Jornada de violencia se salda con 18 detenidos y dos muertos

GUADALAJARA, JALISCO (10/MAR/2012).- Dieciocho personas arrestadas, dos muertos, 25 vehículos secuestrados, 16 puntos con incendios o ataques de otro tipo, dos bloqueos al tráfico y una ciudad alarmada. El agitado viernes que vivieron la Zona Metropolitana de Guadalajara y otros municipios de Jalisco se saldó con ese resultado, en la más larga jornada de ataques provocados por el crimen organizado que ha vivido el Estado en el sexenio.

La cadena de sucesos comenzó después de las 13:00 horas con un operativo militar en la Colonia Lomas Altas, de Zapopan, en donde fueron detenidos dos líderes del grupo criminal llamado “Cártel de Jalisco Nueva Generación”. Esto desató los bloqueos e incendios de vehículos en la ciudad y fuera de ella, en lo que todo indica que fue una serie de represalias a cargo del mismo grupo delincuencial.

Los detenidos, según confirmó la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), fueron en principio Erick Valencia Salazar, alias “El 85”, considerado como el líder de la estructura del grupo criminal, y un segundo líder identificado como “Tony Montana”, al parecer segundo en importancia en dicho cártel.

Además de ellos hubo 14 adultos detenidos y dos menores retenidos en dos distintos sucesos, que fueron presentados por la noche en la Procuraduría de Justicia de Jalisco.

El operativo comenzó a las 12:00 horas y devino una balacera de unos 15 minutos en la finca 4027 de la calle Paseo del Rocío, entre las calles Piscis y Sagitario, a un costado del Colegio Los Altos, que suspendió clases el resto de la tarde.

A “El 85” y “Tony Montana” les aseguraron más de 30 armas largas, granadas, cargadores y cartuchos; se informó que los trasladarían a la Ciudad de México. Mientras, en el colegio vecino Los Altos las maestras trataban de distraer a las alumnas, puesto que en sus instalaciones aterrizó un helicóptero de las Fuerzas Armadas.

Bloqueos

El operativo de Lomas Altas desató el estallido de los bloqueos e incendios. La historia afectó 16 puntos diferentes en el Estado, 11 de ellos dentro de la Zona Metropolitana de Guadalajara. Comenzó con los primeros incendios de camiones del transporte público: uno en Miguel Blanco y Rayón, en la colonia Americana, que dejó una columna de humo que pudo ser vista a la distancia, y otro en Enrique Díaz de León y la Avenida Maestros, en la zona del Panteón de Mezquitán.

“Eran cuatro hombres armados, le cerraron el paso al camionero de la ruta 27 y les gritaron ¡bájense o los matamos!, y cuando los estaba viendo yo (testigo) por la ventana, le aventaron gasolina y le prendieron fuego al camión”, explicó un vecino de la zona.

El centro de emergencia 066 recibió cientos de llamadas sobre bloqueos, disparos y detonaciones de granadas. Las historias sobre camiones incendiados fueron repitiéndose en redes sociales. Rumores y datos falsos fueron poco a poco desmentidos. Luego, los reportes cesaron cerca de las 18:00 horas y, más tarde, el gabinete de Seguridad, encabezado por el gobernador Emilio González, aseguró que habían cesado los ataques.

Pero, mientras tanto, el temor cundió. Elementos de la Policía de Zapopan se enfrentaron a balazos con un grupo en San Juan de Ocotán, donde murió un hombre identificado como sicario y fueron detenidos siete hombres armados.

En el cruce de Puerto Guaymas y Las Torres, en Zapopan, murió la segunda persona de la jornada: un hombre que quedó a bordo del camión de la ruta Turquesa incendiado y de cuya identidad hubo dos versiones: en principio, que fue uno de los mismos incendiarios; más tarde, la Policía de Zapopan dijo que era el chofer del camión, sin identificarlo.

Operativo
Reforzarán patrullaje en la ciudad

El Ayuntamiento de Guadalajara reforzará la vigilancia policial en la ciudad durante el fin de semana en las zonas con mayor afluencia de personas, como el Estadio Jalisco y la Vía RecreActiva.

Además, instaló un Centro de Mando “estratégicamente ubicado, así como un operativo especial integrado por convoyes de patrullas y motocicletas”, informó en un comunicado.  

