Jalisco | En tres patadas por Diego Petersen Farah Lo que pasa en Las Vegas Lo que ya no tiene remedio es la imagen de frivolidad que está generando la administración municipa Por: EL INFORMADOR 2 de diciembre de 2010 - 05:46 hs Lo que pasa en Las Vegas no se queda en Las Vegas. Al contrario, sale en los periódicos, en los noticieros de televisión, de radio, en internet y se comenta en todos los pasillos, facebook y twitter. El Gobierno municipal de Guadalajara se está metiendo en camisa de 11 varas por puras tonterías. No son problemas por el ejercicio de Gobierno o por toma de decisiones, que siempre son complicadas; son por verdaderas tonterías de forma, pero que esbozan un patrón de actuación que comienza a ser preocupante. El primer escándalo fue del propio alcalde, quien viajó a Las Vegas aparentemente acompañado por una regidora (lo único que sabemos de cierto es que iban en el mismo avión). Nada tiene de malo ir de vacaciones a Las Vegas (el mal gusto todavía no es delito en este país). Si iba solo, acompañado o en excursión del colegio, es un tema estrictamente personal que nada tiene que ver con nosotros los gobernados. De eso no tiene, ni debe, darnos cuentas. El problema es que el presidente municipal Aristóteles Sandoval, primero obvió un reglamento, es decir se olvidó y no creyó importante pedir permiso para ausentarse. Ése es un problema administrativo menor pero que alguien que no quiere problemas y quiere ser candidato, lo cuida. El segundo error fue en el manejo de prensa: verdades a medias, silencios, huecos de información que provocaron que lo que era un asunto menor se convirtiera en comidilla. Todavía caliente el asunto del alcalde, sale el de su contralor, Víctor Urrea, quien viajó con proveedores del Ayuntamiento, también a Las Vegas. El patrón es idéntico: mentiras, negación del hecho, mal manejo de prensa y peor manejo de la crisis posterior. El señor contralor, como cualquier ciudadano, tiene derecho de ir a donde quiera y con quien quiera en su tiempo libre, el problema es que lo hizo tomando tiempo laboral, no pidió permiso y viajó con proveedores. Más allá del resultado de la investigación, el dilema para el alcalde es cómo sostener a un contralor que ha perdido la confianza de los ciudadanos. Dejarlo tiene un costo externo muy alto para Aristóteles; correrlo tiene un costo interno, con los aristogatos (el contralor pidió, por lo pronto, permiso sin goce de sueldo, pero tarde o temprano tiene que haber una salida definitiva a este tema). Lo que ya no tiene remedio es la imagen de frivolidad que está generando la administración municipal. El daño que se hizo a sí mismo el alcalde, más lo que le abonó el contralor, le está creando una mal ambiente con la sociedad. Estos “pequeños” errores le pueden costar a Aristóteles más que cualquier decisión o indecisión. Los que le pelean la candidatura deben estar relamiéndose, viendo cómo el precandidato número uno del PRI a la gubernatura se cae sin que nadie le meta la zancadilla. Lo que pasa en Las Vegas, se refleja en las encuestas Temas Diego Petersen Farah En tres patadas Lee También Sociales: 21° Torneo Adolf Horn de American Chamber México | Capítulo Guadalajara NFL: Los Ravens dominan a los Chargers Oktoberfest 2024: una tarde de intercambio culturalconvivencia alemana Sociales: Santiago Méndez Díaz, bautizo y cumpleaños en familia Recibe las últimas noticias en tu e-mail Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones