Libre convivencia, opción en debate sobre derechos

GUADALAJARA, JALISCO (09/MAY/2013).- El debate sobre la existencia de uniones civiles equiparadas, o no, al matrimonio tradicional, no es nuevo. Por el contrario, se ha discutido intensamente al menos por una década. El cambio demográfico y el avance de reformas en otros sitios del país como el Distrito Federal (DF) han provocado que modificaciones en esta materia tengan menos resistencias que en el pasado. Incluso, los fallos de la Suprema Corte de la Justicia de la Nación (SCJN) han hecho que, por ejemplo, el tema de las uniones entre personas del mismo sexo sea visto como un asunto más de derechos que ideológico.

A este respecto, el diputado local Enrique Velázquez, del Partido de la Revolución Democrática (PRD), quien presentó una iniciativa denominada Ley de Libre Convivencia que busca extender los derechos del matrimonio y del concubinato a otro estado civil distinto, consideró que es momento de ver este debate de una forma pragmática, que permita una salida a las posiciones irreconciliables que han primado en el debate: “Les he pedido a mis compañeros diputados, y a la sociedad en general, que vean nuestra iniciativa bajo la óptica de los derechos humanos y no con los lentes de la ideología. Es momento de resolver y generar acuerdos”.

La SCJN ya se ha pronunciado en distintos momentos sobre el tema. La primera sentencia de la Corte fue en 2010, ante una acción de inconstitucionalidad presentada por el procurador general de la República de aquellos años, Arturo Chávez. La resolución, al final, dirigida por el ministro Sergio Valls, concluyó que la norma de matrimonios homosexuales aprobada en el Distrito Federal no contenía elementos anticonstitucionales. Por lo tanto, el fallo dejó en claro que este tipo de reformas eran constitucionales.

Lo mismo sucedió en Oaxaca este año, donde parejas de personas del mismo sexo le exigieron a la SCJN que obligara a Oaxaca a legislar en la materia para respetar sus derechos a contraer nupcias. “No falta mucho para que la Corte nos obligue a legislar en esta materia. Creo que tenemos que ver el tema como de extensión de derechos: nadie pierde ningún derecho, simplemente se amplía la base de beneficiados del sistema constitucional”, consideró el diputado Velázquez.

La argumentación matriz de la Corte son precisamente los derechos y la protección constitucional. La SCJN considera que no hay “razón para negarles el matrimonio a dos personas del mismo sexo”. En este sentido, el legislador del sol azteca cree que, si bien existen fuerzas políticas y ciudadanos en el Estado que no estarían dispuestos a aceptar modificaciones al matrimonio tradicional, es muy probable que puedan adherirse a una reforma donde los derechos están en el centro y que los amplíe, pero sin modificar la institución matrimonial tradicional.

“Las encuestas nos dejan una realidad clara: la mayoría de los tapatíos está a favor de la extensión de derechos, pero no de que se llame ‘matrimonio’ a ese tipo de uniones. Esta reforma es posible, e incluso los grupos que promueven el matrimonio entre personas del mismo sexo ya se han manifestado a favor de la iniciativa”.

A escala nacional, los datos de la encuestadora Parametría también reflejan que la resistencia de los ciudadanos no está en los derechos, sino en el concepto de matrimonio. En diciembre de 2012, sólo 39% de los mexicanos se manifestaba a favor del matrimonio homosexual. Sin embargo, el apoyo se ha duplicado en una década: en noviembre de 2003 el apoyo al matrimonio entre personas del mismo sexo sólo era de 17 por ciento.

A pesar de esto, si se retira el nombre de “matrimonio”, casi seis de cada 10 mexicanos apoyan la reforma. “Hasta las autoridades de la iglesia han señalado que apoyarían una figura de extensión de derechos que no fuera llamada matrimonio. Aquí tenemos la oportunidad de encontrar consenso, no la desperdiciemos”, concluye el legislador.

LOS PUNTOS CLAVE

MATRIMONIO La iniciativa no   contempla modificar el Código Civil del Estado, el cual señala que el matrimonio es entre hombre y mujer; se adhiere una figura nueva a la ley.

CONCUBINATO El concubinato es sólo para hombre y mujer, mientras que libre convivencia es para personas del mismo sexo o diferentes. El concubinato, a los cinco años sin hijos y a los tres años con hijos, desarrolla derechos similares al matrimonio.

PREFERENCIA No  va dirigida a ninguna preferencia. Se puede formar una libre convivencia entre dos hermanos, dos amigos o entre personas de edad mayor.

REFORMA SIMPLE No es reforma constitucional. Sólo es necesaria una reforma simple; con 21 diputados se puede añadir a la ley.

IGLESIA La Iglesia ha aceptado figuras alternativas. El cardenal José Francisco Robles Ortega ha señalado que la Iglesia Católica puede aceptar otras figuras mientras las reformas no contemplen la modificación del matrimonio.

DISOLUCIÓN A diferencia del matrimonio, la libre convivencia se disuelve con la voluntad de una de las partes, no hay causales. Luego, una de las partes tiene derecho a exigir pensión alimentaria por el tiempo que duró la unión, si prueba necesidad económica.

NUEVO ESTADO CIVIL
Incluye los derechos

Reconocimiento de la unión por el Estado.

Seguridad jurídica.

Reconocimiento de la unión como estado civil.

Derecho de otorgarse y recibir alimentos.

Derechos hereditarios.

Derechos de tutela.

Derechos de seguridad social.

Derechos patrimoniales.

Voluntad unilateral de terminación.

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