Miércoles, 27 de Noviembre 2024
Jalisco | En tres patadas por Diego Petersen Farah

Lección de ineficacia

Si la política, como dicen los clásicos, es el arte de lo posible, la eficacia es un valor fundamental

Por: EL INFORMADOR

Diego Petersen Farah.  /

Diego Petersen Farah. /

Según la Real Academia de la Lengua (la misma que le birló el acento al tahur), eficacia es la capacidad de lograr el efecto que se desea o se espera. Si la política, como dicen los clásicos, es el arte de lo posible, la eficacia es un valor fundamental. Un político o grupo político que no logra acercarse, en lo posible, a lo ideal, no tiene futuro. Para imaginar el mundo bastan los cafés; para construir el mundo hay que hacer política.

Desde el punto de vista de la eficacia es incomprensible lo que hizo el Congreso con el presupuesto 2011. El camino por el que optó no lleva a ningún lado. ¿Qué sentido tenía cambiar todo el presupuesto que envió el Ejecutivo, a sabiendas de que no tenían ni el consenso para operarlo ni la mayoría para imponerlo? Si alguien sabía que el resultado de este jaloneo iba a ser que terminaríamos el año sin acuerdos eran los diputados, y si alguno de ellos se imaginó algo distinto mejor que se dedique a otra cosa.  

Los más afectados con el veto de facto al presupuesto son el Congreso y la Universidad de Guadalajara. Los dos alegaron durante todo el año una falla de origen en el presupuesto 2010, que les impedía concretar sus labores correctamente. En lugar de negociar con el Ejecutivo una mejor condición para el próximo año, se lanzaron con todo, resignaron a su leal saber, entender y  conveniencia el presupuesto, pero se les olvidó que había alguien enfrente. Es tan infantil la actuación del Congreso, que cuesta trabajo entenderla.

La única explicación posible es que los diputados del PRI, PRD y Verde fueron arrastrados por la lógica del conflicto entre el Gobierno del Estado y la Universidad de Guadalajara. Tan es así que resolvieron su problema de flujo con el sindicato universitario porque perdieron toda comunicación con el Ejecutivo estatal. Pero independientemente de quién tenga la razón, quién es el bueno y quién el malo de la película, por eficiencia política era evidente que el Congreso, y particularmente la fracción del PRI, no podía perder el diálogo con el Ejecutivo.

El resultado fue el peor para todos. El Gobierno debe operar con un presupuesto que nada tiene que ver con sus prioridades para 2011. Todas las propuestas de los diputados quedaron en el olvido y la Universidad de Guadalajara tiene el mismo insuficiente recurso que el año pasado. Una verdadera lección de ineficacia política.

PD. Nos vemos en tres patadas, el 3 de enero.

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