Habrá inspecciones rigurosas en el Paseo Chapultepec

GUADALAJARA, JALISCO (09/DIC/2012).- Entre las primeras medidas de intervención para el Paseo Chapultepec, que el martes cumple ocho años, destaca la revisión del reglamento en la zona y un acercamiento entre vecinos y comerciantes del corredor.

El secretario de Cultura de Guadalajara, Ricardo Duarte Méndez, informa que para este espacio —que se ha distinguido por su vocación cultural— hay proyectos para mantener el orden. Acepta que el crecimiento de la zona se ha desbordado, pero en el plan de trabajo para el corredor es importante, no sólo como receptor de actividades, sino como impulsor de “una sana convivencia entre vecinos y comerciantes”.

Duarte comenta que trabaja con los comerciantes para revisar permisos y buscará que el paseo conserve su espíritu cultural. Aclara que la reubicación de ambulantes que estaba en el Centro Histórico es una medida “transitoria”.

Tras poner orden a las inspecciones, el siguiente paso será constituir un consejo del paseo.  

Además se trabajará en rehabilitar la Concha Acústica, al interior del Parque Agua Azul, para  organizar conciertos masivos que hoy se realizan en Chapultepec.

Sólo quedarán “dos fechas” en la avenida; una es la Fiesta de la Música. También hay planes para reactivar galerías urbanas, ubicadas en el camellón, para que las exposiciones cuenten con principios estéticos.

Actividades “no culturales”

“Con el paso del tiempo, las autoridades voltearon a vernos, como dicen, ‘para pararse el cuello’, porque empezaron a mandar gente (comerciantes) que no tiene nada que hacer ahí”. Adriana Díaz, una de las impulsoras del Paseo Chapultepec, comenta que al corredor sólo le falta “la quema del castillo”, porque “lo han convertido en una feria de pueblo”.  

Para la representante de los artesanos que se instalan sobre esa avenida, los problemas “comenzaron en la administración pasada”, cuando la entonces secretaria de Cultura, Myriam Vachez Plagnol, llevó “actividades culturales, que de culturales no tienen nada”.

Pero en la administración actual, opina Díaz, “impera la anarquía”.

Los fundadores del Paseo Chapultepec señalan que las autoridades realizan todo tipo de festivales en la zona, pero no los incluyen en los planes.

La comerciante ventila que desde septiembre nadie les ha cobrado, y no tienen con quién dirigirse. Asegura que ha buscado reunirse con el alcalde Ramiro Hernández, pero no tuvo respuesta.

Desvirtuado, el espacio

El Paseo Chapultepec, que en un principio se promovió como un espacio para las expresiones culturales y artísticas, se volvió un lugar de concentración comercial donde se vende cualquier tipo de objeto, lejos de su misión original, asegura Javier Pagaza, presidente de vecinos de la colonia Lafayette.

“Iba a ser un corredor cultural, los sábados. Y ahora, entre semana, están empezando a rentarlo, en jueves y viernes. Incluso, hasta pasó un evento en el que vendían telefonía; un absurdo”.

Cuando arrancó el proyecto, a los vecinos se les habló de una zona para hacer difusión de la cultura, tanto de México como de los países participantes en los Juegos Panamericanos.

“Eso era eventual, y ahora hacen uso de él como se les da la gana. Con el corredor tratan de institucionalizar eventos de los que el Ayuntamiento,  supongo, se beneficia, porque alquila lugares que no debería, porque son calles de nuestra colonia”, expresa Pegaza.

La infraestructura del camellón de Chapultepec, asegura, no está preparada para recibir a tantos visitantes, no hay servicios sanitarios y tampoco en materia de emergencia, lo que genera desorden y molestias para los colonos.

Que haya vigilancia

Vecinos coinciden en que mientras se vigile el orden y la limpieza, las actividades sabatinas son favorables.

Para Iñaki Beorlegui, quien tiene más de 20 años habitando la zona, las actividades sabatinas realizadas en el camellón son favorables, pero falta vigilancia en la limpieza y atender el desorden que provoca la aglomeración, pues “entre más concentración de personas, más atracción a la delincuencia”.  

El vecino calcula que el uso de las fincas cambiaron de 60% en vivienda y 40% en comercio, a 70% en comercio y 30% en vivienda, giros que abusan de la calle para realizar cualquier actividad, sin tomar en cuenta otros espacios.

Una dinámica similar sucede con la concentración de centros nocturnos que han escogido esa zona, con consecuencias en el bienestar de los vecinos.

