Guadalajara sobreexpuesta

Dos noticias recientes citan a la reflexión sobre el desarrollo urbano de Guadalajara: la atropellada puesta en marcha del macro bus y la escasa respuesta a la convocatoria  para ser socios desarrolladores de la Villa Panamericana.

Reflexionar sobre la forma de implementar y hacer realidad proyectos importantes, se convierte en un tema de ciudadanía que como menciona el geógrafo y urbanista Jordi Borja, “representa un triple desafío para la ciudad y el gobierno local: un desafío político, uno social y otro específicamente urbano”.

Ambos proyectos tratan sobre temas que resultan de urgente atención. La movilidad y el transporte público habían sido asuntos evitados, o mal resueltos. Ahora inicia un corredor de buses articulados con miras a convertirse en un sistema. Es deseable aspirar a un proyecto integral vinculado al plan de movilidad no motorizada y que los corredores no sufran la misma suerte de desaprovechamiento que ocurre en la Av. Federalismo con todo y tren ligero. Es necesario fomentar una cultura urbana de movilidad que además de evitar accidentes, pueda ir formando  ciudadanía consciente de los cambios. La cantidad de referentes nacionales e internacionales, que han mostrado las dimensiones positivas (Medellín, Bogotá) y negativas (Transantiago en Chile),  a los cuales han tenido acceso los promotores locales,  debería de garantizarnos su calidad y funcionamiento.

La Villa Panamericana, se relaciona con otro tema fundamental para la ciudad: recuperar el centro histórico es una tarea pendiente que hoy tiene en este proyecto una gran oportunidad. El accidentado proceso de gestación, ha hecho que en un mal momento económico se lleve a cabo la licitación para buscar socio desarrollador y aún así hay hoy dos propuestas. El proyecto que se planteo hace más de un año con otros tiempos y recursos, seguirá transformándose. Falta aún convertir esta iniciativa en el gran proyecto de la ciudad, se requerirán nuevos planteamientos que no solo deberán dictados por lo intereses económicos.

Paul Virilio, teórico de la cultura y la ciudad, habla en su texto la ciudad sobreexpuesta(1) acerca de como la arquitectura ha ido perdiendo su condición de espacio para el hombre convirtiéndose en espacio para la tecnología.  Bajo esa misma idea, si alguna vez la ciudad se definió a si misma a partir de la convivencia social, los espacios públicos, la voluntad colectiva  y la búsqueda de calidad de vida, hoy en nuestro contexto, es más un contenedor de voluntades inmobiliarias y aceleradas gestiones públicas.

Guadalajara está sobreexpuesta  a decenas de proyectos en el ánimo de remontar su rezago histórico. La especulación y la promesa han sido estrategias permanentes en búsqueda de mostrar a una ciudad dinámica. Sobreexponer a  la ciudad nos esta costando promesas incumplidas o mal cumplidas. La arquitectura, el urbanismo y los espacios públicos de calidad no deben ser las monedas de cambio. En tiempos de crisis, se debe ver hacia adentro, revisar los recursos, las potencialidades, generar sistemas propios que den respuestas inteligentes y adecuadas; no importar soluciones de segunda mano. Hoy tenemos una ciudadanía cada vez más participativa, capaz y conciente para enfrentar los grandes retos y compromisos de Guadalajara.  Construyamos juntos nuestro proyecto de ciudad.

Alfredo Hidalgo Rasmussen, arquitecto alfredo@infotectura.org

(1) Sobreexposición: fenómeno que consiste en aplicarle al negativo fotográfico más luz de lo indicado, para que al revelarlo se obtenga una luminosidad más allá de lo normal.