La Catedral soporta el tráfico y obras viales

GUADALAJARA, JALISCO (06/JUL/2010).- Ante los temores externados por la posibilidad de que la Catedral Metropolitana esté resintiendo el tráfico y haya que protegerla de otras obras viales, el ingeniero Agustín Acevedo sostiene que el edificio posee una estructura fuerte, que le permite aguantar construcciones a su alrededor, obras públicas e incluso sistemas de transporte articulado.

Acevedo es contratista y desde hace 25 años ha participado en reconstrucción y restauración de edificios patrimoniales, entre ellos la reconstrucción prácticamente completa de la Catedral de Ciudad Guzmán y de la propia Catedral de Guadalajara. Ha intervenido en por lo menos ocho templos en Jalisco y en múltiples edificios en el país.

“No hay por qué preocuparse absolutamente de nada con la Catedral. Si la duda es por parte de la estabilidad estructural, no hay que temer”, sostiene. “La estructura de la Catedral es suficientemente fuerte y flexible para soportar muchas cosas”.

La seguridad se la otorga, por un lado, el conocimiento de las posibilidades de la ingeniería actual; pero también la experiencia que tuvo en 1985, cuando le tocó dirigir trabajos en la Catedral.

En ese año, Acevedo intervino en la reparación de las bóvedas, de los pisos y de los mosaicos de las torres, para los que recuerda los planos escala uno a uno que tuvieron que sacar para sustituir sólo los mosaicos dañados, con la misma técnica con la que se construyeron en 1854.

“Para eso teníamos un andamio en la torre Sur y teníamos separadas las puntas del andamio entre 20 y 30 centímetros de la torre”, cuenta Acevedo. También relata que a la mitad de los trabajos los agarró el impresionante sismo de 1985.

“Me quedé admirado del comportamiento estructural de la Catedral. Está hecha de piedra, de cantera, pegada con cal viva. En aquel entonces, tanto en la primera etapa de la construcción como en la segunda, en lugar de ponerle la pura cal y el agua, ponían botes de 200 litros, los llenaban de agua y les aventaban nopales. La baba del nopal se mezcla con la cal y lo hace flexible, pero con el tiempo va endureciendo cada vez más. Es un elemento impresionante. A final de cuentas es puro acetato de polivinilo”.

Eso es lo que hace tan singular la estructura, a lo que hay que añadir la técnica con la que hicieron las torres, que son sumamente ligeras. En el terremoto, cuenta Acevedo, se confirmó la pertinencia del tipo de construcción, pues las puntas de los andamios se clavaron en las torres.

“¿Qué quiere decir eso? Que la torre se movió más de 30 centímetros hacia un lado y hacia el otro, sin hacerse una microfisura”, dice convencido Acevedo.

Pero no sólo se trata del fuerte temblor de ese año. El ingeniero constató que durante la construcción del túnel de Hidalgo, en el segundo año del Gobierno de Flavio Romero, se pusieron testigos, es decir pedacitos de yeso que se parten con facilidad, para ver si había algún comportamiento inadecuado del edificio histórico.

“Ningún testigo tronó, todos quedaron perfectos. No se movió en nada la Catedral”.
Para Acevedo, si alguien quiere hacer obra junto al edificio y toma precauciones, no hay por qué temer. La estructura es fuerte y la tecnología lo permite.

“Se necesitan precauciones, por supuesto. Las mismas que se tomarían con cualquier otro inmueble. La tecnología ahora lo permite. Por ejemplo, poner pilas, que es lo que se hace con los pasos a desnivel. Si hincan pilas, éstas sustituyen el empuje de la tierra; se puede escarbar sin ningún problema y no se daña ni se desestabiliza lo que está detrás de la pila”.

El ingeniero pone la lupa en otro lado: la prevención y el mantenimiento. No hay que temerle a la obra alrededor de los templos, a lo que hay que temer es al desgaste: fauna parasitaria, drenaje en malas condiciones, cantera a la que le quitan el enlucido, falta de protección frente a las palomas, descuido en la ubicación inadecuada de los cuadros y mala comunicación entre los párrocos y las autoridades del Instituto Nacional de Antropología e Historia ( INAH). La idea es centrar los esfuerzos en prevenir daños, en lugar de corregirlos.

PARA SABER

La Catedral Metropolitana de Guadalajara y todos los edificios patrimoniales del Centro Histórico son afectados por la cantidad de vehículos que circulan sobre Avenida Alcalde.
De acuerdo con Vialidad, el número de camiones de transporte público asciende a 650 al días.

Una unidad articulada, del tipo Macrobús, pesa 19 toneladas vacía y 30 toneladas con 160 pasajeros, que es el tope de su capacidad. Si va lleno, ejerce una presión de 1.6 toneladas por metro, en una superficie asfáltica pareja de características especiales.

Un autobús tipo torino pesa 11 toneladas vacío y hasta 17 con 90 usuarios, que es la capacidad máxima de pasajeros sentados y parados. La presión que ejerce sobre el pavimento es también de 1.6 toneladas por metro lineal.

Un midibús pesa 12 toneladas cuando está lleno. Con sólo 70 usuarios ejerce una presión sobre el pavimento de 1.2 toneladas por metro lineal.

FUENTE: Secretaría de Vialidad y Transporte.

FRASE

"Cientos de vehículos de docenas de rutas causan mayor vibración y daño de todo tipo: ambiental y de estructura a edificios", Diego Monraz Villaseñor, secretario de Vialidad.

PERFIL

Agustín Acevedo,  ingeniero civil

Dirigió la reconstrucción de la Catedral de Ciudad Guzmán en 1985. Se creía que se requerían 10 años y 10 millones de dólares. Él lo hizo con medio millón de dólares y en menos de un año.

Intervino, en 1985, en la restauración de las torres de la Catedral Metropolitana de Guadalajara y en restauración de bóvedas y pisos.

Ha intervenido en ocho templos de Jalisco. Es contratista general y se dedica principalmente a la vivienda. Ha reconstruido y construido múltiples edificios en el país.