Jalisco | En tres patadas por Diego Petersen Farah Fiesta en la ciudad Todavía estamos a tiempo de que los juegos no sean solo 15 días de una justa deportiva sino la celebración de una ciudad Por: EL INFORMADOR 17 de enero de 2011 - 05:33 hs Dentro de 270 días arrancan los XVI Juegos Panamericanos Guadalajara 2011, y los habitantes de la ciudad como si nada. Las instalaciones están casi terminadas, lo que falta está programado y a estas alturas no hay duda de que estarán a tiempo y bien. La que no está lista es Guadalajara. Las obras para dignificar la ciudad que planearon realizar, quedaron en su mayoría truncas. Más allá de un par de pasos a desnivel en Lázaro Cárdenas, el arreglo de las banquetas de los centros históricos de Guadalajara y Zapopan, y lo que se alcance a hacer en pavimentación con concreto hidráulico de aquí al primero de octubre, lo demás habrá quedado en el tintero, en el abultado cajón de los proyectos sin realizar. Pero más grave que las obras es que, a nueve meses de que comiencen los juegos que tanto esfuerzo y dinero público han costado, los ciudadanos estamos lejísimos de los juegos. No ha existido una sola campaña de vinculación de los ciudadanos con los juegos ni una política pública de articulación (pegar calcomanías de “Soy Panamericano” no basta). El ejército de voluntarios, lejos de aprovecharlo para generar un ambiente positivo para los juegos, se ha considerado estrictamente como una labor de reclutamiento para ejercer funciones de apoyo durante los juegos. Los juegos están pues, muy lejos de la ciudad. En la parte de obras ya no hay nada que hacer; lo que se hizo se hizo, y no es poco. Las obras son la utilidad en esta gran empresa. La ciudad tiene hoy por hoy las mejores instalaciones deportivas del país y sin duda serán muy bien aprovechadas por una generación de jaliscienses que no ha soltado el liderazgo deportivo desde hace más de una década. Pero los objetivos eran y deben ser mucho más amplios. Los juegos eran la gran oportunidad para cambiarle el rostro a la ciudad y para regenerar tejido social, provocando la interacción e intercambio entre los habitantes de las muchas Guadalajaras que hoy somos. Para que los de Talpita encontraran a los de El Salto, los de “las mesas” a los de Santa Fe de Tlajomulco, los de Polanco a los de Providencia, los de Jardines del Bosque a los de la Loma, los del Cerro del Cuatro a los del Colli, los de la Barranca a los de La Primavera, etcétera. Todavía estamos a tiempo de que los juegos no sean solo 15 días de una justa deportiva sino la celebración de una ciudad. Se requiere voluntad, imaginación y recursos, en ese orden. Es lo más importante de los juegos y lo más barato, quizá por eso nadie lo ha atendido: conciertos en las calles, exposiciones de arte, intervenciones urbanas, fiesta. Los Panamericanos deben ser, además de un encuentro deportivo de alto nivel, la fiesta de Guadalajara. Sí, queremos fiesta en la ciudad. Temas Diego Petersen Farah En tres patadas Lee También Sociales: 21° Torneo Adolf Horn de American Chamber México | Capítulo Guadalajara NFL: Los Ravens dominan a los Chargers Oktoberfest 2024: una tarde de intercambio culturalconvivencia alemana Sociales: Santiago Méndez Díaz, bautizo y cumpleaños en familia Recibe las últimas noticias en tu e-mail Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones