Martes, 08 de Octubre 2024
Jalisco | Despierta el Volcán El Colima

En peligro, 62 localidades cercanas al coloso de fuego

Los municipios afectados ante la actividad del volcán son Tonila, Zapotiltic, Tuxpan, Zapotitlán de Vadillo y San Gabriel

Por: EL INFORMADOR

Flujos piroclásticos. El 10 de julio se documentó la mayor explosión del volcán. EFE / Sergio Tapiro

Flujos piroclásticos. El 10 de julio se documentó la mayor explosión del volcán. EFE / Sergio Tapiro

GUADALAJARA, JALISCO (16/JUL/2015).- En Jalisco existen 62 localidades expuestas a algún tipo de peligro al situarse en los alrededores del Volcán El Colima, según el Inventario de Peligros de Protección Civil del Estado. Sin embargo, lo anterior no es parte del Atlas de Riesgos de Jalisco, pues se trata de localidades en situación de peligro en las que aún no se ha determinado la vulnerabilidad social y física.

Esto significa que en estas 62 localidades, que se concentran en cinco municipios, se desconoce el tamaño de la población e infraestructura que se verían afectadas ante un siniestro mayor. En total son cinco los municipios que presentan puntos de peligro: Tonila, Zapotiltic, Tuxpan, Zapotitlán de Vadillo y San Gabriel.

De todos los municipios, el que más concentra localidades vulnerables es Tuxpán, con 35; Zapotitlán de Vadillo, con seis y una toma de agua; Tonila, con dos, y San Gabriel tiene 18 puntos de peligro, pero no se aclara si se refiere a localidades, ejidos o algún tipo de infraestructura.

Mientras que en Zapotiltic, el riesgo es “posible en todo el municipio”, de acuerdo con el Sistema de Información Territorial Estatal.

Estas zonas están expuestas a los siguientes peligros por vulcanismo: depósitos de caída de cenizas, flujos piroclásticos, derrames, derrumbes y avalanchas, manantiales calientes, emanaciones de vapores, fallas y fracturas.

El problema es que la falta de un estudio que determine la vulnerabilidad social y física deja indefensos a los habitantes.

El Atlas de Riesgos está integrado por tres factores o unidades: el peligro, la vulnerabilidad y la exposición de las personas. A Jalisco le hace falta actualizar el último concepto.

El Instituto de Información Territorial notificó desde junio de 2013 que el Mapa o Atlas de Riesgo de Jalisco (disponible en la dirección http://sitel.jalisco.gob.mx/riesgos/) no estaba completo. Anteriormente se atribuía la falta de conclusión del documento al cambio de administración, pero hoy está estancado porque algunos ayuntamientos no comparten la información.

Así lo reconoció Trinidad López Rivas, titular de la Unidad Estatal de Protección Civil, cuando aclaró, en abril de este año, que siempre se solicita a los ayuntamientos los datos necesarios para la actualización, pero ésta no es precisa.

El gobernador Aristóteles Sandoval se comprometió a terminar el Atlas de Riesgos para incluir los fenómenos de alto impacto, además de modernizar las bases de Protección Civil en las zonas prioritarias para; sin embargo, no todos han cumplido su tarea.

¿Qué es un riesgo?


Un riesgo se refiere a las condiciones, procesos, fenómenos o eventos que debido a su localización y frecuencia pueden causar heridas, enfermedades o la muerte de seres humanos y provocar daños al medio ambiente.

Es la probabilidad de que un peligro se convierta en un desastre. También la combinación de la probabilidad de que se produzca un evento y sus consecuencias negativas.

INTERACTIVO
Conoce tres historias de personas que conviven de cerca con el volcán El Colima 


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ALERTA POR "DOLORES"
Ante riesgo inminente, 11 mil personas serán reubicadas


La proximidad del Huracán “Dolores” y las eventuales consecuencias que deje a su paso por las Costas de la Entidad, levantaron una alerta en el personal rescatista de Jalisco. La Unidad Estatal de Protección Civil y Bomberos Jalisco guarda un cuidado especial en las localidades próximas al Volcán El Colima por las recientes exhalaciones y derrames.

Trinidad López Rivas explica que una lluvia de más de 20 milímetros en la parte alta del volcán (20 litros por metro cuadrado) ya representa un riesgo. “Nos va a ocasionar lahares importantes; pero son avalanchas de material: desplazamientos de las laderas”.

Por la actividad que el coloso de fuego ha presentado desde el pasado fin de semana, las autoridades determinaron evacuar a todas las personas que habitan en un perímetro de 12 kilómetros de las faldas del volcán. En Jalisco son 178 personas bajo resguardo de la autoridad.

