Matrimonios:
Jalisco | A FONDO: INVESTIGACIONES ESPECIALES Las jaliscienses tienen menos hijos, pero más adolescentes se embarazan De cada mil mujeres entre 15 y 19 años, 73 tienen un hijo Por: EL INFORMADOR 21 de julio de 2010 - 05:39 hs De cada mil mujeres entre 15 y 19 años, 73 tienen un hijo. M. FREYRIA / GUADALAJARA, JALISCO (21/JUL/2010).- Mientras que el número de nacimientos en Jalisco registra una tendencia a la baja, el número de embarazos adolescentes sigue una dirección contraria: de 1990 a 2008 estos crecieron 1.9 por ciento. En estos 18 años no se ha disminuido ni en términos absolutos ni proporcionales este fenómeno que afecta a chicas en la adolescencia tardía, considerada por la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y la Organización Mundial de la Salud como el periodo entre los 15 y 19 años de edad. Por cada mil mujeres en esa edad, hay 73 embarazos que llegan hasta el nacimiento, lo que coloca al Estado por encima de la media nacional y 16 veces arriba de las tasas más reducidas de natalidad adolescente, que se registran en países como Holanda. El crecimiento ha sido sostenido, con ínfimas reducciones en 18 años. De los 173 mil 030 nacimientos que registró la Coepo en 1990, 14% fueron de madres adolescentes, al año siguiente tuvo un ascenso de .6%. En 1992 cayó a 13.8% y para 1993 subió a 14% otra vez. A partir de este año hubo un ligero descenso que terminó en 1997 cuando comenzó a ascender nuevamente. De 1998 a 2008, sumó dos puntos porcentuales y finalmente alcanzó 15.9% del total de nacimientos. En números absolutos, Jalisco vio en 2005 155 mil 082 nacimientos, de los cuales 412 correspondieron a mujeres menores de 15 años y 23 mil 521 a jóvenes de 15 a 19 años de edad. El mayor número de nacimientos correspondió a mujeres de los 20 a los 39 años, registrando 124 mil 804, 80% del total. Para 2008, el número de nacimientos totales aumentó a 156 mil 957. Correspondieron a menores de 15 años 425 y 24 mil 534 a adolescentes. El 79.64% se registró en mujeres de 20 a 39 años. De las mujeres que dieron a luz en 2005, 7% eran solteras, la mitad casadas y una cuarta parte vivía en unión libre. En el registro de 2008, 9.2% eran solteras, la mitad casadas y una tercera parte estaba en unión libre. En la Entidad, 680 mil 370 mujeres tenían entre 15 y 19 años de edad. En 18 años, los nacimientos por cada mil mujeres en edad reproductiva disminuyeron 18%, mientras que en las adolescentes sólo bajó siete por ciento. Los municipios que tienen más madres menores de 20 años son los de la Zona Metropolitana de Guadalajara, estando a la cabeza la capital del Estado con cinco mil 550 nacimientos en 2008, y seguida por Zapopan, Tlaquepaque, Tonalá y Puerto Vallarta. Las cifras en hospitales públicos En los hospitales públicos, la tasa de partos adolescentes es mayor que en el universo general de Jalisco. Uno de cada tres partos en hospitales públicos de Jalisco es de una mujer menor de 19 años. En Jalisco, durante 2009 se atendieron poco más de 72 mil mujeres en los hospitales públicos y de seguridad social, y más de 19 mil, que representan 27% del total, fueron adolescentes de entre 10 y 19 años de edad. Lo que para muchas puede ser la mejor experiencia de su vida, para otras puede significar la peor calamidad, o bien, una noticia que nunca hubieran deseado recibir. Si se compara la cifra de embarazos en adolescentes de hace 10 años, cuando se tenían registrados ocho mil 903 casos, con la del 2009, el aumento es de 100 por ciento. Una sola embarazada adolescente es un problema de salud pública e implica una atención especial, debido a que son muchos los problemas que conlleva a una joven mujer tener un bebé a su edad. Las implicaciones van desde las físicas, al no contar con un debido control prenatal en muchos de los casos, hasta las psicológicas, en donde la joven refleja estrés y depresión al ver frustrado su proyecto de vida, que a su vez la coloca en una situación de riesgo. El ideal de la Secretaría de Salud en Jalisco (SSJ) es tratar de disminuir en alrededor de 20% los casos de embarazos en adolescentes, con apoyo de orientación sexual y familiar en casa y el plantel escolar, así como en los centros de salud, para también mitigar los problemas de salud y la ocurrencia de muertes maternas en este grupo poblacional, indicó la jefa de Salud Reproductiva de la dependencia, Amelia Lizárraga Ríos. Señala que según estadísticas de la SSJ, el año