La ciudad y los días

Los arquitectos Anne Lacaton y Jean-Philippe Vassal han estado realizando en París una serie de interesantes ejercicios para reconformar secciones de la ciudad. Se trata de aprovechar lo deficientemente construido para darle usos más adecuados y eficaces. Concretamente, presentan una serie de intervenciones a edificios (HLM) de los sesenta y setenta destinados a lo que aquí se conoció como habitación de interés social, y cuyas deficiencias habían orillado a la autoridad a decretar su demolición. Dentro de la citada postura de aprovechar al máximo lo existente (con soluciones particulares que pueden ser, por supuesto, opinables y discutibles) destaca la capacidad de transformar la construcción disponible utilizando el sentido común y las nuevas técnicas y materiales. Los ahorros en economía y en impacto ecológico y urbano son evidentes.

Existe un paralelismo entre la anterior postura y lo que en nuestro medio se ha planteado desde diversas ópticas. En muchos casos específicos de los diferentes cuadrantes urbanos de Guadalajara se pueden encontrar oportunidades para transformaciones que aumenten la utilidad de lo ya edificado —cambiando o no el uso que ahora tienen— y conviertan a edificaciones de poca rentabilidad y escaso o nulo valor estético en nuevas piezas urbanas que contribuyan a crear mejores entornos.

Es posible pensar en gran cantidad de ejemplos de edificaciones de uno o dos pisos (y a veces más) que pueden ver aumentado su potencial mediante intervenciones imaginativas. Por este medio se podría lograr una adecuada redensificación que no solamente sería compatible con el entorno, sino que fortalecería su capacidad de generar una buena calidad de vida, creando verdaderos barrios autosuficientes. Es obvio que esto presenta, entre otros, un reto importante: el de los estacionamientos. Por lo menos en los próximos veinte años es previsible que los coches sigan siendo un elemento a solucionar para lograr un funcionamiento urbano equilibrado. Se pueden plantear alternativas que atiendan este problema a partir de áreas servidas por estacionamientos comunes. Una de ellas es introducir estacionamientos, de uno o dos niveles, bajo las calles cuya sección y características así lo propicien. Otra es encontrar predios específicos para hacer estacionamientos complementados con otros usos.

En el contexto de la ciudad consolidada, los diversos cuadrantes citadinos, caracterizados adecuadamente,  deben aumentar su utilidad urbana haciendo posible la coexistencia de diversos usos pero haciendo énfasis en su redensificación habitacional. Para lograrlo, se necesitan por lo menos dos tipos de estrategias: las que creen o refuercen redes de servicios e infraestructuras que ahora son necesarias (espacios públicos, parques, rinconadas, corredores peatonales, ciclovías, nuevos transportes, etc.); y las estrategias que se focalicen en sitios específicos con intervenciones arquitectónicas de adaptación o de nueva planta.

A final de cuentas, el objetivo principal de Guadalajara es lograr una nueva habitabilidad, y una eficaz manera de regularla, para las diversas demarcaciones en que se divide el contexto citadino. Y, a través de esta práctica, cambiar la realidad de la ciudad toda, aprovechando sus limitaciones y posibilidades, sus fragilidades y sus reciedumbres. Y buscando siempre su indispensable belleza.