Viernes, 22 de Noviembre 2024
Jalisco | La ciudad y los días por Juan Palomar Verea

Lo que vale un árbol

El equilibrio de la ciudad es cada vez más precario. Los árboles son invaluables aliados para conseguir ese equilibrio

Por: EL INFORMADOR

Es frecuente considerar a los árboles como simples objetos ocupando un espacio en la ciudad. Los viejos árboles, en China, son tratados como personas. Esta creencia de culturas antiguas y sabias puede ayudar a situar mejor el asunto. Un árbol es un ser viviente que aporta con su vida una larga serie de beneficios al entorno en el que se ubica: limpieza y frescura del aire, retención de polvos y contaminantes, amortiguamiento del ruido, sombra cada vez más necesaria, armonía visual, habitación para los pájaros.

En términos monetarios, estudios realizados por una universidad norteamericana establecieron un costo directo promedio, para un árbol adulto y desarrollado, de 18 mil dólares. También se podría analizar el costo de los servicios ambientales aportados al contexto, y totalizarlo en la vida útil del ejemplar; este costo sería muy superior.

A la luz de todos estos argumentos, sería esperable que los árboles con que contamos en la ciudad fueran cuidados escrupulosamente. En días pasados, cinco árboles adultos, fresnos y jacarandas, fueron talados de la banqueta poniente de Avenida Chapultepec, entre Vidrio y Mexicaltzingo, donde se construyen cuatro nuevos edificios habitacionales y un centro comercial. Resulta difícil de entender esta medida. Sin duda la autoridad municipal habrá de exigir la sustitución de los ejemplares indebidamente derribados, compensando justa y efectivamente la pérdida de un patrimonio natural público.

En otras ocasiones existen árboles ubicados en el interior de los predios privados. Así como hay edificaciones patrimoniales privadas que por ley es necesario preservar, es necesario preservar los ejemplares arbóreos cuyo valor patrimonial y ambiental signifiquen un valor en la comunidad. Y esto no imposibilita el aprovechamiento de los predios. Un arquitecto solvente sabe que los árboles patrimoniales son elementos que benefician a un proyecto adecuado, y antes que considerarlos como mermas en la eficacia o la calidad de la intervención, sabe que son oportunidades y activos valiosos para ser aprovechados. Es importante recalcarlo: un arquitecto solvente.

Otro caso es el de los puentes peatonales sobre López Mateos Sur que el Ayuntamiento de Zapopan decidió convertir en soportes para grandes anuncios. Además de arruinar la perspectiva urbana, la buscada “visibilidad” de esos anuncios constituye un permanente atentado más contra el arbolado citadino. ¿Cuánto podrá ganar así el Ayuntamiento de Zapopan? ¿Cuánto perdemos todos en armonía urbana, en servicios ambientales, en calidad de vida?

El equilibrio de la ciudad es cada vez más precario. La calidad de vida en los contextos urbanos tapatíos depende de la observancia de criterios de sustentabilidad que son más que nunca indispensables. Los árboles son invaluables aliados para conseguir ese equilibrio. Es preciso defenderlos, uno por uno. Y plantar más.

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