Estudiar por la noche resulta ventajoso para los trabajadores

GUADALAJARA, JALISCO (22/FEB/2015).- Édgar Gustavo no quiere que el turno nocturno de la Preparatoria de Jalisco se desvanezca. Le parece injusto. Ha visto que en este lugar muchas personas como él se han superado. Faltan pocos minutos para que den las 19:00 horas y Édgar Gustavo está a punto de entrar a clases. Tiene prisa, no quiere llegar tarde. A un lado de la puerta de ingreso comenta que la calidad educativa de la escuela es buena, pero que le hace falta difusión.

Aunque sus padres opinan que el entorno de la prepa es inseguro, Édgar Gustavo dice que estudiar allí es la única oportunidad que tiene para salir adelante. Desconoce las posibilidades que se ofrecen para estudiar el bachillerato en línea. Prefiere el contacto con los profesores.

Omar trabaja en arreglar sistemas de bombeo. Entra en la mañana y sale a las seis de la tarde. El horario le permite trasladarse a la prepa y comenzar las clases a las 18:50 horas. Considera que en la Preparatoria de Jalisco hay muy buenos profesores.

“El turno está muy a gusto, nos hace un muy buen paro a nosotros que trabajamos a seguir estudiando. Yo no le cambiaría nada. Aunque falten algunos grupos no me gustaría que desapareciera”.

Estudiante de sexto semestre y con 21 años, Leonardo opina que estudiar la preparatoria durante la noche ofrece muchas ventajas para los trabajadores: “Se nos facilita a los trabajadores, por ejemplo a mí, que estoy de cocinero en un hotel desde las siete de la mañana hasta las cinco de la tarde”.

Al ser el hijo mayor de una familia de cinco miembros, ayuda a su papá con los gastos. “No me gustaría que desapareciera la prepa nocturna, porque es el eslabón que mucha gente necesita para seguir estudiando”.

Trabaja en las mañanas y en las tardes hace sus tareas; Karen, estudiante de sexto semestre. Le satisface que en el turno nocturno el nivel educativo sea similar al que se ofrece en los turnos matutino y vespertino. Le gusta que los profesores sepan de su materia y que le ayuden a resolver sus dudas personalmente. Ella tampoco quiere que la prepa nocturna desaparezca.

Áxel Montes, quien labora en una empresa de telemarketing, afirma que si no existiera el turno nocturno él ni siquiera estudiaría. Llegó a la Preparatoria de Jalisco gracias a que un amigo le comentó que existía el turno. No le gustaría que desapareciera porque considera que otras personas se perderían de una gran oportunidad.

Un turno con demanda a la baja

El director del Sistema de Educación Media Superior (SEMS) de la Universidad de Guadalajara (UdeG), Javier Espinoza de los Monteros, afirma que aunque están dando atención educativa a los alumnos que actualmente estudian en la Preparatoria de Jalisco, no pueden seguir manteniendo grupos si no hay una demanda considerable.

Actualmente, esta preparatoria no tiene alumnos en primero, tercero y quinto semestres. Espinoza de los Monteros señala que aunque haya 10, 15 o 20 solicitudes para ingresar en algún grupo, no pueden cubrirlas porque eso implicaría que también tuviera que laborar el personal administrativo, el de la biblioteca y el de los laboratorios.

“Tenemos una baja considerable de aspirantes. En la Preparatoria 2 ya no hubo aspirantes desde hace varios semestres. Ya reubicamos al personal docente, ya le asignamos grupos en el día justamente porque es una demanda que se vino a la baja. En la Preparatoria de Jalisco se dio un fenómeno igual. Tiene razón mi director cuando en este momento ya no tiene apertura de grupos en los dos calendarios, y en este Calendario A, en el que empezarían primero, ya no existen y en consecuencia es el antecedente de tercero y de quinto. Actualmente solamente mantenemos segundo, cuarto y sexto”.

OPCIONES TECNOLOGICAS

El bachillerato virtual todavía no permea en la sociedad

Para la directora del sistema de Bachillerato Virtual de la Universidad de Guadalajara (UdeG), Marcela Ochoa, este tipo de educación todavía no ha permeado en la sociedad.

“El cambio de paradigma en las generaciones que no nos tocó mucho la computadora sí implica el poder aceptar que existen otras maneras de aprender, además de la tradicional en la que muchos nos formamos y que realmente es útil y realmente se ven las ventajas como lo estamos viendo hoy en día”.

En la actualidad, la matrícula con la que cuenta este sistema de educación es de 701 alumnos. Ochoa señala que el promedio de edad de los estudiantes ha bajado. Mientras en 2007 el promedio de edad de los alumnos era de 34 años, hoy es de 28 años. En 2007 se inscribían, mayoritariamente, personas que habían dejado de estudiar, que estaban trabajando y que por esa circunstancia no podían ingresar en una prepa. Pero poco a poco se han incorporado jóvenes.

Resalta que las ventajas de este sistema de educación son muchas. Sin embargo, destaca que en ocasiones los papás de los estudiantes se muestran desconfiados. “Llaman para saber, primero, si es de la UdeG, porque les extraña que la UdeG oferte un programa en línea; por otro lado, sí es una pregunta recurrente de si sirve, si aprenden, si el certificado les sirve”.

Agrega que los alumnos tienen que dedicarle de 12 a 15 horas semanales al bachillerato en línea. Este tiempo depende de sus habilidades tecnológicas y de su propio ritmo de aprendizaje. Hay actividades en la plataforma y el alumno cuenta con una guía de estudio que incluye los temas y le explica de qué forma va a trabajar, en qué espacio lo va a hacer y quién es su asesor, a quien puede acudir para resolver sus dudas.

“Lo que hemos notado nosotros con nuestros egresados es que tienen mayores posibilidades de insertarse en el mundo laboral o de ingresar a una licenciatura con habilidades o competencias para los cuales no se preparan en la presencial o no de manera intensiva, como lo es el manejo de las herramientas tecnológicas, el estar en ambientes virtuales, que en el mundo actual ya es una demanda.

“También tiene que ver con el propio sentido de responsabilidad, porque el estudiar en línea implica autogestión, implica que el estudiante no va a depender de que el maestro le recuerde o le diga, el propio estudiante asume el compromiso de estudiar y asume en qué tiempo se va a organizar, a qué le va a restar, de qué manera va a reorganizar su estructura de vida. Estas dos competencias hemos visto que son muy valoradas en el ámbito laboral”.