Jóvenes dejan rivalidad por el arte urbano

GUADALAJARA, JALISCO (09/SEP/2012).- Las diferencias entre los jóvenes pueden borrarse con pintura en aerosol y una figura a seguir: “Frase”, quien comenzó hace 19 años a plasmar su seudónimo, junto a las siglas “VRS”, que identifican a su barrio (Rivera Sur). Hace una década, su dominio técnico en la pintura le permitió distinguirse a escala internacional entre los expertos del arte urbano.

Hoy, además de haber logrado que su apodo fuera reconocido, “Frase” es pieza clave de una estrategia que busca encauzar el talento de los jóvenes pandilleros, eliminar las rencillas que existen entre ellos, y darles oportunidades de crecimiento educativo.

Se trata de José Luis Torres Sánchez. Eligió su seudónimo porque la “F” se “hila” perfecto con las letras que le siguen cuando se enfrenta a un papel o una barda en blanco. A “Frase” lo respaldan su firma y trabajo, y la fama que forja un tagger (grafitero) de calidad entre los integrantes de cada crew (grupo), barrio o pandilla de la metrópoli.

La asociación civil Hábitat Social lo encontró en un taller de grafiti que realizaba en el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente (ITESO). Y después de ver su trabajo, lo contrataron para acercarse a zonas de conflicto por pandillas de Zapopan, y lograr sumar adeptos. “Llegábamos a donde se juntaban, y les preguntábamos que si tenían ganas o interés de participar en un taller de grafiti, para que pudieran pintar. Algunos sí se prendían y otros no, pero la mayor parte están ahorita pintando”.

Ayer se organizó una pinta de murales en la barda exterior de una unidad deportiva, que se halla sobre la Avenida Tabachines, al cruce con Periférico. Por tres meses, “Frase” preparó a miembros de cuatro “clicas” (pandillas) rivales, y supervisó su trabajo a lo largo de la jornada. Frente a él, “Los Bellacos” y “La Vagancia” hicieron sonar el aerosol contra la misma pared, sin conato de riña alguno.

Y junto a estas dos bandas, “Los Nómadas” y “La Cantera” hicieron lo propio sólo con latas y talento. El tema acordado tuvo qué ver con la cercanía de las fiestas patrias, por lo que el sello mexicano fue obligado para entrar a concursar, y lograr hacerse de playeras, botes para continuar haciendo murales y la aprobación del guía que les mostró cómo eliminar los prejuicios que existen en torno al grafiti.

“(Al principio) no se la creían. Pensaban que no era cierto que yo les fuera a dar el taller. Pero cada vez fue más gente. Primero les dábamos una demostración, y ya viéndote trabajar se prendieron aún más”.

Para ello, se dio a la tarea de conseguir bardas (regularmente abarrotadas de firmas), y limpiar esos espacios para arrancar a mostrarles técnicas de proporción, puntos de fuga, luz, sombra, degradado, difuminado, corte, limpieza; y las modalidades de grafiti, como “la bomba, el tag, el wild style, el drop, y el 3D”, entre otras.

La diferencia entre quienes conoció tendidos en la esquina, con un trapo impregnado de pegamento, refiere, hoy es abismal. “Creo que despertamos un interés en cada uno. Muchos al ver que de esta forma pueden hasta ganarse un varo, dejaron de ‘tonchar’, de ‘loquear’, y cada día se ven más aferrados”.

Se dice ajeno al cambio. “Frase” asegura con modestia que el éxito lo logró quien se dejó llevar. “(Los talleres) sí lograron inclusión social. Y lo que sigue es que (el aprendizaje adquirido) lo exploten al máximo, que vean que lo pueden aplicar a la pintura: ya sea en aerosol o en un cuadro. En aerografía, el tatuaje o el esténcil; no sólo en un muro”.

Así, el primer programa emprendido se llevó una calificación positiva. La ausencia de problemas, miradas de reto o un ambiente tenso entre los pandilleros que se reunieron en la unidad deportiva ayer fue prueba de ello. Lo que sigue para José Luis Torres está en Tonalá y Tlaquepaque, donde otros barrios con “broncas” por territorio esperan por estrategias de este tipo para incluir a los jóvenes a la experiencia del arte urbano.

