no se permite el ingreso de alimentos. Lo recomendable es visitar alguno de los restaurantes que se encuentran cercanos a la región.

Por un lado, está la opción de visitar la cabecera municipal de Teuchitlán y degustar un rico platillo en el mercado principal; en este caso lo ideal es llegar temprano para alcanzar la mayoría de los puestos abiertos.

La Presa de la Vega ofrece también una gran variedad de restaurantes, todos de excelente calidad y que se ajustan a los bolsillos de todos los comensales. La especialidad son las ancas de rana, que se sirven a la mantequilla, a la diabla y al mojo de ajo.

Si el paladar no desea arriesgarse, está la opción de otros platillos deliciosos: mojarras doradas acompañadas de salsa roja y diversos chiles, carpas en caldo, tortitas de camarón o chiles rellenos con este crustáceo.

Y para tomar, la especialidad de Teuchitlán: el Campesino, preparado con tequila, jugo de naranja, un limón, sangrita y sal de grano.

¿Cómo llegar?

En camión

Transportes Etzatlán te lleva a Teuchitlán. Sale de la Antigua Central Camionera (Avenida Dr. R. Michel y 5 de Febrero) cada 20 minutos, desde las 5:20 hasta las 21:00 horas.

En auto

Tome la carretera hacia Tala, en la primera salida, pasando este municipio, hay que dar vuelta a la derecha en el letrero que dice a Etzatlán y Ahualulco del Mercado; 12 kilómetros adelante encontrará Teuchitlán.