El arzobispo de Guadalajara señaló que la religiosidad popular no es válida si no se apega a los principios del Evangelio.Según el código de los Caballeros Templarios- nombre de una orden católica de cruzados que combatían a los ejércitos musulmanes por el control de Jerusalén en la época medieval- sus miembros deben luchar contra el materialismo, la injusticia y la tiranía en el mundo, pero al mismo tiempo trafican con drogas, extorsionan, matan y se presume que también trafican con órganos."La religiosidad popular aun siendo un valor del pueblo, para que sea válida y positiva tiene que ir permeada por los principios del Evangelio. En la medida que la religiosidad se evangeliza, se manifiesta como un bien para la comunidad y para la sociedad, se aparta de los principios evangélicos puede llegar a aberraciones tan graves y serias como se han mencionado y por su puesto eso no es un valor religioso, es una degeneración de un principio religioso llevado a un terreno que nada tiene que ver con el espíritu del evangelio", expuso Robles Ortega.En este grupo el concepto de santidad está completamente desvirtuado, desviado y desvalorizado, señaló el cardenal."Una persona santa es la que vive las virtudes del evangelio en grado heroico, en grado ejemplar, en grado de verdaderamente una propuesta para los demás", dijo en relación a los altares que hay en Michoacán para venerar a su fundador, Nazario Moreno Gómez, alías ''El Chayo''.EL INFORMADOR / GEORGINA GARCÍA
