
Las pitayas 'colorean' calles de las Nueve Esquinas

Aspecto de los puestos de pitaya en el barrio de Las Nueve Esquinas. E. BARRERA /
GUADALAJARA, JALISCO (27/ABR/2011).- Nuevamente las callejuelas y banquetones del barrio tapatío de Las Nueve Esquinas registran el colorido de las pitayas, una fruta de esta temporada que sale a borbotones de los cactus de las huertas de varios municipios del campo jalisciense, con Techaluta de Montenegro por delante, una población a la que se le conoce como la Cuna de la Pitaya por la abundancia de sus plantaciones de esta cactácea, cuya pulpa luce impregnada de sus vivos colores: morado, rojo, naranja-amarillo y blanco.
Entre cuatro y cinco pesos se cotizan las pitayas de mayor tamaño (conocidas como mamey o tenamaste) mientras que los precios son menores cuando su talla es más chica.
Un pitayero techalutense, entrevistado en el jardín de Las Nueve Esquinas, Luis Fernando López Sánchez, da santo y seña de estas plantas “muy agradecidas porque crecen sin necesidad de gastar en fertilizantes y que al tener ya edad de 10 años son muy generosas en sus frutos. Un órgano de varias décadas de edad echa hasta unas mil frutas por temporada”.
Explica cada pitayo requiere de unos cinco años para empezar a producir frutos “pero a eso de los 10 años de cada planta, ésta ya rinde unas 100 pitayas en cada temporada. Por eso, las pitayas se han convertido en la principal actividad que se tiene en Techaluta, puesto que en su tiempo de corte la gente tiene una fuente de ingresos que para muchas familias es la mejor del año. Detalla que la fruta genera empleos desde su corte, la limpieza de las espinas y su transporte y comercialización.
Otro pitayero entrevistado, Juan Ramón Márquez, comenta que él ha observado que se ha retrocedido en aspectos ligados al aprovechamiento de la pitaya, como la elaboración de champú y la venta de las frutas para usarse en colorantes naturales.
Ambos coinciden en que faltan apoyos gubernamentales a los pitayeros, como los que se dirigen a los agricultores que cultivan granos, que tienen seguros los apoyos del Procampo y para la compra de diesel.
Añoranza de Ramírez Acuña
López Sánchez hace mención que el alcalde que más ha apoyado a los pitayeros de las Nueve Esquinas, fue Francisco Ramírez Acuña. Señala que aún se ven los orificios en el piso donde se colocaban unas mesas en las banquetas, con el objeto de facilitar el estacionamiento a los compradores que pasan por la calle. Insiste en que posteriormente este apoyo de las mesas, ya no fue dado por otros alcaldes. Recuerda que cuando fue presidente de Guadalajara, “César Coll hasta los quiso correr de las Nueve Esquinas”.
Este mismo entrevistado reconoce que “a los pitayeros de Techaluta, les ha pasado lo mismo que los equipaleros de Zacualco de Torres, ya que la desunión que se tienelos ha perjudicado. Al respecto, hace alusión de que “una vez hubo intención de un comprador de Japón de adquirir un contenedor cada tres días (lo que suponía acopiar unas 100 mil pitayas cada tercer día), a lo que no se pudo precisamente por la división entre la gente”.
Los dos entrevistados dicen que la llegada de los cultivos de aguacate a Techaluta, supone un reto para que la pitaya siga un negocio atractivo como lo ha sido, puesto que algunos aguacateros ya advirtieron que en un plazo cercano los pitayeros habrán de tumbar sus pitayos para plantar aguacates, porque éstos serán un negocio más atractivo.
Mientras, tanto las pitayas están disponibles en este tiempo acalorado, ya sea para comerse solas o en helados o aguas frescas.
EL INFORMADOR / SALVADOR Y MALDONADO
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