La industria del papel en México agoniza por falta de bosques

GUADALAJARA, JALISCO.- El papel es un elemento importante para el desarrollo de la humanidad. “Para el mejor negocio ambiental a futuro, se debe recurrir al papel. El acero contamina 120 veces más que la madera y 1.9 veces más que el cemento”, según informó recientemente el doctor Gonzalo Paredes de la Universidad Austral de Chile.

 Son pocas las actividades exentas del apoyo del papel. Desde las primeras horas del día, tenemos contacto con el papel higiénico, y según señalan los especialistas, el que se elabora en México es uno de los mejores del mundo por su suavidad y absorbencia, que lo convierten en producto de exportación hacia países como Inglaterra. A continuación viene la servilleta de papel en el desayuno, y en la que envolvemos las “entrecomidas” de los niños, así como aquella con textura distinta con la que secamos los derrames de la cocina.

En la oficina, está el papel de impresión de la computadora, el papel de los libros que consultamos y de las libretas en las que escribimos, sólo por citar algunos ejemplos. Durante todo el día, el papel está presente en el intercambio de papel-moneda (dinero) y hacia la noche, las invitaciones y programas de nuestras veladas están impresos en papel.

Sin embargo, casi nadie sabe cómo se produce el papel. ¿De dónde sale? ¿Qué problemas enfrenta? Resulta sorprendente que en Suecia, el investigador Lars Bergland, del Instituto Real de Tecnología de Suecia, acaba de fabricar un papel con una resistencia similar al hierro.

La producción de papel

La industria mexicana del papel está en su mayoría, fundamentada en fibras recicladas. El consumo de papel reciclado en México es uno de los más altos del mundo. Tenemos el cuarto lugar en el índice de utilización de fibra de madera. El consumo total de fibras en el país fue de cinco millones 224 mil toneladas el año pasado, de las cuales, cuatro millones 418 mil fueron recicladas.

Del total del consumo de fibras recicladas, tres millones 57 mil fueron nacionales y el resto, importadas. Así lo informó el doctor José Peregrina, de la Dirección de Innovación del “Grupo Copamex”, que tiene sus instalaciones en Nuevo León.

El doctor José Turrado Saucedo, del Departamento de Madera, Celulosa y Papel de la Universidad de Guadalajara (UdeG) —la única en el país en la que se imparte la especialidad desde 1976—, pronostica que para el año 2010, se pronostica que la producción mundial de papel será de 400 millones de toneladas; para el 2020, se requerirán 570 millones de toneladas. Para alcanzar esos objetivos se requieren 60% de fibra virgen y 40% de reciclada; para la producción de fibra virgen se demandarán plantaciones forestales y la instalación de plantas para obtención de pulpa con requerimientos diarios de tres mil toneladas diarias. Mientras tanto, para obtener fibra reciclada a partir de papel desperdicio, los países en desarrollo tienen que incrementar la cuota de recuperación de papel usado.

En nuestra América Latina han evolucionado las plantaciones forestales con fines industriales como las de eucalipto y pino. El doctor Turrado añade que también otras especias no maderables como bagazo de caña se utilizan en la fabricación de papel.

El libro “Panorama de la industria de celulosa y papel en Iberoamérica 2008”, elaborado por una varios autores de la Red Iberoamericana de Docencia e Investigación en Celulosa y Papel, está señalado como mayor aporte el manejo sostenido de la fibra reciclada, área en la que se ha desarrollado un nivel tecnológico y de conocimiento que permite conseguir la alta calidad del papel higiénico nacional.

“Llegamos ahí antes de que la condición del medio ambiente mundial tornara necesario el reciclado de papel”, aseguran los especialistas mexicanos, pero esta ventaja en la destreza del manejo de la producción de papel reciclado está a punto de convertirse en algo obsoleto ante el impacto de los países asiáticos en diferentes sectores productivos, uno de los cuales es el papel.
 
Nuevos descubrimientos

El doctor Gonzalo Paredes, de la Universidad Austral de Chile, en su visita a nuestra ciudad, recalcó que la necesidad de papel crece de manera continua: en 1961, el consumo por persona era de 21 kilos anuales; en 2005 aumentó a 54 kilogramos, a pesar de la creencia generalizada que la era digital abatiría el uso del papel.

Han surgido países emergentes en la producción de la materia prima como Brasil, Venezuela, Australia, Sudáfrica, Nueva Zelanda, Argentina, Portugal, España, Uruguay y Chile.

No solamente crece el consumo de papel en los ámbitos tradicionales, si no que se le dan otros usos como producir telas y la madera líquida que podrá sustituir al plástico. Los japoneses y los suecos han encontrado un nuevo tipo de papel tan resistente a las roturas como el hierro fundido, este nuevo material identificado como nanopapel de celulosa está hecho de partículas sumicroscópicas de celulosa y, según sus descubridores, podría abrir el camino para un uso generalizado del papel como material de construcción y otras aplicaciones.

