¿Hasta en Pihuamo… en serio?

No se preocupe amable ciudadano, todo está bajo control. Siga pagando puntualmente sus impuestos, sus abonos de la tarjeta de crédito y su teléfono celular a precios que harían ponerse verdes de coraje a los ciudadanos de Holanda.

Aquí no pasa nada o como explican los comerciales radiofónicos (y grotescos) del Gobierno federal: lo que sucede es que la prima de la hermana de un vecino de Diógenes González Trimegisto de la Góngora (que no existe y a nadie importa) se metió en broncas de drogas y luego le cortaron un dedo por no pagar (o alguna otra historieta cenicientosa, cursi y moralina por el estilo).

Entonces, ¿cuándo íbamos a detener a los criminales? ¿Qué habría de suceder si no les poníamos un alto? (Posteriormente el comercial remata diciendo que esta guerra vale la pena y quesque es por nosotros… afigurese usted).

Supongo, grandísimos estrategas de la solvencia moral bélica, que de no haber detenido a los criminales a tiempo, de no haber tenido el valor de enfrentarlos, habría decapitados en las calles, balaceras al mediodía en las ciudades, violencia en brutal escalada por todas partes y hasta enfrentamientos en Pihuamo… Ah no, eso es lo que está pasando ahora, ¿verdad?

Supongo que de no enfrentar al malvado narco (menos El Chapo) y de haberse dedicado a crear empleos y estabilizar la economía, no sería posible pagarle 220 pesos a cualquier “chemo” de esquina para que mate a alguien, y no se habría multiplicado el porcentaje de indigentes desesperados … ¿o será al revés?

Esta guerra resulta ya incomprensible, injustificable y catastrófica para nuestra patria. Esta guerra, señores que ganaron la elección de manera cuestionable y por un ínfimo porcentaje, no ha de llevar mi nombre y seguramente no será tampoco en nombre de la mayoría de los mexicanos que, estoy seguro, la repudian y la sufren.

El argumento suena demasiado parecido al de la brutal dictadura argentina desesperada por credibilidad y sin hacer un cálculo correcto en cuanto a las consecuencias de sus actos (¿suena familiar?) que lanzó una guerra para recuperar las Malvinas y fue aplastada por los ingleses.

Nos invitan a unirnos en torno a ustedes luchando contra el crimen cuando permiten la cómoda existencia y el enriquecimiento de personajes como “La Maestra” Gordillo, cuando no hay solución justa para los muertos de la Guardería ABC y las de Juárez (no sería suficiente este espacio para enumerar otras iguales e imperdonables omisiones de la justicia).

Se apilan, señores, las piras de sus culpas. Su guerra, por otra parte, va cada día peor.
Qué pensarán ustedes en sus altas cumbres y más importante, qué pensaremos nosotros cuando finalmente no sea posible mantener la paciencia… cuando el país arda finalmente en llamas.