Jalisco | En tres patadas por Diego Petersen Farah La calentura y la infección Mientras sigamos atacando a los informales y no haciendo reformas estructurales, estamos condenados Por: EL INFORMADOR 5 de enero de 2011 - 02:28 hs México generó este año más de 730 mil empleos, algo nunca visto desde 1996. Eso que tanto festinamos no llega a la mitad de los empleos necesarios para dar cabida en la economía formal a los mexicanos que cada año se incorporan al mercado laboral, menos aún para satisfacer el déficit acumulado a lo largo de 15 desastrosos años en términos de empleo, que suma casi 10 millones. La economía mexicana como está, con todas las taras que viene arrastrando, no va a crecer más de 4% y por lo mismo, no va a generar jamás más de 750 mil empleos anuales. En generaciones de mexicanos de cerca de 2 millones, de los cuales 1.5 busca en algún momento integrarse al mercado laboral, la cifra es poco alentadora. Si a eso le agregamos que en la nueva economía cada día es más caro crear un empleo, o dicho de otra manera, la inversión que genera valor es cada vez más en tecnología y menos en mano de obra, la tragedia parece inevitable. ¿A dónde van esa mano de obra y ese talento que la economía formal no puede absorber? Una buena parte a la economía informal, donde se la pasa dando tumbos de tianguis en tianguis. Otra parte se va a Estados Unidos, lo cual es sin duda un gran alivio a la presión del empleo en México. La economía estadounidense llegó a requerir 400 mil mexicanos por año, pero eso ya no es así. Pero a partir de 2008 la tasa neta de migración, es decir la diferencia entre los que se van y los que regresan, más los centroamericanos que se atoran en la frontera, es de 200 mil. ¿Y el resto? Aunque no hay cifras, sabemos que el resto, una buena parte de nuestros jóvenes, se están integrando al crimen organizado que les ofrece una vida corta, riesgosa, pero con ingreso. Para que el país genere los empleos necesarios se requiere que la economía crezca por arriba del siete por ciento anual. Para que esto suceda hay que quitarle las taras que están obstruyendo el desarrollo, que conocemos desde hace años, pero que nadie se atreve a tocar: el excesivo costo del empleo formal (nuestro sistema de seguridad social es caro y malo); la rigidez sindical que sólo beneficia a los sindicatos y sus líderes y no a los obreros sindicalizados; la inversión en áreas estratégicas, básicamente industria petrolera (mientras Petrobras, que era como hermana menor de Pemex, es hoy una de las cinco empresas de mayor valor en el mercado mundial, Pemex es tan ineficiente que sale más barato importar la gasolina hecha con nuestro petróleo que producirla en México). Sí hay motivo para festejar la creación de 730 mil empleos, pues siempre serán mejores que los 300 o 500 mil que se estaban generando, pero la solución está aún muy lejos. Mientras sigamos atacando la calentura y no la infección, persiguiendo a los informales y no haciendo reformas estructurales, estamos condenando a una generación completa de mexicanos al empleo mal pagado, al subempleo, al desempleo o peor, al crimen organizado. Temas Diego Petersen Farah En tres patadas Lee También Sociales: 21° Torneo Adolf Horn de American Chamber México | Capítulo Guadalajara NFL: Los Ravens dominan a los Chargers Oktoberfest 2024: una tarde de intercambio culturalconvivencia alemana Sociales: Santiago Méndez Díaz, bautizo y cumpleaños en familia Recibe las últimas noticias en tu e-mail Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones