GUADALAJARA, JALISCO (16/MAY/2017).- Sólo unos tragos de tequila fueron suficientes para perjudicar la salud de Óscar Jaime. El tapatío de 26 años recuerda que adquirió una botella en una tienda de autoservicio para llevarla a una fiesta. Primero se sirvió en un vaso pequeño y el primer sorbo le supo raro. Desconfió de la bebida, pero repitió una dosis con más refresco de toronja, con la intención de disfrazar el sabor. En minutos empezó a sudar, su ritmo cardiaco se aceleró y sintió necesidad de vomitar. Luego siguieron los temblores y el dolor de cabeza.El consumo de bebidas alcohólicas de dudosa procedencia o que no son reconocidas por organismos certificados pueden traer consecuencias más graves, como ceguera y hasta la muerte, advierte Octavio Campollo Rivas, responsable de la Clínica y Centro de Estudio de Alcoholismo y Adicciones de la Universidad de Guadalajara.La Cámara Nacional de la Industria Tequilera destaca que la venta informal o ilegal equivale al 36% del mercado de las bebidas destiladas en México, pero también representa un boquete en las finanzas porque se evaden cada año seis mil millones de pesos a través del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (en 2017, el Gobierno federal estima una recaudación por este impuesto por 14 mil 696 millones de pesos provenientes del sector formal).Por esta razón, indica el organismo, es necesario enfocar los trabajos en combatir la falsificación y la adulteración para evitar el engaño al consumidor.En ese sentido, el presidente del Comité Nacional del Sistema Producto Agave Tequilana, Raúl García Quirarte, exige a la autoridad combatir la falsificación de bebidas y la competencia desleal. Ejemplifica que si en una tienda un destilado vale 50 pesos y enfrente está una botella de tequila 100% premium, que cumple con toda la normatividad y cuesta 150, “la gente del sector bajo se va por el más barato, pero lejos de tener agave le ponen alcohol”. Por eso los daños a la salud.Remarca que las sustancias adulteradas se ofertan principalmente sobre la carretera a Nogales y la autopista a Puerto Vallarta, pero también en la zona Valles de Jalisco.Por su parte, el Consejo Regulador del Tequila reveló que, en 2016, se decomisaron dos millones 300 mil litros de alcohol ilegal a nivel nacional. En Jalisco, coincide en que los municipios de El Arenal, Tequila y Amatitán son los principales productores irregulares.Aunque se destruyen miles de litros al año, el problema es que este delito se combate poco: la Delegación Jalisco de la Procuraduría General de la República (PGR) sólo registra cuatro averiguaciones previas por adulteración de tequila en los últimos siete años, pero no precisa cuántos productores ilegales están en la cárcel.