Por su parte, investigadores de la Universidad de Arkansas han creado conjuntos de nanocables que muestran un gran potencial en aplicaciones como escudos; que podrían soportar el fuego, filtrar bacterias, tendrían la facilidad de descomponer contaminantes químicos y controlar la liberación de fármacos.

Por su parte, investigadores del MIT han desarrollado un papel a base de nanocables cubiertos con vapor de siloxane, que repele el agua y puede estar meses en mantos acuíferos absorbiendo 20 veces su peso en petróleo. Se destinaría para remover los derrames de petróleo en el mar.
 
Papel reciclado, fortaleza de
productores mexicanos

A falta de bosques, el papel reciclado se ha convertido en la fortaleza de la producción nacional, asegura el doctor del Departamento de Madera, Celulosa y Papel de la UdeG, José Turrado.

“Nos hemos dedicado a destruir los bosques pero no a fomentarlos, somos un país con alto potencial forestal pero no hemos tenido una política racional en beneficio del papel”.

En México se usan muchos árboles para envases, para tarimas, pero muy pocos se emplean en hacer papel. En total, se fabrican 200 toneladas diarias entre las tres plantas que producen papel: Atenquique, en Jalisco; Ceponifisa, en Michoacán; y Zapatux, en Oaxaca. En contraste, en países como Chile, una sola de sus plantas produce mil toneladas día.

Con fibra reciclada se hacen papeles con menor resistencia que los que provienen de fibra virgen; de este papel reciclado se importan 800 mil toneladas al año. La fibra reciclada sale mucho más cara, porque contiene contaminantes que hay que retirarle.

El país importa un millón 600 mil toneladas de papel desperdicio a Estados Unidos. Recuperamos 2.8 millones de toneladas porque la basura no está separada y es un  gran reto.

Los diferentes usos de la pulpa

Los árboles están compuestos de semillas entre las fibras verticales, las cuales se tienen que cortar para que no se diluya el elemento segmentante. Cuando se liberan las fibras, hay que aplicar muchos productos químicos, lo que finalmente produce una fibra suave apta para hacer papel.

Existen papeles que no requiere un nivel de blancura tan alto o un tratamiento especial, como el papel periódico. Aunque se tengan muchas fuentes de materia prima, el resultado dependerá del tratamiento que se le dé a la pulpa. La pulpa también se utiliza para fabricar productos alimenticios, como la sala catsup y aditamentos que se usan en cremas, yogurt y pasteles.

El resto de la pulpa se usa para diferentes tipos de papel, como el de alto rendimiento, que se utiliza en revistas con papel muy blanco. Otras publicaciones de circulación nacional están impresas en papel amarillento, y algunas más cuyo papel es blanco, tienen calidades diferentes porque están recubiertas con un tratamiento especial.

El sector equivale a 0.3% del PIB nacional

GUADALAJARA, JALISCO.- José Peregrina, director de Innovación del “Grupo Copamex”, también egresado del Departamento de Madera, Celulosa y Papel de la UdeG, informa que la industria en el PIB nacional representa el 0.3%; en el PIB industrial,  1.2%, y en el PIB manufacturero, 2.1 por ciento. Una primera estimación indica que el valor del mercado del papel es de siete mil 200 millones de dólares al año.

El crecimiento en el consumo del papel da indicios de la expansión de otras industrias: si se consume más papel para empaques, significa que la producción de mercancías va en aumento; si se consume más papel de escritura y de impresión, quiere decir que la cultura, el conocimiento, la transmisión de información y datos está en expansión. Si consumimos más productos sanitarios y faciales, quiere decir que el país está creciendo en número de habitantes y se incrementa el nivel de bienestar y salud de la población.

Resulta alarmante que el consumo de papeles sanitarios sea de ocho kilos por persona al año, pues los países con mayor grado de bienestar tienen el doble de consumo. El papel, dice Peregrina, está ligado directamente al desenvolvimiento, al bienestar común. Su consumo per capita es indicador para la ONU del grado de desarrollo de cada país.

Los especialistas coinciden en promover la existencia de más y más bosques, para recuperar aquella fuerte industria de celulosa que alguna vez tuvimos, antes de haber sido rebasados por países como Brasil.
Dichos bosques podrían extender un área de empleo en la industria, además de que tendrían grandes beneficios para el medio ambiente. Por ellos, los bosques son la apuesta para que la industria mexicana del papel deje de ser dependiente de los países desarrollados.
 
EL INFORMADOR/ UdeG/ Martha González Escobar


HERRAMIENTA

¿En riesgo de desaparecer?

Ante la llegada de la era digital, se creía que la industria del papel iría en picada. Pero para evidenciar lo contrario, basta sólo observar las cifras: en 1961, el consumo por persona era de 21 kilos anuales; en 2005 aumentó a 54 kilogramos.