Grafiteros libran ''batalla'' por las bardas tapatías

GUADALAJARA, JALISCO (04/MAY/2014).- El grafiti y otras expresiones de arte urbano viven un buen momento gracias al despegue de talentos locales, una nueva percepción por parte de la sociedad y el apoyo de instancias gubernamentales. Pero se enfrentan a una consecuencia de su éxito: la batalla por espacios.

El 30 de marzo, con el auspicio del Ayuntamiento de Guadalajara, la coordinación de México ME UNO AC, y la visita del creador del movimiento Acción Poética, Armando Alanís, un centenar de voluntarios pintó el mismo número de bardas con su clásico fondo blanco y sus frases amorosas, acciones que han cobrado popularidad sobre todo en redes sociales.

Sin embargo, algunos de los participantes en esta “megapinta” echaron mano de muros que ya estaban ocupados por trabajos de artistas locales —una violación a un código de los grafiteros: no se debe cubrir un trabajo con otro que se percibe como de menor calidad—, lo que ha resultado en una verdadera batalla entre estas dos expresiones de intervención urbana.

Los murales fueron cubiertos por pintura blanca y versos; a su vez, los grafiteros han “intervenido” las pintas de Acción Poética, tachando las palabras, dejando mensajes como el de “Fuera, patitos, ya llegó su escopeta”, y colocando sus trabajos sobre unas bardas que reclaman como suyas.

Las bajas de esta batalla son desiguales: más de 35 de los mensajes de Acción Poética fueron dañados, mientras que los organizadores de la “megapinta” reconocen oficialmente que pintaron sobre dos murales de los artistas urbanos, según uno de los organizadores. Lo que es un hecho es el desencuentro entre actores que buscan un bien cada vez más escaso: una buena pared.