Jalisco | Del barrio y sus virtudes LA CIUDAD Y LOS DÍAS (16 DE ENERO 2008 ) Juan Palomar Por: EL INFORMADOR 16 de enero de 2009 - 02:55 hs Los barrios representan la pieza clave de las ciudades. Constituyen unidades básicas urbanas que, en sus mejores casos, funcionan como organismos complejos y completos. De esta manera posibilitan el desarrollo armónico del tejido humano y garantizan la interrelación, y la solidaridad, entre sus habitantes. Los barrios contribuyen en gran medida a dar identidad a las ciudades, las caracterizan y les dan rostro y escala humana. La historia de estos enclaves citadinos es vasta y variada. Baste decir que sin ciertos barrios clave la personalidad de las grandes ciudades se vería disminuida y adocenada. Los ejemplos serían numerosísimos. ¿Quién se imagina a Guadalajara sin San Juan de Dios o El Santuario, sin Mexicaltzingo, la Capilla de Jesús o Analco, por poner unos cuantos ejemplos? En las ciudades como París o Nueva York, Londres o Berlín, Río de Janeiro o Bogotá, el buen funcionamiento del organismo citadino se basa, invariablemente, en un armónico y complementario conjunto de barrios. Al interior de cada barrio existen, por supuesto, otras unidades urbanas de menor escala: las comunidades vecinales, agrupadas por cuadras o manzanas determinadas. Esto da un marco adecuado a las viviendas, que así adquieren un contexto construido en el que se inscriben de manera natural y jerarquizada. Así, los barrios y sus unidades vecinales contribuyen a la elaboración de un discurso urbano común que involucra a todos los habitantes y les confiere identidad, singularidad y peso específico dentro de la comunidad. La evolución y determinadas tendencias culturales han contribuido a provocar un cierto demérito del barrio. El barrio, por esencia, acoge una mixtura de funciones y de individuos, es un territorio propicio a la pluralidad y el intercambio. El urbanismo del siglo XX, y algunas de sus secuelas, han preconizado la separación aséptica de funciones y el anonimato citadino. Baste recordar los grandes desarrollos conocidos como "ciudades dormitorio" o los socorridos "cotos" tapatíos. En ellos, muy poco de la riqueza barrial puede subsistir y la aportación que en el caso de los barrios dan éstos a la ciudad es inexistente. Si se observa la evolución de los tejidos relativamente más recientes de nuestra ciudad es notable la manera como se han ido transformando. De constituir entornos más o menos precarios formados por infraestructuras comunes incompletas y casas habitación también precarias, han pasado a ser, en los mejores casos, barrios identificables y con personalidad propia. Los elementos para que lo anterior suceda parecen existir en la misma instrucción genética de la ciudad y en el instinto de los habitantes. Basta comparar algunos de estos contextos hoy devenidos en auténticos barrios -por todo el rumbo de Oblatos, por ejemplificar-, con lo que sucedió con las grandes intervenciones de vivienda financiada por las autoridades en décadas pasadas. Mientras que en el primer caso el contexto urbano y el tejido social han logrado mejorar y consolidarse, en el segundo -dentro de "unidades habitacionales" supuestamente terminadas y completas- se puede observar un grave deterioro de los dos factores apuntados. La salud de la ciudad pasa por la conservación, y la creación, de verdaderos barrios. jpalomar@informador.com.mx Temas La ciudad y los días Juan Palomar Verea Lee También ¡Bodas colectivas GRATIS en CDMX! Conoce los requisitos, fechas y horarios ¿Cuáles son los días de descanso obligatorio en diciembre 2024? Restaurantes en CDMX para celebrar el Día de Acción de Gracias 2024 Descubren en Chapultepec los restos de un muelle y un canal de agua de la época prehispánica Recibe las últimas noticias en tu e-mail Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones