Jalisco | En tres patadas por Diego Petersen Farah Las últimas siete palabras El asesinato de Lennon marcó su futuro, como símbolo, y resignificó su pasado Por: EL INFORMADOR 8 de diciembre de 2010 - 02:37 hs Diego Petersen Farah. / Si hubiera que elegir al personaje más influyente de los últimos 50 años, John Lennon estaría en la lista, y punteando. Si alguien cambió la manera de ver el mundo, o más bien, si alguien encarna este primer cambio cultural a nivel global que se dio en los años sesenta y setenta, ése es sin duda el Beattle mayor, sir John Winston Ono Lennon. Hay otros prototipos de rockero, pero si alguno representa al rock en sí mismo es Lennon; hay y hubo muchos rebeldes, pero el autor de Imagine es el gran rebelde; hay muchos provocadores, pero el primer provocador mediático fue John. Hay rockeros que siguen líneas, escuchan a unos y denostan a otros, pero ninguno se puede dar el lujo de no haber escuchado a Lennon. No podemos saber cómo sería el mundo sin Lennon, lo único que sabemos es cómo era el mundo antes de Lennon. No podemos decir que el cambio lo hizo Lennon, porque son muchísimos los factores de la revolución pop de los sesenta, pero podemos estar seguros que no hubiese sido igual sin el rebelde de Liverpool. Lennon fue una figura extraordinaria, pero no sería quien es si Mark Chapman no lo hubiera asesinado en las calles de Nueva York. Lennon es quien es entre otras cosas, por la manera como murió. No todos los muertos pesan lo mismo, y la forma de morir sí importa. No es lo mismo, para efectos de culto, morir en una tina, como lo hizo Morrison; tirado en el piso con una sobredosis, como lo hizo Michael Jackson, o tras 30 años de afectación por abuso de las drogas, como fue el caso de Syd Barret, el primer líder de Pink Floyd. El asesinato de Lennon marcó su futuro, como símbolo, y resignificó su pasado. Además de su liderazgo indiscutible como músico y como generador de tendencias (para promover la libertad sexual citó a una rueda de prensa y recibió a los reporteros desnudo en su cama, acompañado por su mujer Yoko Ono), Lennon es un símbolo. Perseguido por sus ideas libertarias en el país que se autodenominaba el paraíso de la libertad (el FBI le puso marcación personal desde meses atrás del día su muerte por considerarlo un peligro); muerto por uno de sus seguidores y admiradores (Chapman le pidió un autógrafo minutos antes de disparar); idolatrado por su fans que se pelean sus reliquias y objetos personales en las subastas, Lennon es, en más de un sentido, un santo secular del siglo XX. No deja de ser paradójico que el ídolo de su generación, el mayor representante de esos años que hoy se ven como maravillosos, haya dicho, en la última entrevista concedida a la radio RKO de Nueva York, el mismo día de su muerte, 8 de diciembre de 1980, sus últimas siete palabras: “¿Cómo están?, ¿no fueron horribles los setenta?”. Temas Diego Petersen Farah En tres patadas Lee También Sociales: 21° Torneo Adolf Horn de American Chamber México | Capítulo Guadalajara NFL: Los Ravens dominan a los Chargers Oktoberfest 2024: una tarde de intercambio culturalconvivencia alemana Sociales: Santiago Méndez Díaz, bautizo y cumpleaños en familia Recibe las últimas noticias en tu e-mail Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones