Francisco Robles recuerda 'el amor de Cristo' en Catedral

GUADALAJARA, JALISCO (05/MAY/2013).- La Catedral Metropolitana lucía llena de fieles que se congregaron para escuchar la palabra en voz del cardenal, Francisco Robles Ortega, quien ofreció misa dominical este mediodía. El acto litúrgico estuvo dedicado a recordar el amor de Cristo.
 
"Sólo la fuerza del Espíritu Santo permitirá a los apóstoles mantenerse fieles a Dios y al evangelio", fue la frase que precedió las lecturas del Santo Evangelio según San Juan.

 "Cristo resucitado nos convoca y se hace presente a través de su palabra, su cuerpo y su sangre. Nos comunica una serie de recomendaciones; la primera: la relación con él es cuestión de amor. Nos ha dado la prueba más grande del amor: nos ha dado su vida", afirmó Robles Ortega.
 
"Por eso", agregó, "porque nos ha amado, nos reta a amarlo con una fórmula muy sencilla: 'el que me ama cumplirá mi palabra. El que no me ama no cumplirá mis palabras'. La relación con Cristo se basa en el amor, no en temor y miedo al castigo. Dios habita en el que vive en el amor".
 
La interpretación del evangelio continuó con la explicación de la segunda enseñanza del día: "El Espíritu Santo en nosotros cumple la misión de ser nuestro maestro. Nos enseña a evitar el mal y hacer siempre el bien. Nos enseña todo lo necesario para ser verdaderamente hijos de Dios. El Espíritu Santo es recuerdo y memoria, nos dice qué hacemos en este mundo".
 
La intervención del Cardenal concluyó con la explicación de la última enseñanza del evangelio: "Mi paz les dejo, mi paz les doy". Finalmente exhortó a todos a reflexionar que Jesucristo dejó la paz a sus creyentes a través de la resurrección: "Construyamos la paz. Los hijos de Dios no podemos vivir en incertidumbre y temor que producimos en nosotros".
 
Antes de comulgar, varios feligreses se acercaron para confesarse como parte de la celebración de misa.
 
La ceremonia estuvo acompañada de interpretación del coro de la Escuela Superior de Música Sacra y también se escucharon melodías emitidas por el órgano Merklin al concluir las lecturas.
 
"Que el misterio pascual dé abundantes frutos de salvación", fueron las últimas palabras del cardenal antes de dar por concluido el acto litúrgico.
 
EL INFORMADOR / RUBÉN GIL