La Madre Lupita sigue ayudando a enfermeras y pacientes

GUADALAJARA, JALISCO (18/MAY/2013).- Monjas enfermeras del Hospital Santa Margarita donde sirvió la Madre Lupita, ubicado en Guadalajara, dicen que todavía está con ellas la santa recién canonizada por El Vaticano, para apoyar a los enfermos.

Una vez que fue canonizada el pasado 12 de este mes en el Vaticano, el culto de la Madre Lupita ahora santa no tendrá fronteras, pero su caridad y presencia sigue presente en el lugar donde están sus restos, el Hospital Santa Margarita, ubicado en la zona centro de esta capital.

Este nosocomio, que data de 1896, fue la casa de la Madre Lupita durante todo su servicio como religiosa y enfermera, incluso ahí reposan sus restos en una capilla que es visitada diariamente por enfermos y feligreses que acuden a pedirle sanación.

Entrevistadas por Notimex, dos de las 32 monjas que ofrecen su servicio como enfermeras, una de ellas que fue recibida en sus inicios como religiosa por la propia Madre Lupita, coincidieron en que "Dios permite que esté con nosotras para apoyar a los enfermos".

La madre María del Rosario Plácito, de 88 años de edad, afirmó que "donde no la ven y anda con los enfermos huele a rosas" y expuso que hay testimonios que aseguran ver cuando les toca y les dice que no se preocupen que podrán recuperar su salud.

Recordó que un paciente les aseguró que a las dos de la mañana se abrió la puerta de su cuarto y entró la Madre Lupita, "él no sabía que era ella y le dice sígueme, se levantó y fue directo a la capilla, donde ella le dijo a ti no te gusta hacer oración, te hincas y haces oración y a otros les dice cuando te alivies vas a visitarme".

La madre María del Rosario, que ingresó muy joven a la congregación Siervas de Santa Margarita María y de los Pobres, de la cual fue cofundadora la Madre Lupita en 1901, señaló también que las monjas "sentimos su presencia, sentimos que nos sigue ayudando".

"Ella me recibió cuando ingresé, era muy amable pero muy estricta en las cosas, no dejaba pasar nada, a veces no se juntan esas cosas, pero ella así era, me decía hermana así ama a nuestro Señor mire hay basura vuelva a sacudir", dijo sonriendo la religiosa en activo a sus 88 años de edad.

Añadió que ella ingresó a la congregación 1948 y desafortunadamente la Madre Lupita murió en 1963 y ahora sus restos están "justamente en lo que era un cuarto de enfermos, yo llegué como a las ocho de la noche y al otro día a las nueve de la mañana me puso a cuidar un enfermo, era un torero", refirió.

Agregó que la Madre Lupita le decía, "mire hermana a todo al que atendemos es a Jesús a quien servimos", eso me dijo, "pero al enfermo le hizo mal la anestesia y se movía mucho y yo me dije a que tan loco es Nuestro Señor", dijo, volviendo mostrar una gran sonrisa.

Por su parte, la madre Verónica, de 34 años, de ellos 16 en la congregación y Hospital Santa Margarita, manifestó que el enfermo que tiene una experiencia mística con la Madre Lupita se le nota porque transmite mucha paz.

"Muchos enfermos la han visto y ella se distingue porque lleva hábito negro y nosotras, para atender la cuestión psicológica del paciente, nos vestimos de blanco. Ella les pone inyecciones, los toca y alienta, les dice que sanarán", explicó.

Recordó que un paciente entró muy enfermo y al día siguiente fue dado de alta y pidió que fuera a verlo una monjita mayor con hábito negro que lo había auxiliado. "Se le veía tranquilo, con mucha paz, y es que a Madre Lupita anda con nosotras ayudando, siempre en vela cuidando a los enfermos".

Añadió que el Hospital Santa Margarita cuenta con 60 camas de hospitalización además de las de urgencia y terapia intensiva, laboran además de las 32 religiosas otros 57 enfermeros y enfermeras.

Dio a conocer que las religiosas también realizan misiones en varias casas que tienen por el mundo y atienden a los sacerdotes en sus parroquias.

El Papa Francisco declaró santa a la Madre Lupita, como la monja de los enfermos, el pasado día 12, en una ceremonia realizada ante miles de personas en la Plaza de San Pedro, en Roma.

De esta forma, María Guadalupe García Zavala, conocida como la Madre Lupita, es la nueva santa mexicana dedicada a la salud de los enfermos.

La Madre Lupita, es la segunda santa mexicana, después de María de Jesús Sacramentado Venegas, ambas jaliscienses, la segunda del municipio de Zapotlanejo.

Monseñor Óscar Sánchez Barba, postulador en este proceso de canonización, señaló que México por fortuna cuenta ya con 30 santos y es un orgullo que de ellos 17 son jaliscienses, 15 entre los 25 mártires mexicanos, la Madre María de Jesús "Nati" y la Madre Lupita.

Mientras tanto, en la capilla donde descansan sus restos se encuentra enmarcado el testamento espiritual que dejó la Madre Lupita y que dice: "La humanidad sufre y Dios nos ha escogido precisamente a nosotras para aliviar en todo lo que se pueda ese dolor".

"No haga usted duro su corazón a la desgracia ajena, sufra con el que sufre, consuele al que llora, cure al enfermo. Es el destino al que Dios nos llamó y que tenemos que hacer consciencia".

Agrega, "no nos llamó para asegurar nuestro bienestar, si no que por medio de nosotras, otras personas logren encontrar su necesidad remediada por alguien de quien lo espera todo, por creernos cerca de Dios... olvídese de usted misma y entréguese a los sacrificios que Dios le pida".

Asegura que no importa que jamás tomen en cuenta lo que se hace, "que al final de cuentas sólo Dios le pagará. Pronto pasaremos a otra vida y nada más nos llevaremos nuestras obras".