Miércoles, 27 de Noviembre 2024
Jalisco | Por: Juan Palomar Verea

La grave confusión de las ciudades

LA CIUDAD Y LOS DÍAS 20 DE FEBRERO 2009

Por: EL INFORMADOR

La zona metropolitana de Guadalajara constituye una sola ciudad unitaria.

Esta noción resulta de la mayor importancia para, sobre ella, asegurar la calidad de vida de todos sus habitantes.

Afortunadamente, este fundamental punto de partida ya ha sido adoptado plenamente por la Asociación de Municipios, que ha dado significativos pasos para avanzar en la dirección adecuada.

Ciertamente no ha sido el menor de ellos la formulación del Plan de Desarrollo Urbano Territorial de la Zona Metropolitana de Guadalajara, actualmente ya aprobado por algunos municipios y en proceso de aprobación en los demás.

No hay urbanista serio, ni funcionario interiorizado en los procesos de desarrollo de las grandes ciudades, que ponga en duda la indispensable metropolización de la gestión de nuestra urbe común.

Es un consenso que ha costado trabajo socializar y que ha ido ganando terreno, para beneficio de todos los habitantes de la zona metropolitana.

No es necesario abundar en las innegables ventajas que la coordinación intermunicipal acarrea en los distintos temas que tienen que ver con la vida cotidiana, muy específica y concreta, de los ciudadanos. Planeación urbana, manejo de desechos, seguridad, transporte, medio ambiente, imagen urbana, infraestructuras, y un largo etcétera. El reciente Código Urbano fortalece definitoriamente estos aspectos.

Resulta, por todo lo anterior, preocupante el hecho de que algunos precandidatos a los próximos comicios municipales manejen sus discursos en términos de "la ciudad de.", refiriéndose a alguno de los municipios metropolitanos. Y aún de establecer "competencias" en cuanto a riqueza o población entre ellos. (Cfr. El Informador, 19 de febrero 2009). De avanzar en esa dirección, se corre el gravísimo riesgo de caer en un retroceso político, urbano y ambiental que redundaría en un menoscabo de lo que más debieran buscar los aspirantes a dirigir los destinos de cada ayuntamiento: la promoción de la calidad de vida de cada uno de sus ciudadanos.

Puede ser explicable la confusión: una larga tradición de "independencia" y gestiones descoordinadas y erráticas, de criterios e intereses parciales han generado una perjudicial inercia que pareciera haber sido finalmente acotada. Gran cantidad de foros y ponencias, de estudios e investigaciones, de esfuerzos por lograr acuerdos y consensos, de reclamos ciudadanos, han logrado desembocar en la noción, ahora comúnmente aceptada, que implica el asumir un destino común como ciudad integral y articulada.
Puede ser, también, que al calor de las contiendas políticas, resurjan los ánimos por destacar a tal o cual municipio sobre los demás para obtener dividendos ante la opinión pública. Eso es fácilmente entendible. Sin embargo, entre los actores que aspiran responsablemente a ejercer las tareas de gobierno, es afortunadamente común el convencimiento de que solamente mediante una adecuada, eficaz y respetuosa metropolización de la gestión de la urbe será posible aspirar a que nuestra zona metropolitana alcance la estatura de gran ciudad y la calidad de vida a que tienen derecho sus más de cuatro millones de habitantes.


jpalomar@informador.com.mx

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