Martes, 26 de Noviembre 2024
Jalisco | Marco Levario sostiene que el rector “debe opinar de distintos temas y ámbitos sociales”

La comunidad universitaria aún no se expresa: Marco Levario

Para el secretario técnico de la rectoría de la UdeG, los desplegados contra Briseño son “visiones corporativas que privilegian adjetivos al análisis”

Por: EL INFORMADOR

GUADALAJARA, JALISCO.- Aunque oficialmente el especialista en medios de comunicación Marco Levario Turcott, se integró a la Universidad de Guadalajara (UdeG) el primero de julio del año en curso, desde meses atrás sostenía reuniones de trabajo con el rector general Carlos Briseño Torres, para asesorarlo en el manejo de su imagen ante la opinión pública.

Levario Turcott funge como secretario técnico de la Rectoría General, por lo que durante su incorporación a la casa de estudios, se cuestionó a Carlos Briseño si ello obedecía a la preparación de una campaña a la gubernatura.
En medio del conflicto de intereses por el poder político de la casa de estudios, y ya que el rector desmintió intención alguna en la búsqueda de una candidatura a la gubernatura del Estado, su asesor de imagen institucional, habla acerca de las pugnas universitarias.

-- ¿Cómo está la imagen del rector en estos momentos?

Es difícil dar una respuesta unívoca a diferencia de otros señores como Marco (Antonio) Cortés (Guardado, rector del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades); yo no me siento vocero de la institución porque ésta, al ser universidad, es un espacio libre, heterogéneo, plural, diverso, contrastante como para que como funcionario delimite o matice una imagen.
Lo que sí sé es que dirigiéndonos a la comunidad universitaria, la imagen del rector que pretendemos sea reflexionada, es la de alguien comprometido con las instituciones, normas y transparencia de la universidad. Y sobre todo, saber que la imagen no es suficiente. Se requieren acciones específicas, como su definición infranqueable por la transparencia en todos los reductos universitarios.

-- Los detractores del rector dicen que con él no inició la transparencia en la UdeG.

Sería de muy bajo nivel de mi parte ponerme a platicar quién tiene la paternidad o no, porque si a esas nos vamos, hace 200 años en Suiza se planteó el elemento principal de la transparencia, cuando la democracia clásica ni siquiera la había considerado. Esa es una disputa verbal que no se merecen los medios de comunicación. El hecho específico es que este rector plantea que todos los ámbitos de la universidad, incluidas las dependencias parauniversitarias, formen parte de esa transparencia.

-- ¿Eso movió las aguas en la UdeG?

Desafortunadamente, además de que yo no soy vocero de la comunidad, no puedo ser vocero de quienes nos cuestionan. Digo que desafortunadamente porque no hablan con claridad. No dicen con toda puntualidad si están dispuestos a que exista la transparencia en las dependencias, sobre todas las que preside el ex rector de hace muchos años como poder fáctico y que quisiera mantenerse en él, Raúl Padilla López. A mí me gustaría mucho que más allá del lenguaje pendenciero nos dijeran si están o no dispuestos a esa transparencia y si es eso lo que les incomoda a ellos, y por lo cual se someten a este lenguaje pendenciero.

-- El propio rector de la UdeG entregó este año una auditoría externa, ¿por qué la suspicacia?

No es suspicacia. Nosotros tampoco juzgamos si están bien o mal manejados los recursos. Nosotros creemos que a la comunidad universitaria y sociedad jalisciense les corresponde el derecho de evaluar la distribución del gasto con toda transparencia, pero también evaluar la eficacia de esa distribución del gasto, porque entonces podemos valorar todos si es conveniente que en el año más del 70% de nuestros recursos se orienten a la difusión cultural, apenas el 17 % a nuestras áreas de investigación, y no haya presupuesto para más preparatorias, que es una demanda muy sentida de la sociedad. Entonces, 80 mil estudiantes que se quedan fuera de la preparatoria demandan saber y conocimiento; demandan de la UdeG una respuesta. La pregunta es: ¿Vamos a mantener el actual esquema de opacidad financiera y de distribución? Nosotros creemos que no, que no son ésas las prioridades. Las prioridades se encuentran enfocadas a responder esa demanda de saber de miles de estudiantes y responder a uno de los elementos clave; ellos que dicen que no hablamos de academia, ese elemento clave que es la investigación.

-- Este año se afianzaron más de 30 millones de pesos en gasto para medios de comunicación, ¿es una prioridad de la gestión actual?

Creo que el juicio lo debemos formar en función de que un elemento clave para tener una atención nacional a una universidad que es y tiene una repercusión nacional es difundir sus logros. Porque con ese dato de 30 millones es importante que tengamos en cuenta que nunca en la historia de la UdeG habíamos tenido un presupuesto de las dimensiones del actual, y que se encuentra lindando los siete mil millones de pesos. Sólo a partir de una difusión institucional, como lo hace la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), que gasta casi el doble que esa cantidad en su propia imagen para convencer de cuáles son nuestros resultados. De esa cantidad, ni siquiera el cinco por ciento ha sido orientado para promover la imagen del rector, sino de la institución, y eso, para la fortuna de nuestras decisiones transparentes, se puede verificar más allá de mis palabras.

-- Y dentro de la UdeG, ¿hay que hacer una campaña interna tras las fricciones actuales?

