Experimenta en carne propia la trata, ahora la combate

GUADALAJARA, JALISCO (08/MAR/2014).- Tenía solamente 19 años. Trabajaba de lunes a viernes y estudiaba la carrera de Psicopedagogía los fines de semana en su natal Veracruz. Un día, al salir de su trabajo, conoció a Jorge, quien estaba de visita en dicho estado. Él la enamoró y un buen día decidió invitarla a vivir con él en el Distrito Federal, prometiéndole grandes cosas. La realidad fue otra: vivió dos tormentosos años como trabajadora sexual, víctima de la trata de personas, algo que ella ignoraba al conocer a Jorge.
 
Madai Morales es una superviviente de la trata de personas, ella la sufrió en carne propia al ser obligada a realizar trabajos de explotación sexual durante dos años en la avenida Sullivan de la delegación Cuauhtémoc del Distrito Federal. Hoy, es una estudiante de la carrera de Derecho, presidenta honoraria de la Fundación Reintegra A.C. y una activista en contra de la trata de personas, delito que pone a México en el segundo sitio de casos, solamente detrás de Tailandia.
 
En el XI Simposium de Alternativas para Mejorar la Calidad de Vida de las Mujeres, Madai narró su historia como víctima de la trata de personas. Contó cada detalle que vivió a lo largo de los dos años en los que fue obligada a convertirse en una trabajadora sexual. Relató cómo cada día de esos dos largos años era presa de las lágrimas y el cómo su autoestima se destruía día a día.
 
Las largas jornadas nocturnas, los engaños, maltratos y golpes eran situaciones cotidianas y ella se culpaba de lo que pasaba, se sentía responsable de su situación que hasta trató de atentar contra su vida en dos ocasiones y guardó en ella un odio hacia todos los hombres.
 
Logró salir de su 'esclavitud' al conocer a una persona que le ofreció su apoyo. Tomó la determinación de escapar y reestructurar su vida. Durante dos meses y medio recibió atención médica y psicológica de parte de la Fundación Camino a Casa. Estando atendida, hizo una denuncia penal contra Jorge, a quien se le cumplimentó una orden de aprehensión el primero de febrero de 2012.
 
Ahora funge como presidenta honoraria de la Fundación Reintegra A.C., compartiendo su historia y previniendo a quienes la escuchen a que no la repitan. Agradece el trabajo del director general de esta fundación, Gerardo Villar y espera que la trata de personas sea erradicada por completo del panorama en México.
 
EL INFORMADOR / ALAN RODRIGUEZ