Jueves, 28 de Noviembre 2024
Jalisco | En tres patadas por Diego Petersen Farah

La máxima representación

Aún cuando no es oficial, el futuro de Carlos Corona ya es seguro

Por: EL INFORMADOR

La política es más implacable que los negocios. Cuando se trata de sacar cuentas y de repartir pérdidas, los políticos no tienen miramientos, cariños, afectos o lealtades. La suerte de Carlos Corona al frente de la Secretaría General del Congreso del Estado está echada. Aunque formalmente se habla de dos semanas para tomar la decisión de la permanencia o no en el cargo del secretario, el joven promesa de la política priista, formado en la FEU, ya pasó a la lista de los pasivos. Sostenerlo es demasiado costoso para cualquier político, incluso para Beatriz Paredes. Si Corona sabe contar, puede contar con que no cuenta con nadie.

Si algo tenía el régimen priista eran las famosas reglas no escritas, un compendio de sabiduría política que no podía estar en ningún reglamento, código o normatividad, pero que sistematizaban la sabiduría y el sentido común de la política. Una de esas reglas era que no se puede robar antes de tiempo. Así de explícito y de descarado.

Los priistas sabían que en la carrera política había que hacer dinero porque —otra de las reglas no escritas decía que “un político pobre es un pobre político”—, pero para todo había tiempos. Los políticos que comenzaban a amasar fortunas antes de tiempo los iban haciendo a un lado y simplemente los sacaban de la carrera. Eran tiempos en los que no había otros partidos, no había vigilancia de los medios ni contralorías. El ex líder de la FEU, evidentemente,  no se tomó la molestia de aprenderlas.

Hoy existen políticos, de todos los partidos, que hacen negocios con el dinero público desde muy temprano en sus carreras políticas. Carlos Corona no es el único, pero es quizá el ejemplo más burdo de lo que sucede en la vida pública. Desde que fue designado por dedazo presidente de la FEU, por capricho de Carlos Briseño (los demás han pasado al menos el trámite de la elección), el comportamiento de Corona ha sido, por decirlo suavecito, poco escrupuloso. Carlos Corona conocerá lo que es la soledad del político en desgracia dentro de muy poco, pero si las penas con pan son menos, en Mercedes hasta las desgracias se amortiguan mejor (no digamos los baches).

Si van a quitar a Corona sólo para meter a un secretario un poquito menos trompudo, el escándalo y el desgaste del Congreso no habrán tenido ningún sentido. El PRI insistirá en que es posición suya y no la va a soltar, lo cual es comprensible y lógico. Pero si sólo ponen a otro mono, ahora controlado por alguien más, podemos apostar tres a uno a que el siguiente gran tema del Congreso en los medios será un asunto de pesos y centavos. Si no se toma la oportunidad para, junto con el nombramiento del nuevo secretario general (priistas decentes hay muchos), mandar una señal de apertura y transparencia, el Congreso y los diputados seguirán siendo la máxima representación, de los odios ciudadanos.

Temas

Lee También

Recibe las últimas noticias en tu e-mail

Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día

Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones