Jalisco | En tres patadas por Diego Petersen Lo interesante y lo importante Las manifestaciones de uno y otro bando fueron esperadas y lógicas Por: EL INFORMADOR 23 de agosto de 2010 - 05:12 hs Podemos estar de acuerdo o no con el cardenal tapatío Juan Sandoval Íñiguez, pero su papel como arzobispo es defender los preceptos de la Iglesia Católica. Podemos, eso sí, cuestionar su formas y su falta de respeto a las instituciones (el “al diablo con sus instituciones de López Obrador” fue una dulzura comparado con lo que hizo el cardenal con la Corte, pero ese es otro asunto). La marcha organizada por la Iglesia Católica en defensa de lo que ellos sostienen debe ser “la familia” es perfectamente válida, y que su pastor los convoque a defender sus ideas no sólo es normal, es lo deseable en una vida pública democrática y plural. Que los defensores de los derechos de los homosexuales salgan a la calle a manifestar su júbilo por la resolución de la Corte y a protestar contra los insultos del cardenal es absolutamente válido y deseable. Es a través del debate y de la manifestación pública de las ideas como se construye la República (la cosa pública). Sean homosexuales o heterosexuales (porque en esta ciudad cualquier defensor de los derechos de los homosexuales se convierte en gay o candidato a gay) los ciudadanos que salieron a manifestar su repudio a las palabras del cardenal Sandoval y a festejar la ratificación de la Corte al derecho de los homosexuales a la adopción, están construyendo ciudadanía. Lo que es increíble es que la Secretaría General de Gobierno no haya dialogado con las partes para evitar que las manifestaciones se hicieran en el mismo lugar y a la misma hora. En las marchas del sábado, ambas muy poco concurridas, se toparon unos y otros y hubo momentos de tensión e insultos que resolvieron bien los mismos ciudadanos de uno y otro bando. No sólo tenemos un secretario de Gobierno en campaña para gobernador desde hace cuatro años, sino que en este caso particular, Fernando Guzmán es partidario y militante de una de las posturas (la del cardenal, por supuesto) y lejos de ser un elemento de conciliación, es un punto de confrontación. Sin dejar de discutir todo lo que sea necesario el tema, debemos tener claro tres cosas: La primera es que se trata de un debate ideológico que en este momento no tiene ningún efecto sobre nuestra vida cotidiana; si hay más o menos candidatos al infierno ese no es un tema del Gobierno de Jalisco. Segundo, que las resoluciones de la Corte nos obligan a todos, independientemente de nuestras creencias. Un matrimonio de personas del mismo sexo que, hipotéticamente, lograra adoptar a un niño, tendrá que ser reconocido y respetado en Chihuahua, Tlaxcala, Puebla y Jalisco. Si a las autoridades en turno (porque si algo es seguro es que las que están ahora se van a ir y llegarán nuevas) les gusta o no les gusta, es otro tema. Y tercero, que tanto los homosexuales que se preocupan por el tema de los derechos gay, como el porcentaje de católicos a los que este tema les quita el sueño son, ambos, minorías en sus propias comunidades. Este es, pues, un debate más interesante que importante. Temas Diego Petersen Farah En tres patadas Lee También Sociales: 21° Torneo Adolf Horn de American Chamber México | Capítulo Guadalajara NFL: Los Ravens dominan a los Chargers Oktoberfest 2024: una tarde de intercambio culturalconvivencia alemana Sociales: Santiago Méndez Díaz, bautizo y cumpleaños en familia Recibe las últimas noticias en tu e-mail Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones