La Univa, en pos de reforzar su vocación de servicio

GUADALAJARA, JALISCO (22/JUN/2012).- Responder puntualmente al reto actual de la educación, y reforzar e innovar la identidad de la Universidad y la gestión de servicio en la comunidad universitaria, son los principales objetivos de Francisco Ramírez Yáñez, nombrado el pasado lunes rector de la Universidad del Valle de Atemajac (Univa).

Consciente de que recibe una institución en un contexto de “emergencia educativa”, por factores como la pobreza y la falta de oportunidades, el nuevo rector de la Univa tiene el reto de sensibilizar a la institución y acercarla a las necesidades del entorno, con problemas crecientes como el desempleo, al que denomina “una calamidad social”: “Una persona sin empleo no se convierte automáticamente en un delincuente, pero es una persona que no alcanza a cubrir sus ilusiones, sus sueños y que son naturales en todo ser humano. La universidad debe despertar a estas situaciones y hacer lo posible para participar en la construcción de la sociedad”.

Es en ese sentido que la principal tarea del nuevo rector, indica, es realizar una gestión con base en cuidar, conservar e innovar la identidad de la Universidad: “Que permee todos los aspectos de la institución: en lo académico, que tiene una propia autonomía, y que este espíritu configure un comportamiento ante la vida, un análisis de la visión de la realidad. Debe abarcar todos los niveles mediante una gestión de servicio eficaz”. Además, continuar con el proyecto de imagen y promoción institucional de su extinto predecesor Guillermo Alonzo Velasco. “La Universidad contempla una presencia en la sociedad con base en su lema: Saber más para ser más”.

El rectorado de Ramírez Yáñez resulta además una oportunidad de intercambio ante la llegada de José Francisco Robles Ortega como arzobispo de Guadalajara, con quien guarda cercanía por haberlo tratado durante su estadía en el Colegio Mexicano de Roma: “La universidad católica tiene un compromiso puntual para aplicar el pensamiento de la Iglesia. Nos reconocemos como una institución en comunión y dependencia del arzobispo, aunque la autoridad institucional es el rector”.

Al comenzar su rectorado, vislumbra una primera etapa de consolidación —pues de otro modo se corre el riesgo de crecer y perder calidad—, seguida de una etapa de reajuste, que implicará las jefaturas académicas. Entonces vendrá un estudio de mercado, una revisión de los programas y reforzamiento del programa académico, sobre todo en el orden de la comunicación y aspectos tecnológicos y con énfasis en las carreras que han sido estrellas de esta universidad: comunicación, nutrición y la creciente presencia de medicina.

Docencia e investigación

La formación integral de los profesores y la investigación son también preocupaciones en el área académica, pues reconoce que es un punto débil que necesita ser fortalecido: “Debemos poner más atención y facilitar a los investigadores su profundización en la ciencia; es un aspecto que no ha sido trabajado suficientemente. Algo existe, pero no es ni siquiera lo que pudiéramos esperar”.

Considera que “tenemos más oportunidades y fortalezas. Un rector no debe apabullarse ante la adversidad. La tarea es cómo transformar esa adversidad en un reto; una debilidad en una oportunidad. Creemos que se puede mejorar cada día cualquier aspecto de la vida. No existe una situación tan perdida que no tenga remedio; no existe una persona que no pueda levantarse de su caída”.

PERFIL
Un rector tapatío

Nació en Guadalajara el 12 de junio de 1955.

Ordenado en la Catedral de Guadalajara en junio de 1981.

Estudió en el Seminario de Guadalajara desde primaria.

Es licenciado en Teología del Matrimonio y la Familia.

Fue prefecto de Estudios en el Colegio Mexicano, en Roma, de 2005 a 2011.