La Luz del Mundo se alista para la Santa Cena

GUADALAJARA, JALISCO (12/AGO/2013).- Entre las masas que caminan por las calles de la colonia Divina Provincia, se escuchan algunos cantando una alabanza. "Del oriente y occidente vendrán, pueblos que no conocimos vendrán, gentes que nunca hemos visto, rostros que nunca imaginamos contemplaremos loando a Jehová". Miles de personas, muchas culturas y lenguas conviven; todos con la misma doctrina se concentran alrededor del templo sede internacional de la iglesia La Luz del Mundo, para celebrar la Santa Cena.

Como cada 14 de agosto, creyentes de todo el mundo se reúnen al oriente de Guadalajara para realizar la comunión de Cristo, mejor conocida como la celebración de la Santa Cena, que consiste en el memorial santo que Jesucristo realizó en la última Pascua sobre la tierra. Esto se celebra en el marco de la Santa Convocación que se lleva a cabo del 07 al 15 de agosto.

La Santa Convocación es el periodo en que los hermanos de La Luz del Mundo se preparan con meditación para poder llegar al culmen, la Santa Cena, con un ánimo de espíritu adecuado.

En diferentes colonias cerca de Divina Provincia se albergan a 300 mil delegados. Entre ellos se encuentra la comunidad colombiana, con cerca de 600 creyentes. Parte de ellos son Jairo Antonio López Pérez, bautizado en 1991 y su esposa Mary Derly Plazas, bautizada en el 87.

"Como miembro de la iglesia de la Luz del Mundo tengo el conocimiento pleno de lo que significa la fiesta. Para nosotros venir a la Santa Cena es asistir a la fiesta más grande de toda la tierra, porque es un mandamiento de Dios anunciar la muerte de Jesucristo a través de comer y beber de la copa. Es parte de nuestra salvación", comenta Jairo Antonio en los alrededores del templo.

Su esposa, con la cabeza cubierta por un velo negro camina a su lado. "Nosotros venimos desde Colombia. Nos motiva la invitación del gran apóstol de Jesucristo. Es importantísimo participar de la Santa Cena".

Juntos visitan Guadalajara desde el 97, continuamente, sin perder un año. Llevan 17 años de casados, con una hija de 16 años que en esta ocasión no los pudo acompañar. Asisten porque además de la experiencia espiritual, disfrutan de convivir con otros hermanos.

"Estar entre ellos es una de las maravillas que encontramos en este lugar", agrega Jairo. "Nos gusta que nos compartan sus experiencias de cada país, porque anuncian lo mismo, que en la faz de la tierra hay un apóstol de Jesucristo".

Año con año solventan este viaje. Planean la visita porque saben que el 14 de agosto estarán en Guadalajara. Para ello realizan actividades que les permitan recabar fondos. "Algunos hermanos no pueden venir porque no tienen para el pasaje o no tienen con quién dejar a sus hijos, pero nos apoyan para que algunos vengamos a representar nuestra iglesia".

Se hospedan en la calle de Nubia, con una familia de hermanos tapatíos que los reciben desde hace ocho años, cuando les ofrecieron posada por vez primera. Desde entonces surgió una amistad entre ellos. Con el tiempo se generan vínculos especiales, dejan de ser extraños y comparten con extranjeros que quizás concluyan siendo buenos amigos.

Este miércoles celebrarán la Santa Cena, desde las 16:00 horas con oraciones y cultos. De acuerdo con Eliezer Gutiérrez, vocero de la iglesia La Luz del Mundo, en la ceremonia se consumen cuatro toneladas y media de pan ácimo, hecho con harina de trigo virgen, aceite de olivo y horneado sin levadura.

Esto se acompaña con siete mil litros de vino realizado con 14 toneladas de uva, para que todos participen de la Santa Cena.

Durante la Santa Convocación pueden participar personas que no sean miembros de la iglesia, en cultos de adoración de temas diversos, como los medios de comunicación, desintegración familiar y adicciones, impartidos por expositores, ministros de culto y especialistas en los temas.

El 15 de agosto se realiza la ceremonia de despedida. Jairo Antonio y Mary Derly, no obstante, regresarán a Colombia hasta el 20 de agosto. "Iremos con una gran alegría en nuestro corazón. Y en el próximo año esperamos que más colombianos sean agregados al pueblo de Dios y vengan con nosotros", concluye la esposa.


EL INFORMADOR / RUBÉN GIL