Prohibir grafiti genera resentidos sociales

La propuesta que se encuentra en el Congreso del Estado, donde se pide una pena de hasta siete años de cárcel a quienes pinten o dejen marcas en casas habitación, paredes o edificios públicos sin consentimiento del dueño, “es una propuesta que no construye. Porque lo único que va a ocasionar es generar resentidos sociales, y no ataca el problema de fondo que es la situación social de esos jóvenes”, comenta la directora del Instituto de la Juventud de Zapopan, Dayanna Velarde; quien fue la patrocinadora de la pinta de bardas en Avenida Tabachines.

Velarde aclara que el crédito es de la organización civil Hábitat, lleva ya dos talleres realizados, y que el Instituto sólo se integró para comprar latas de pintura, prestar mobiliario y conseguir los permisos necesarios para poder intervenir las bardas del espacio deportivo.

Sin embargo, ellos dentro del Instituto tienen un programa de prevención de riesgos sociales, donde el grafiti es una herramienta para combatir el pandillerismo. “Nosotros los invitamos a cambiar la raya por el diseño y pinturas artísticas”.

TESTIMONIO
"El grafiti nos motivó"

Gustavo Salvador Rodarte, “El Roda”, y Jesús Alberto García, “El Hermano”, son pandilleros de la Colonia El Vergel. Hace años pertenecen a la clica (pandilla) “La Vagancia” y defienden a su barrio por sobre todo. Ayer dejaron de lado sus diferencias —generalmente traducidas en riñas— con sus rivales, y con quienes otros días casi ni se pueden ver, “Los Bellacos”, para pintar a escasos dos metros de ellos un mural de grafiti en la barda de la Unidad Deportiva Tabachines, sobre Periférico.

Ambos se dedican a la albañilería, pero en sus ratos libres dibujan y “taggean” las paredes de su colonia. El grafiti lo usaban como catarsis en cuadernos y bardas blancas hasta que les llegó una inspiración: “Frase”, de los “VRS”, quien en tres meses les mostró técnicas para perfeccionar su arte desde el lápiz hasta el manejo de aerosol.

Aprecian de forma distinta esta nueva etapa en su vida, la de grafiteros. A este punto, concuerdan, iniciar una carrera en diseño gráfico resulta una opción por demás atractiva. “En el último (mural) que pintamos en el barrio, llegó un señor que se bajó del camión y nos dio una feria para los chescos”. Sobre su tutor, “Frase”, retratan a un tipo que, en contraste con otros de amplia trayectoria en el grafiti, está dispuesto a compartir su talento, sin “amargarse” a la hora de mostrarles sus técnicas.

Sin rodeos, lanzan su consejo para el resto de los grafiteros de la metrópoli: que ponderen el arte sobre el vandalismo.

Roberto Bernache es distinto a los jóvenes de la pinta de bardas en Avenida Tabachines. Él no pertenecer a ninguna pandilla, pero le gusta pintar con aerosol porque es una técnica que complementa su formación como diseñador gráfico. El estudiante, de 20 años, fue uno de los alumnos del artista urbano “Frase”.

Este estudiante y vecino de la Colonia Constitución hizo equipo con la banda “REB”. Él propuso como tema Quetzalcóatl, ya que los organizadores solicitaron que los murales reflexionaran sobre motivos mexicanos. La cabeza de la serpiente emplumada es de su autoría y trabaja solo, mientras sus compañeros de los “REB” pintan la palabra maya como parte del cuerpo de la deidad azteca.

GANADORES
Categorías de los murales

1.- “Los de la Cantera”, mejor parecido con el boceto.

2.- “Los Nómadas”, idea más original y mayor técnica de artista.

3.- “La Vagancia”, el mural más armónico y con mejor limpieza.

4.- “Los Bellacos”, mejor uso de color.

SANCIONES
En el Congreso

La propuesta de cárcel a grafiteros sigue en comisiones en el Congreso local. La iniciativa, presentada por los priistas Marco Antonio Barba Mariscal y Rocío Corona Nakamura, es reformar el Código Penal para que se sancione con penas más severas el grafiti, por lo que se impondrán de seis meses a tres años de prisión por dañar bienes particulares; de uno a seis años, si se trata de edificios públicos o protegidos como patrimonio cultural, y de dos a siete años en caso de reincidencia.