“El Ayuntamiento no ha tenido ni la voluntad ni el valor de someter a los negocios al reglamento del municipio”.

Luis Vicente de Aguinaga señala que el corredor cultural colabora al enriquecimiento peatonal, siempre que se mantengan bajo control los problemas de vialidad y delincuencia.

El panorama de las actividades sabatinas en Chapultepec cambia para comercios, pues se ven beneficiados con la cantidad de personas que acuden.  Carlos Arredondo, gerente  de La Estación de Lulio, dice que a partir del corredor cultural, la afluencia subió 35 por ciento.

Distinto es el caso de la librería del Fondo de Cultura Económica, pues está ubicada en la acera Poniente de Avenida Chapultepec, cuya vialidad se cierra para las actividades del corredor y el estacionamiento para clientes se ve afectado, lo que causa que tengan menos número de visitas, explicó la empleada Margarita Cordero.

PARA SABER

Vendedores exigen seguridad

El padrón de vendedores del Paseo Chapultepec llega a 120. Entre sus peticiones destacan la intervención de la autoridad, el redireccionar la  vocación del espacio, retirar a los ambulantes que no están dentro de los giros que iniciaron hace ocho años, y mayor seguridad

CRÓNICA

Un sábado en Lafayette

La explanada del Museo de las Artes se convirtió, en la tarde-noche de ayer, en una fiesta animada por los excéntricos personajes de Zaikocirco: gigantes de zancos con caras pintadas, marionetas humanas y payasos, y una banda de 11 músicos con coloridos y elaborados trajes, hicieron bailar a quienes se reunieron al exterior del inmueble.

El arquitecto Iván Cordero, coordinador del Corredor Cultural Lafayette, estuvo presente en el acto que inauguró formalmente la iniciativa ciudadana realizada este fin de semana. Pero no hubo una ceremonia solemne ni se dijeron palabras de bienvenida.

La explanada de la calle López Cotilla, incluso, lució vacía hasta antes de que aparecieran los integrantes de la agrupación tapatía de circo callejero.

La música de estilo balcánico empezó a sonar en el interior del Museo de las Artes, y poco a poco, los instrumentistas fueron saliendo para acomodarse en una fila frente a la puerta del recinto. El sonido producido por el acordeón, el violín, la flauta, el saxofón, la trompeta, el trombón, la tuba, el bombo y tres tambores, marcó el baile del resto de los personajes que interactuó con el público que se acercó a ver el espectáculo.

Hasta antes de esa fiesta callejera, el fin de semana parecía transcurrir con normalidad.

Se reconocía fácilmente los negocios que participaban en el Corredor Cultural Lafayette gracias a unos carteles de lona que los establecimientos colocaron a nivel de calle. Pero no por eso se observó una afluencia extraordinaria en los locales.

Como sucede cada sábado, al Paseo Chapultepec empezó a llegar la gente por la tarde. Ya estaban ahí los comerciantes habituales que muestran en ese espacio sus artesanías, y también los que venden antojitos de todo tipo.

En el escenario montado a la altura de la Avenida Vallarta, la Rojo Jazz Band empezó a tocar cerca de las 18:30 horas. Los que paseaban por allí se quedaron a oír a la música de la Big Band, sin saber necesariamente de la existencia de un Corredor Cultural Lafayette, la iniciativa que invita a apropiarse de los espacios públicos y apoyar a los negocios creativos de la zona.

Por fallas técnicas en el escenario, las actividades de danza programadas en la Plazoleta Libertad fueron canceladas, pues en lugar de un piso de linóleo se colocó uno de madera, no apto para los bailarines de las compañías de Rafael Carlín y Larissa González y Martha Hickman.

Entre las actividades que sí se realizaron con éxito estuvieron la lectura teatralizada de Croll –dirigida por Copatzin Borbón— que se realizó en la azotea de la Casa Bolívar, la sede de la Dirección de Artes Escénicas y Literatura de la Universidad de Guadalajara. Y, por la mañana, la lectura de poesía en la librería del Fondo de Cultura Económica, donde leyeron sus más recientes creaciones seis poetas tapatíos: Luis Vicente de Aguinaga, Álvaro Luquín, Daniel Bencomo, Luis Eduardo García, Ángel Ortuño y Carlos Vicente Castro.

Las actividades continúan hoy.

Para mayor información se puede visitar el sitio www.corredorculturallafayette.com.