Lluvia deja cientos de casas inundadas en El Deán

GUADALAJARA, JALISCO (24/JUN/2015).- Poco antes de las diez de la noche del martes la lluvia comenzó a caer en Guadalajara. Era tupida y constante, de esas que duran largo rato y traen mucha agua. María del Socorro Rojas Rivera veía desde la ventana de la casa de su hermano, en la calle Balderas de la colonia El Deán, cómo el nivel subía. Junto con la colonia Higuerillas, en El Deán es común ver batientes muy altos de ladrillo en las puertas de las casas, casi como diques, que generalmente marcan el nivel hasta donde llega a subir el agua. Pero en esta ocasión fueron sobrepasados.

Hacia las 12 de la noche María del Socorro vio cómo el agua comenzaba a disminuir: "Dijimos 'ya, ahora sí vamos a poder dormir'; 'espera que baje más'. Y ya que vemos que comenzó a llegar agua con mucha fuerza, con musgo, eso verde, iba subiendo y subiendo". El agua bajó y subió y bajó y después subió y ya no bajó porque se desbordó el vaso regulador del parque El Deán, dijo la mujer.

El agua alcanzó como metro y medio desde el nivel de la calle, suficiente para brincar el batiente y anegar las habitaciones con medio metro de agua: "Como unos cuatro años que no pasaba eso, a esta altura nunca había subido", dijo ella mientras un par de bomberos de Guadalajara sacaban a baldes el agua de su casa.

Para las dos de la mañana todo era un manglar. Los vecinos se quejaron de que los bomberos no llegaron como en otras ocasiones, aunque lo cierto era que poco se podía hacer: no había alcantarillas tapadas, sólo demasiada agua.

Por la mañana, las calles de El Deán, Higuerillas y la Ferrocarril lucían con encharcamientos, enlodadas y con bomberos que iban y venían con mangueras para limpiar con más agua la suciedad. Se contaron 599 casas afectadas.

Dora Judith Gutiérrez García, quien vive en la esquina de la Calle 14 y Balderas, veía las labores desde la banqueta. En el interior de su domicilio puro lodo y agua: lo perdió todo pues la subida del nivel le tomó por sorpresa: "Es que subimos el refrigerador pero ya estaba todo mojado, ahorita ya no prendió".

Dijo que hace cuatro años que no le subía el agua, menos así: "Cada que llueve abren las compuertas, ahora estaban cerradas". Su marido tuvo que abrir un boquete de unos 40 por 40 centímetros en el suelo del patio para que se drenara el agua que había dentro de la casa.

Su vecina, María Asunción Medina Esparza, padeció de lo mismo. Sólo quedaron secos los colchones de las dos camas del cuarto del fondo. Incluso su hijo no durmió en casa: "Sale de la hemodiálisis a las doce y media de la noche y pos no pudo entrar, hasta ahorita en la mañana, y él bien malo".

Y los autos. Los vecinos recordaron que por la madrugada sólo los toldos se les veían. Al mediodía del miércoles decenas de vehículos eran atendidos por sus dueños que trataban de resucitarlos: "Éste ya no prendió", señaló un vecino que quitaba la basura al motor. ¿Y el aceite? Se fue flotando.

Según autoridades de Guadalajara, fueron 599 casas y seis bodegas las inundadas, de las que 490 eran de El Deán e Higuerillas y 98 en la Ferrocarril (aunque Protección Civil del Estado dijo que eran 150 en esta última).

Los moradores se preguntaban por qué esta vez no llegaron autoridades a ofrecerles apoyos, como María Asunción, que contaba sus pérdidas en 20 mil pesos, o Francisco Reyes Ibarra, quien perdió además la mercancía de su negocio, quien pedía la presencia del alcalde: "Es que Ramiro (Hernández) no hace nada, nomás está en la oficina. Él no sale".