Martes, 26 de Noviembre 2024
Jalisco | PALESTRA 20 POR JORGE OCTAVIO NAVARRO

Inseguridad y neblina

El regreso a la que sin duda puede llamarse ‘‘realidad local’’ se presenta estruendoso, por la vía de balas y granadas

Por: EL INFORMADOR

Jorge Octavio Navarro.  /

Jorge Octavio Navarro. /

Durante los últimos 30 días, una especie de alegre neblina nubló la percepción general de las cosas. El torneo mundial de futbol en Sudáfrica, a pesar de los malos resultados del equipo mexicano, entretuvo a la mayoría de quienes vivimos en el país. Aficionados, mucho o poco, al deporte de las patadas, fue casi imposible sustraernos a la dominante y casi exclusiva oleada de información que nos llegaba del lejano Continente Negro.

Pero acabó, por fortuna. No más futbol de campeonato mundial hasta el año 2014.

El regreso a la que sin duda puede llamarse “realidad local” se presenta estruendoso, por la vía de balas y granadas.

Y es que ayer, cuando todavía era fresca la noticia de las celebraciones entre los más afortunados en el mundo futbolero, en nuestra ciudad nos sorprendió un nuevo choque entre grupos armados. Balas de grueso calibre, persecuciones, explosiones, todo a un mismo tiempo. Irónicamente, las crónicas policiacas se alimentaban de más violencia justo después de que había terminado una reunión entre los ocho alcaldes del Área Conurbada para medir sus avances en materia de combate a la inseguridad.

Futbol aparte. Neblina benigna disipada. El regreso a nuestra realidad tiene un único nombre: violencia.

El más urgente problema en nuestro país, en Jalisco, no está ligado a los esfuerzos para salir de la crisis económica o para mejorar la distribución de la riqueza. Tampoco tiene que ver en este momento con la falta de un mejor sistema educativo, ni con la supresión de nuestros contaminantes esquemas de transporte o explotación irracional del agua. La urgencia está en detener la espiral de violencia que contamina nuestra vida cotidiana y se instala en todos los rincones de la ciudad, en las carreteras y en los pueblos pequeños y grandes.

Si el Gobierno del Estado sostiene una y otra vez que no estamos “tan mal” como en otras entidades (léase Nuevo León, Chihuahua o Baja California), la reacción obvia después de los hechos violentos que consignan hoy las páginas policiacas, es cuestionar cuándo estaremos, ahora sí, en circunstancias iguales.

Un análisis mínimo obliga a replantear, nuevamente, si la estrategia de la “guerra antinarco” lanzada por el Gobierno de la República es la correcta. Si en Guadalajara chocan a balazos los grupos delictivos, es porque combaten por el “mercado de las drogas”, explica el secretario general de Gobierno, Fernando Guzmán. Pero se plantea, por simple comparación: ¿Podrá Jalisco sustraerse a una confrontación entre cárteles que eventualmente intenten dominar nuestra “plaza”? Evidentemente no.

Ya estamos acostumbrados: cada fin de semana contamos las ejecuciones por unidades y a veces por decenas, pero nos consolamos con la creencia de que todos los caídos formaron parte de las filas del crimen organizado y “son ajustes de cuentas”. Si no se actúa con estrategias correctas, con prevención y coordinación real, cuando se levante totalmente la neblina, posiblemente nos encontremos con una realidad que no habíamos creído posible.

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