Hay fallas en estrategias de apoyo para adultos mayores, consideran

GUADALAJARA, JALISCO (22/JUL/2013).- El cambio en la pirámide poblacional de Jalisco, que  en 17 años tendrá como sector mayoritario a los adultos mayores, está "a la vuelta de la esquina". Pero desde su inicio, los programas asistenciales que ha habilitado el Estado Mexicano han fallado en conceder satisfactores a este núcleo de habitantes, por lo que de continuar rigiéndose bajo los mismos cánones, la autoridad tendrá qué sortear un reto mayúsculo.
 
De acuerdo con la investigadora de la Universidad de Guadalajara (UdeG), Adriana Meza Calleja, la inminente transición demográfica en puerta es "desalentadora" porque la autoridad simplemente no se ha preparado para lo que ello implicará llegado el punto, y a este momento, agrega, pareciera que no está en sus prioridades hacerlo.
  
Las atenciones que hoy se prestan al adulto mayor en México, dice, son meros "paliativos" para la problemática social a la que se enfrentan, y no existen programas que busquen prevenirlos de ésta. La maestra en Ciencias Sociales ejemplifica con el tema de las enfermedades, pues refiere que debería de existir una terapia a edad temprana que las evite, en lugar de conceder medicinas gratuitas o a precios bajos una vez que ésta se presenta.
 
Lo mismo ocurre con programas asistenciales de entrega de lentes, o atención a la diabetes: son estrategias de reacción, y no de prevención.
 
"Es un problema de falta de visión global que se traduce en resultados de declive; los programas deberían empezar antes (...) Hay programas para atender la enfermedad, pero no hay uno solo que prevenga la presencia de esa enfermedad. No hay espacios y no hay programas para promover el envejecimiento activo, lo que implicaría que, a la larga, el Estado invirtiera menos dinero".
 
Pero el tema de salud no solo se limita a los padecimientos físicos, sino a los mentales. Y la ausencia de trabajo o la escasa oportunidad del mismo en personas mayores incide significativamente en ello. "Está demostrado que las personas mayores deprimidas hacen más uso de los sistemas de salud que quienes no lo están, pero de nuevo: si no hay prevención en salud física, mucho menos en salud mental".
 
La participación del Estado, agrega, es grande, pues es la alternativa a la que se sujeta el ciudadano en edad adulta, quien regularmente pierde la atención de sus familiares por circunstancias diversas: ya sea porque sus parientes cercanos fallecen, o porque sus hijos tienen como prioridad el desarrollo de su propio hogar.
 
Entonces es cuando se padece la poca atención a rubros como salud, recreación y trabajo: "si el Estado les proveyera de espacios laborales de acuerdo a sus condiciones y funcionalidad, eso solventaría a muchos problemas e implicaciones (...) Aparte de ser un ingreso, el trabajo forja redes sociales de apoyo y estabilidad".
 
Pero pese a todas estas carencias, la experta en Ciencias Sociales considera que "aún se está a tiempo" de revertir la situación, y provocar mejoras en la calidad de vida del adulto mayor, de tal forma que éste no se herede a futuras administraciones, y el problema no se multiplique, como sí sucederá con la comunidad de la tercera edad.

EL INFORMADOR / ISAACK DE LOZA