Viernes, 29 de Noviembre 2024
Jalisco | Chika Tormenta tiene 10 años como luchadora profesional

'Es más difícil ser mamá que luchadora': Tormenta

Chika Tormenta tiene 10 años como luchadora profesional; también emprendió un negocio de comida

Por: EL INFORMADOR

Tormenta es emprendedora, luchadora  y madre de un joven de 15 años. ESPECIAL /

Tormenta es emprendedora, luchadora y madre de un joven de 15 años. ESPECIAL /

GUADALAJARA, JALISCO (09/MAY/2016).- Arriba del ring es una fiera, persigue a su rival, lo enfrenta, lo acorrala, aplica distintas llaves y otras técnicas para ganar. Tras la máscara de Chika Tormenta se esconde una mujer de 31 años, mamá de un hijo de 15. Además, es emprendedora con un negocio de comida que atiende cuando no está en el cuadrilátero.

Utiliza una máscara multicolores cuando enfrenta a los rivales, pero lo cambia por un delantal para atender a los comensales. Su identidad está protegida, sus vecinos y clientes no conocen su “secreto”.

“Ha sido muy difícil esta profesión, tanto para mí como para mi hijo. He estado alejada de él por mucho tiempo, tuve que emigrar al Estado de México para encontrar trabajo, después estuve tres meses en Japón, por lo que mi hijo fue cuidado por su abuela paterna y mi hermana”, recuerda Chika Tormenta.

Hoy es luchadora independiente, pelea para el Consejo Mundial de Lucha Libre en la Arena Coliseo de Medrano. Tiene 10 años como profesional y afirma que en el medio de la lucha libre existe mucho machismo y no se valora a la mujer, los varones no quieren enfrentarlas y las discriminan.

“Yo he trabajado para ganarme un lugar en el medio, pero sí he sido discriminada, pero sigo picando piedra, el Consejo Mundial me abrió las puertas”.

Dentro del rol de madre lo más difícil ha sido la separación de su hijo. “Es más difícil ser mamá que luchadora, mientras más crecen los hijos más dificultades enfrentan los padres. La última vez que me ofrecieron irme seis meses a Japón, se lo comenté a mi hijo y él me dijo: ‘cuando te fuiste tres meses sentí que me moría, ¿qué haré en estos seis meses?’”, le preguntó César.

Así fue como renunció a la oferta y puso un negocio de comida. El menor es un joven normal, no desea dedicarse a la lucha libre, apoya en el negocio familiar y junto a su madre entrena diariamente.

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