El Gabinete de Seguridad del Gobierno tapatío, se lee en el texto, “se mantiene en sesión permanente y dictó medidas preventivas para generar tranquilidad y auxilio a la población en los momentos de contingencia”.

Los policías doblarán turnos el fin de semana para apoyar y orientar a los ciudadanos que lo requieran.

Además, el Ayuntamiento aclaró que el fallecimiento de una menor de edad, ocurrida en el Hospital Civil, producto de una herida de bala en el Sur de la ciudad, “al parecer no está relacionado con los hechos antes referidos”.

Claves
Así operaron

Según contaron testigos de por lo menos cuatro de los bloqueos con unidades del transporte público, el procedimiento incluyó los siguientes pasos:

1.- Entre tres y seis personas marcaban el alto a los camiones.

2.- Subían a la unidad  y, a punta de pistola, pedían a los pasajeros que descendieran de manera callada y en calma.

3.- Rociaban de gasolina el camión por la parte de afuera y el área del motor; por dentro, en los asientos. Encendían con un cerillo y, en algunos casos, con granadas de fragmentación.

4.- El grupo atacante salía de la escena del crimen; en al menos dos casos se comprobó que lo hicieron en camionetas de alto cilindraje.

5.- Los gritos de los usuarios del camión alertaron a vecinos sobre el fuego en el vehículo; minutos después llegaron los cuerpos de seguridad.

6.- En tres casos, los vecinos contaron que los primeros en llegar eran agentes de Vialidad; después, los bomberos. Las investigaciones se llevaban a cargo por personal de la Procuraduría General del Estado.

9.- El bloqueo, una vez consumado, no duraba más de 90 minutos. Para remover las unidades del transporte público se utilizaron grúas industriales.

10.- En los cuatro casos que se consultaron, los vecinos manifestaron que ninguna autoridad se acercó para darles palabras de certidumbre.

CRÓNICA
Vigilancia policial, la diferencia en el Centro

Las campanadas de la Catedral anuncian que son las seis de la tarde. En el Centro de la ciudad la vida transcurre casi de manera normal, salvo por una importante presencia de elementos de seguridad en las calles: ocho patrullas de la Policía de Guadalajara en lugar de las calandrias de Liceo, afuera del Museo Regional; policías estatales revisando a los cuatro tripulantes de pick-up en Hidalgo; guardabosques armados en la plaza de la Rotonda.

El ruido de las sirenas es una constante en el paisaje sonoro de la Guadalajara de este viernes. En el Centro, al mediodía, tres unidades de los autobuses turísticos Tapatío Tour permanecen estacionadas; el encargado de los boletos no sabe si habrá viajes por la tarde. “Puede comprar el boleto bajo el riesgo que se cancele”, advierte. “Para más seguridad, venga mañana”.

Ninguna señal indica que los transeúntes del Centro estén en estado de alarma. Los peatones circulan sin prisa. Los turistas extranjeros, aletargados por el calor, se sientan en las bancas a tomar un respiro. Con expresión de aburrimiento por su falta de clientes, los boleros afirman no estar enterados de ninguno de los sucesos violentos de este viernes.

José Luis Díaz Galván tampoco sabe a ciencia cierta qué pasó, aunque intuye que algo anda mal desde que la tarde se infestó de patrullas. No se ha movido del plantón que desde hace 96 días mantiene en la Plaza de Armas, el instalado como una reacción a la última jornada violenta que impactó a la ciudad.

“Estamos aquí para denunciar la violencia atroz”, “¡Emergencia nacional!”, “¡Exigimos justicia!”, rezan algunas de las decenas de mantas que cubren el piso de esa esquina desde el 5 de diciembre, apenas unos días después de que fueron encontrados 26 cadáveres en los Arcos del Milenio. “Nos manifestamos por que somos de aquí”, explica Díaz Galván, “porque no es posible que se normalicen esas cosas y que seamos una sociedad productora de criminales”.

Una vez defendida su causa, el activista vuelve tranquilo a la silla desde la que verá caer la tarde en el Centro de la ciudad.

En otros puntos de la urbe suenan helicópteros, sirenas de patrullas; su ruido acompaña la hora de la comida; y hacia la tarde, la ciudad va volviendo a la normalidad. Aunque, eso sí: hay policías por todas partes.