pasado se registraron cinco de las 81 defunciones generales, y hasta mayo de este año, en Jalisco se tenía una muerte registrada en este grupo de edad, de un total de 19. Los casos no pueden generalizarse, ni tampoco se trata de “satanizar” el embarazo en la mujer joven, asegura la directora del Hospital de la Mujer de la SSJ, Elizabeth Ulloa Robles. No obstante, las niñas o adolescentes que se embarazan antes de los 20 años, corren más riesgos que las que lo hacen en edad reproductiva. “La adolescente todavía no tiene su sistema reproductivo desarrollado, su cadera no tiene la amplitud necesaria ni tiene conocimiento del cambio fisiológico”, apuntó la gineco-obstetra. La falta de conocimiento sobre planificación familiar y educación sexual, el inicio de la vida sexual a más temprana edad, que según cifras del Sistema DIF Jalisco, en el Estado es entre los 13 a los 15 años de edad, así como un círculo familiar disfuncional, son considerados factores primordiales para la presencia de un embarazo en las adolescentes. Especialistas médicos y sociales coinciden en que urge una mayor y mejor educación sexual desde la niñez, para evitar no sólo embarazos tempranos y de riesgo, sino enfermedades de transmisión sexual y otras infecciones. Thamara Villaseñor y Ana López Para saber - De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), los adolescentes son personas que están en el grupo de edad de 10 a 19 años, mientras que los jóvenes comprenden las edades de 10 a 24 años. La adolescencia tardía abarca de los 15 a los 19 años, y es en donde mayor incidencia de embarazos hay. - Se estima que hay poco más de mil 200 millones de adolescentes y mil 700 millones de jóvenes en el mundo. - Se considera que la adolescencia es la etapa de transición entre la niñez y la edad adulta, durante la cual se presenta la madurez sexual, así como un ajuste psicosocial del menor. - La población joven comprende 30% de la población de América Latina y El Caribe (10 a 24 años). - En Jalisco, los adolescentes representan 10% del total de la población. México, entre los más afectadosUn problema mundial En el mundo 16 millones de adolescentes dan a luz cada año, es decir, a 11 de cada 100 recién nacidos en el planeta. El boletín de la Organización Mundial de la Salud (OMS) “Embarazo en adolescentes: un problema culturalmente complejo”, explica cómo este problema de salud pública varía en cada país, además apunta los daños tanto físicos como psicológicos que un embarazo a tan corta edad provoca en las adolescentes. Siete países representan por sí solos la mitad de todos los partos en adolescentes a nivel mundial: Bangladesh, Brasil, República Democrática el Congo, Etiopía, la India, Nigeria y los Estados Unidos de América. Del total de nacimientos en este rango de edad, 95% ocurre en países en desarrollo pero los porcentajes por región varían significativamente. En China registran 2% del total de nacimientos y en América Latina y el Caribe alcanzan 18 por ciento. “Otros países de Europa tienen menos embarazos de adolescentes porque adoptan un enfoque diferente con respecto a la educación sexual y facilitan el acceso a la planificación familiar”, cita la OMS. Holanda posee una de las tasas más bajas de Europa de embarazos en adolescentes, de cuatro partos en adolescentes por cada mil mujeres. En contraste, Reino Unido, donde la educación sexual no es obligatoria en las escuelas, la tasa es de 26 partos en adolescentes por cada mil mujeres en 2009. “Las adolescentes menores de 16 años corren un riesgo de defunción materna cuatro veces más alto que las mujeres de 20 a 30 años, y la tasa de mortalidad de sus neonatos es aproximadamente 50% superior”, cita la organización mundial al consultor en salud de los adolescentes James E Rosen, que está cargo de un estudio de investigación del Departamento de Reducción de los Riesgos del Embarazo de la OMS. Los expertos en salud concuerdan que las adolescentes embarazadas requieren atención física y psicológica especial durante el embarazo, el parto y el puerperio para preservar su propia salud y la de sus bebés. Región Tasa de nacimientos por cada mil mujeres adolescentes Holanda 4 Reino Unido 26 México 64 Jalisco 73.8 Fuente: OMS y Coepo Datos del sector público en Jalisco 2006 2007 2008 2009 2010* Total de eventos obstétricos 61 517 60608 68951 72690 20383 Eventos en menos de 20 14831 16303 18335 19632 5332 Porcentaje en adolescentes 24.1% 26.89% 26.59% 