Fomenta y preserva la SEJ los valores y las tradiciones navideñas

GUADALAJARA, JALISCO.- La Secretaría de Educación Jalisco, a través de la Dirección de Educación Extraescolar, se preocupa por conservar los valores y tradiciones navideñas en la escuela, promoviendo diferentes actividades artísticas, elementales para festejar la época decembrina.

El objetivo principal es motivar a los alumnos para que con su participación, coadyuven a preservar cada una de estas añejas costumbres familiares y de la comunidad; y que además las trasmitan a generaciones futuras.

Los jaliscienses sabemos que en nuestra tierra, se tienen tradiciones como éstas; cuando las vivimos cada año, las conservamos y hacemos que los niños y jóvenes se apropien de ellas. A los turistas extranjeros les gusta nuestra Entidad, porque en esta temporada, aún se conservan las posadas, piñatas, pastorelas, nacimientos, rosca de reyes y juguetes populares.

La palabra Navidad, tiene su origen en la palabra latina “Nativitas Domini”, que quiere decir el nacimiento del Señor y es en el año 320, cuando la iglesia de Roma, decidió que el nacimiento de Cristo se celebrara el 25 de diciembre, con el fin de quitarle al pueblo romano su tradición de la “Saturnalia” o fiesta en honor de Saturno, que era el solsticio de invierno.

En 1519, cuando los españoles invadieron México, encontraron que los indígenas también celebraban el “el nacimiento de Huitzilopóchtli” en la misma fecha de diciembre y la leyendas contaban que la Diosa Coatlícue, siendo virgen, dio luz a su hijo Huitzilopóchtli.

Con relación a las posadas, se dice que los evangelizadores destruyeron las figuras de Huitzilopóchtli e impusieron la celebración del nacimiento de Cristo con 9 días de fiestas que hoy, conocemos como “posadas” o “jornadas”.

Durante el “porfiriato” a fines del siglo XIX, los burgueses mexicanos olvidaron las “posadas” por su admiración a las costumbres europeas. Se dice, que la peregrinación de la posada, tuvo su origen en Andalucía, España, aunque ya se hacían por parte de los indígenas en honor de Huitzilopóchtli.

Las posadas, recuerdan los nueve meses de embarazo de la Virgen María y su viaje de Nazareth a Belén, en Israel, para empadronarse en un censo, por mandato del emperador romano César Augusto.

Y como en todas las fiestas no pueden faltar en navidad, las tradicionales piñatas que simbolizan las virtudes teologales: la fe, la esperanza y la caridad. La fe, porque vamos con los ojos vendados sin otra guía que la voz de los demás; la esperanza, porque todos miramos el cielo, anhelando y esperando el premio y la caridad, porque si rompemos los papeles del pecado, entonces compartimos los regalos con los demás.

Y con relación a El Nacimiento, éste, se instala desde el 16 de diciembre, para que el día 24 del mismo mes, se arrulla al Niño Dios y posteriormente el 2 de febrero, se hace la tradicional levantada del niño Jesús.

En el Siglo XIX, se popularizaron los nacimientos hasta en las casas humildes, cuando se hicieron las figuras de barro en Tlaquepaque, Jalisco y hoy se fabrican y exportan figuras a todo el mundo; estos se hacen de paja, hoja de elote, papel, hueso, madera, tule, vidrio, cera, azúcar y tela, entre otros.

Desgraciadamente la existencia de los nacimientos se ha ido disminuyendo con la llegada a nuestro país del Árbol de Navidad que nos han importado los extranjeros, especialmente de los Estados Unidos de Norteamérica.