Sí, pero sobre la base de convocarlos a que piensen libres, distintos, a que nos cuestionen; a que cuestionen su propia universidad dentro de los reductos de nuestras principales tradiciones que es la civilidad y el intercambio inteligente y razonado. Mi respuesta es que lo hemos intentado, pero cuando el mensaje del viernes pasado (1 de agosto, pronunciado por el rector Carlos Briseño) se dirige a los universitarios a convocar a una gran discusión transparente y pública sobre el futuro de la UdeG, ni gastamos un quinto, nos dirigimos específicamente a la comunidad, a una campaña con la que queremos romper con cualquier fuerza institucional o fáctica que evite la responsabilidad de platicar en serio sobre cuáles son las reformas que requiere nuestra institución.

-- ¿Por qué se hizo mediáticamente, y no al interior del Consejo General Universitario (CGU)?

Porque la convocatoria es a la comunidad, porque los reductos institucionales deben de presentar a la comunidad, pero también el día que el rector general, el 31 de julio, que da ese mensaje, es cuando recibe el cuestionamiento de los integrantes del Consejo de Rectores. Justamente lo que nosotros tratamos de establecer es mantener una interlocución con ellos, y en ese terreno, no fue un golpe de efectismo mediático, fue convocar a los medios que me parece que juegan un papel principalísimo en esta convocatoria del debate, para que se hiciera lo más amplio posible del conocimiento de los estudiantes, profesores, e investigadores de esta iniciativa que el rector presenta.

-- Se habla aún de la campaña a la gubernatura que presuntamente trabaja el rector…

Yo no soy quién para delimitar qué sí es cierto y qué no es cierto. Yo soy quien invita a juzgar a todos ustedes sobre las definiciones públicas, lejos de rumores y especulaciones. El rector general ha dicho una y otra vez, lo dijo de manera contundente convocando a todos los medios de comunicación, que no le interesa la candidatura al Gobierno del Estado de Jalisco. Lo que vale la pena es preguntar, ¿a qué intereses sirven los rumores y las confusiones frente a una frase tan contundente como la que dio el rector? ¿Por qué?, porque en ese diagnóstico mío lo que quieren es evadir la discusión de fondo a la que invitamos.

-- ¿Hubo imprudencia en la forma en que Briseño Torres cumplía con su agenda pública para despertar esta suspicacia?

Yo no puedo decir si es imprudente o no; lo que sí puedo decir, evitando adjetivos, es que esa excesiva, para muchos, actividad del rector general, hizo que se generara una forma muy rústica de entender esa actividad. No se valoró que faltan cuatro años, no se valoró si la función social de una universidad implica también a un rector con actividad en distintos temas, no se valoró cómo funcionan otras instituciones. En el entorno tapatío de criticar el protagonismo de Carlos Briseño Torres, nadie habló que justamente por esos días, el rector de la UNAM estaba haciendo una convocatoria a un debate amplio sobre la reforma energética. Nadie en la Ciudad de México planteó que ese señor quisiera ser candidato a cualquier cosa. Tiene mucho qué ver con la claridad, con la puntualidad, y creo que nos ha faltado, siendo autocríticos, ser mucho más puntuales en las definiciones que tenemos de concepción de la UdeG. A mí, al contrario, me preocuparía una autoridad universitaria enclaustrada, sin opinar sobre distintos temas y distintos ámbitos sociales. El rector no puede ni debe abstraerse de esos problemas. Este señor, Marco Antonio Cortés Guardado, se la pasa adjetivando sin exponer con toda claridad, si corresponde o no al diseño de una universidad moderna un rector activo. Yo digo que sí, y estoy dispuesto a tener el intercambio que sea, siempre y cuando se evite el lenguaje pendenciero.

-- Los detractores de Carlos Briseño hablan de una universidad dividida

Yo no la veo dividida, pero más allá de lo que opine y quisiera, más allá de esos desplegados que no expresan otra cosa más de que lo viejo está muriendo y lo nuevo tiene que abrirse paso, más allá de esas visiones corporativas que privilegian los adjetivos al análisis, veo una universidad heterogénea y plural.
Pero hay algo que me preocupa, la comunidad universitaria aún no se expresa a efecto de ser partícipe de la construcción de la UdeG

-- ¿No sería sano hacer una consulta interna para medir el pulso de los universitarios?

No sólo es sano, sino que es un imperativo, y debemos encontrar las vías y canales institucionales para evitar lo que hace este señor, Marco Antonio, que dice hablar en nombre de la comunidad, para evitar que la masa académica sea usada como botín de maniobra. Y de que nuestros detractores claramente digan cuál es la universidad que tienen y por qué defienden su sistema de privilegios. La UdeG delimitaba en su ley que había súbditos, vasallos que debían funcionar como tal, defendiendo al rey; de lo contrario no podían ser académicos. Nosotros creemos que ese rey ahora no debiera existir. No hay metáfora, hay claridad, no puede haber bajo las instituciones ningún poder fáctico que intervenga en la vida académica de la institución. ¿Cuántos organismos parauniversitarios preside actualmente Raúl Padilla? No acepta fiscalizar los recursos que él emplea y que representan más del 70% de las actividades que tendrían que ser centrales en matera de investigación.

-- ¿Y por qué no lo han sancionado?

No hay una norma establecida y que permita, justamente por el actual diseño institucional, ejecutar eso. Por eso nosotros queremos un nuevo diseño institucional en el que todos nos comprometamos con la transparencia.

EL INFORMADOR/ JAVIER ESPINOZA

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