27% 26.15% Partos 13268 11442 11701 12611 3387 Cesáreas N.D 3040 4444 4940 1441 Abortos 1563 1821 2190 2081 504 Muertes maternas generales 77 46 52 81** 19** Muertes maternas en menos de 20 9 3 8 5 1 Fuente: Estadística Secretaría de Salud Jalisco. *Enero-mayo 2010 preliminar. **información preliminar. Tasa de MatrimoniosMuy jóvenes para casarse De acuerdo con la Encuesta Nacional de Juventud del año 2000, las expectativas más importantes de los jóvenes eran casarse y tener un buen empleo. Casi tres de cada 10 jóvenes (26% en cada caso) pusieron esas dos metas como las más altas, y a éstas les siguieron tener un buen negocio y una vivienda propia, con 20% de respuestas y 15%, respectivamente. De los 50 mil 091 matrimonios registrados en Jalisco durante 1995, 12.66% correspondió a hombres de 15 a 19 años y 30.85% a mujeres en el mismo rango de edad, esto con base en datos del Consejo Estatal de Población de Jalisco (Coepo). La diferencia tan grande entre porcentajes se explica con la posibilidad de que algunos matrimonios se dan entre personas con distintas edades. La unión a una edad temprana ha venido a la baja desde el año 2000, cuando de los 51 mil 760 matrimonios 12.67% fueron de hombres y 29.63% de mujeres entre 15 y 19 años. A partir de 2000 la disminución fue constante, a tal grado que el porcentaje de hombres que se casaron llegó a 9.49% en 2007 y a 8.41 en 2008. La baja fue mayor en las mujeres: para 2007 fueron 23.17% del total de matrimonios y para 2008, la Coepo apenas registra 1.08%, es decir sólo 433 mujeres de 15 a 19 años se casaron. Cabe destacar que en 1995 apenas se tienen registrados 23 hombres y 192 mujeres menores de 15 años, es decir, ni siquiera adolescentes, que contrajeron matrimonio. Para 2008 las adolescentes que se unieron fueron 705 siendo éste el mayor número registrado en 13 años. Matrimonios: Año Hombres * Mujeres * Total registrado en Jalisco 1995 6,343 15,454 50,091 2000 6,559 15,341 51,760 2005 4,170 10,242 41,165 2006 9,772 3,932 40,694 2007 3,865 9,433 40,712 2008 3,561 433 39,932 *Fuente: Consejo Estatal de Población de Jalisco. * Entre 15 y 19 años TestimoniosEl primer impacto: los estudios Vas a ser mamá Brenda llega a la clínica, con un pantalón de mezclilla “entubado”, blusa blanca con pedrería y con una sonrisa que apenas se asoma de su cara. Se sienta en la silla y no deja de hacer un movimiento circular entre sus manos. Tiene 14 años de edad y ocho meses de embarazo, es decir, su bebé se gestó cuando ella tenía 13. Su novio tiene 23 años. La corta edad de Brenda no le permitía pensar en que estuviera embarazada, no era algo en lo que tuviera plena conciencia, por lo que supo que iba a ser mamá hasta los cinco meses de embarazo. “Nunca me dieron achaques, hasta los cinco meses supe; empecé a engordar y me dolía la cabeza, fui con mi mamá y me llevaron a hacer análisis y un eco a ver si era cierto, y salió que sí, y ya me seguí atendiendo”. -¿Qué te dijeron tus papás? Que ya qué, ya estás, te vamos a apoyar. Mi novio también, tiene 23 años y trabaja en una fábrica de zapatos. -¿Qué pensaste cuando te dijeron que estabas embarazada? Ya ni modo, ya está. Al embarazarse, tuvo que salir de la escuela, que cursaba el primer grado de secundaria, en Tonalá. Como ya tenía algunos problemas en el plantel, su papá decidió sacarla antes de que se dieran cuenta. Brenda asegura que no le daba pena su estado ante sus compañeritas, pues algunas ya habían pasado por lo mismo. Cuenta que el saber que sería mamá a los 13 años le dio felicidad, aunque su idea era continuar estudiando; “a ver más adelante si se puede”, sollozó Brenda, mientras sus ojos se llenaban de lágrimas. Su hijo será varón y se llamará Brendan Andrés, como ella y el papá de su hijo. A pesar de que espera con ansias a su bebé, Brenda quería ser mamá hasta los 18, y les dice a las niñas de su edad que se cuiden, y que si algo pasa, no se sientan solas porque “siempre va a haber alguien que las apoye”. En marzo de 2011 Brenda cumplirá 15 años; aún no sabe si tendrá fiesta, pero si la tiene, ya tendrá a su bebé en brazos. “Yo busqué a mi bebé” Ya había intentado dos veces embarazarse. Aunque ella misma dice que tener 17 años es una corta edad, Blanca quería saber qué se sentía ser mamá. Al llegar a la clínica, la joven luce orgullosa su embarazo y su sonrisa lo dice todo. Está feliz por su bebé. Vive con su novio desde hace tiempo y los dos querían tener un bebé, la