Hace nueve años que no se construye sobre rellenos: Semades

GUADALAJARA, JALISCO (267/SEP/2012).-  Luego de que se dio a conocer el estudio que denuncia que casi la quinta parte de la metrópoli se erigió sobre asentamientos que fueron rellenados, la Secretaría de Medio Ambiente y Desarrollo Sustentable del Estado (Semades) advierte que desde que se creó la Norma Ambiental del Estado 002/2003 no tienen conocimiento de construcciones que se hayan realizado sobre rellenos.

"Nosotros regulamos los rellenos, pero que se construya o no en ellos, le corresponde a los ayuntamientos", dijo en entrevista, Ernesto Naranjo Castellanos, director general de protección ambiental.

De acuerdo con el funcionario "si se considera rellenar un lugar, es materia de la Secretaría ver con qué lo van a rellenar. Pero ya no está permitido rellenar con escombro o con basura, para después fraccionar".

Según la NAE 002/2003, debido al crecimiento demográfico en nuestro país, el aumento de la demanda de materiales para la construcción de viviendas repercute en la necesidad de extraer materiales geológicos como materia prima para su desarrollo.

"Sin embargo, muchas veces ésta actividad extractiva, va aparejada de malas prácticas en la operación de los bancos de material, ocasionando severos e irreversibles daños a los recursos  del suelo y a su entorno".

Al ser una norma técnica vinculada a la extracción de material geológico, la Semades se desmarca sobre las posibles responsabilidades que podría tener sobre predios dañados, "porque eso lo definen los ayuntamientos. Los planes parciales de desarrollo son determinados por ellos, los que dan permiso de fraccionar son los mismos ayuntamientos y ahí nosotros ya no tenemos injerencia", apuntó el funcionario.

Aun así, la Semades recomienda a los ayuntamientos que en los estudios de impacto ambiental que se realizan para aprobar o modificar dichos planes parciales, deben conocer sobre qué tipo de suelo se está construyendo "porque si en un pasado fueron rellenos, ese tipo de suelos se vuelve frágil en un temblor".

EL INFORMADOR / OMAR GARCÍA