noticia ya era bien sabida por sus padres. –¿Cómo lo comentaste con tus papás? No fue difícil porque ellos ya sabían lo que queríamos, yo ya vivía con mi novio. Blanca estudiaba una carrera técnica, pero tuvo que dejarla porque al primer mes del embarazo tuvo amenaza de aborto, y las náuseas no la dejaban. De todos modos, Blanca no pensaba estudiar una carrera universitaria, “quería quedarme sólo con la prepa”. Su bebé se llamará Nelson Valentín y nacerá en un mes más. Para Blanca, su embarazo no ha sido difícil, al contrario, es una de las mejores experiencias, que piensa volver a repetir en unos años más. Tanto Blanca como Brenda son jóvenes madres que se atienden en la Clínica Integral del Adolescente del Nuevo Hospital Civil “Dr. Juan I. Menchaca”, en donde se les brinda atención multidisciplinaria de ginecología y obstetricia, psicología, nutrición, entre otras especialidades. Trabajo social capta a las adolescentes que llegan a consulta externa y se les invita al programa de apoyo, liderado por la doctora Ileana Romo Huerta. Se incluyen pláticas sobre conocimientos básicos del embarazo, los cambios físicos, emocionales y psicológicos a los que se van a enfrentar, qué deben comer, cómo deben vestir, así como ejercicios psicoprofilácticos, planificación familiar y terapia para ella y su familia. Su historia, seis años después Su familia y amigos le auguraban un futuro brillante y ella sabía que podía alcanzarlo, cuando a los 18 años se enteró que sería madre. Ya había comenzado la universidad, en las noches soñaba con ese futuro, un futuro que ya había comenzado a forjarse. A quien llamaremos “L” fue dedicada al estudio y tenía todo para hacer una carrera profesional. En la adolescencia hay que atravesar por muchos cambios, hay que dar los primeros pasos para ser independiente y a eso se suman los deseos de experimentar, comerte al mundo y a los chicos, el cuerpo cambia, los pensamientos cambian y… no todas pasan bien libradas por esta etapa. “L” estaba por terminar el primer semestre, cuando se enteró que estaba embarazada. Todo se nubló y el añorado futuro se desmoronó: abandonó la universidad, tuvo que enfrentar a su padre y su madre, divorciados, y a sus hermanos, que en su mayoría vivían en Estados Unidos. Su refugio se encontraba en el tercer piso de la casa de su madre, se sentaba a pensar para imaginar cómo sería todo, como sería este bebé al que amaba, pero con quien en un principio estuvo molesta. En su boda sirvieron vino blanco y la “pancita” aún no se le notaba, ese día parecía haberlo asimilado todo: ser madre y mujer. Sonreía aceptando este futuro, sin saber que sería más tortuoso de lo que creía. “A” aún no nacía cuando ellos se separaron por primera vez, los enojos y reconciliaciones fueron muy comunes, ambos eran muy chicos: “No nos hablábamos, el que dijera me voy con mi madre, era muy recurrente”. Antes de nacer “A”, “L” y su esposo se separaron nuevamente y ella decidió dar a luz en Estados Unidos. La vio pequeñita, delicada, débil. Parecía que ella también estaba cansada de las discusiones, de los gritos y de los llantos. “L” y “A” regresaron dos meses después. “L” seguía en contacto con su esposo y decidieron intentarlo otra vez, después de todo quién era ella para negarle a su hija conocer y estar con su padre. Los primeros días ella vivió su sueño, la familia que deseó, la familia por la que sonreía la noche de su boda, pero no pasó mucho tiempo para que nuevamente llegaran los gritos, los insultos y el llanto. Se separaron otra vez. Sin embargo se volverían a encontrar en la misma mesa y en la misma cama. “L” esperaba su segundo hijo. Ahora trabaja en la empresa de su padre y las niñas van al kínder, pero los gritos no han mermado; los años la han desgastado y su sonrisa está desajustada. Es fuerte, asegura, y no es de las mujeres que se dejan caer, además ya no teme a separarse, pues a sus cortos 24 años parece que ha vivido 50. Aumentan los riesgos de muerte Jóvenes en edad de estudiar pelean por su vida y por su salud Complicaciones médicas, soledad y problemas familiares son sólo algunos de los escenarios que rodean la gestación a temprana edad. El embarazo es un proceso que exige mucho del organismo femenino, y durante este periodo se producen cambios fisiológicos y algunas patologías que pueden producir alteraciones en la gestación. Entonces, la gravidez es un estado de compromiso de salud para la mujer. Si a esto se agrega el factor adolescencia, cuando el cuerpo de una niña en formación está en constante cambio, sus caderas apenas se ensanchan, su pelvis comienza a tomar forma y sus hormonas comienzan su proceso, el embarazo puede no ser la mejor experiencia. Ésta sólo es una parte de las razones médicas para evitar el embarazo en menores de edad, pues su cuerpo aún no completa su desarrollo óseo; tampoco ha alcanzado su masa mineral máxima. Esto conlleva un riesgo agregado a las féminas, lo que puede terminar en una muerte materno infantil como ocurrió en 2009, cuando de 81 muertes maternas registradas, cinco se presentaron en este grupo poblacional, mientras que un año antes ocurrió en ocho mujeres menores de 20 años, de un total de 52 decesos, según datos de la Secretaría de Salud Jalisco (SSJ). En 2007 se registraron 46 muertes maternas y tres fueron en embarazadas adolescentes, mientras que en el 2006 la cifra fue tres veces mayor, cuando se presentaron nueve decesos en adolescentes, de un total de 77 muertes en todo el Estado. Al no tener plena conciencia de lo que está sucediendo con su cuerpo, es común que las adolescentes cometan algunos errores que pueden provocar un daño en ellas o en su bebé. Ya sea que muchas quieran seguir delgadas y evitan comer bien, o que otras ingieran alimentos en exceso y tengan obesidad. Pero lo más importante, es que no acuden tempranamente a un control prenatal para llevar un seguimiento de medicamentos como ácido fólico y vitaminas, así como revisiones médicas. Por otra parte, la investigadora del Centro de Investigación Biomédica de Occidente (CIBO) del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Jalisco, advierte que cuando una adolescente se embaraza, el miedo a decirlo a sus cercanos retarda mucho su primera visita al médico y acuden cuando cursan el tercer o cuarto mes de gestación. Al no tener control desde el inicio del embarazo, hay más probabilidades de presentar preeclampsia, es decir un incremento considerable en la presión arterial. Se sabe que las más afectadas por esta enfermedad son las mujeres menores de 20 y mayores de 40 años de edad. “Las adolescentes tienen mayor riesgo de desarrollarla, no tienen todavía una fisiología adecuada, desconocen los cuidados que deben tener, el embarazo es inesperado, no planificado; su estado nutricional no es bueno, y aunque tengan capacidad reproductiva como tal, su cuerpo no está preparado para los cambios hormonales y fisiológicos”. Deficiente control prenatal De acuerdo con la directora del Hospital de la Mujer de la Secretaría de Salud Jalisco (SSJ), Elizabeth Ulloa Robles, aunque no sucede en la totalidad de las adolescentes embarazadas, muchas no tienen control prenatal, y una simple infección de la garganta o en la orina mal tratadas, pueden desencadenar severos problemas de salud en la joven y su hijo. Se estima que tres de cada 10 embarazos en este sector etario pueden terminar en parto prematuro, y casi 90% de éstos son secundarios a infecciones durante la afectación no tratada, y pueden ser desde dentales, de orina, vaginales o de garganta. “Una bacteria en niños y adolescentes, como el estreptococo, que provoca infección por una faringoamigdalitis, puede dar infección a nivel del abdomen, como ruptura espontánea de las membranas, y por consiguiente tener una inducción de un trabajo de parto prematuro; el bebé tiene 50% de probabilidades de haber adquirido la infección. Esto se convierte en un problema más para la joven madre, refiere la doctora, pues tienen bebés que requieren de largas estancias en cuidados intensivos neonatales, donde se juegan la vida y pueden quedar con secuelas graves. La situación es diferente en cada joven, pero las que tienen un mejor término del embarazo son aquellas que llevan un adecuado control médico, apoyadas por su familia o pareja. “Desgraciadamente”, refiere la doctora, muchas adolescentes son dejadas en el abandono total de sus padres y sus novios, y se juegan la vida y la de su bebé al no tener una buena alimentación, apoyo vitamínico, y mucho menos atención médica oportuna. Mañana: Cuestionados, los programas de prevención Temas Salud Embarazo Especiales El Informador A FONDO Lee También Nuevo ataque en prepa tapatía, pero mismo patrón El secreto para unos brazos firmes a los 60 Esta es la maravillosa fruta que ayuda a metabolizar los alimentos ¿Qué personas no deben consumir arroz? 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