Todas permanecen en albergues temporales, pero se les permite acudir a su hogar por las mañanas para alimentar a sus mascotas y verificar que todo esté en orden.

La autoridad estatal, dice el mayor, redoblará esfuerzos en los tres meses y medio que restan de lluvias (la temporada de huracanes concluye a mediados de noviembre), pero anticipa que el peligro reside en la intensidad de las exhalaciones del volcán.

De haber una actividad más constante, el área de evacuación crecerá a fin de proteger a las 11 mil personas que podrían ser afectadas directamente. Hoy la fase de alerta es la dos: indicador naranja. Un movimiento de más alcance obligará a crecer la fase a nivel rojo.

Hoy existe vigilancia en todos los ingresos carreteros que se acercan al volcán. Tanto la Fuerza Única como la Policía Estatal de Colima resguardan el sitio para evitar robos o riesgos. Aunque hay habitantes que cedieron a los exhortos de la autoridad para abandonar el sitio, también hay quienes se opusieron férreamente a la evacuación, viviendo en riesgo permanente en tanto el volcán sigue activo.

El último registro de una exhalación importante en el Volcán El Colima fue en 1913. Los cuerpos de rescate anticipaban un escenario similar cuando esa fecha cumplió 100 años, por lo que desde entonces comenzaron a preparar a personas de todas las edades con pláticas en las que se les explica qué hacer ante una contingencia. Hoy, 60 mil jaliscienses han recibido esa instrucción.

De acuerdo con Trinidad López, la evacuación total ante una contingencia ocurriría en 30 minutos. “Tiempo suficiente” para evitar vidas en riesgo.

“(El peligro existirá) mientras viva la gente cerca del volcán (…) Hasta donde sabemos ha disminuido la actividad, ha bajado la intensidad, pero puede volver con más fuerza. No podemos confiarnos de que va a quedar de una manera pasiva”.


TESTIMONIOS
“No les dio ni tantito miedo”


Protección Civil les pidió subir de inmediato a los vehículos de emergencia y salir lo antes posible. Más de 100 personas fueron evacuadas sobre la brecha que enlaza de la comunidad de Juan Barragán hasta el albergue temporal habilitado en San Marcos. “Se bajaron del vehículo”, cuentan los brigadistas que los auxiliaron durante la contingencia del fin de semana. El cono del volcán despedía grandes fumarolas y a éstas se sumó el naranja y rojo incandescentes de las rocas fundidas.

Nadie había visto eso antes. Desde 1913, el volcán se ha mantenido en calma, y el atípico escenario luminoso de la noche se impuso al miedo: Todos pidieron detener la marcha para observar el espectáculo durante unos segundos. “No les dio ni tantito miedo”.

Desde que la tierra comenzó a bufar, la alerta volcánica se anuncia por cientos de kilómetros. Sobre las carreteras hay anuncios luminosos que invitan a atender las indicaciones de la autoridad; las casetas de cobro están bajo resguardo de la Secretaría de la Defensa Nacional, y cada vialidad que aproxime a la montaña está bajo resguardo permanente de la autoridad estatal.

No hay paso. No hay facilidades de acceso. Pero aún hay personas cerca del coloso. Antonio, por ejemplo, ha decidido permanecer en su hogar: La Yerbabuena, en Comala, a menos de 10 kilómetros del cráter. La tarde del sábado oscureció de inmediato cuando los flujos piroclásticos prácticamente engulleron su hogar, llenando cada espacio del núcleo habitado con ceniza.

El fenómeno no lo ahuyentó. Por el contrario: dice sentirse “bendecido” y en comunión con la naturaleza.

Las lluvias que “limpiarán” cientos de toneladas de polvo impactarán en Colima, pero no en Jalisco. La dirección del aire, por el momento, ha enviado todo el polvo a la Entidad vecina.

En Juan Barragán, en Jalisco, por el contrario, sólo se observan casas vacías, llanos verdes y perros y ganado escuálidos esperando por la visita de sus dueños…. o buscando comida desesperadamente a pie de brecha.

Desde las entrañas

La imagen es una camioneta roja con las luces encendidas, sobre una brecha que está a punto de recibir el impacto de una inmensa nube de ceniza. Fue una embestida del volcán. Y Sergio Tapiro logró sortearla el fin de semana, pero antes pudo captar la escena con su cámara y difundirla por el mundo entero.

La fuerza de los “flujos piroclásticos” del coloso son conocidos en cada continente gracias a Facebook. Allí, Tapiro publicó su imagen y más de 14 mil personas la han compartido hasta este miércoles. Hoy, dice, son casi dos millones de vistas las que tiene su imagen.

Sabe que los eventos como el que sobrevivió regularmente no terminan así. Durante sus más de 13 años de experiencia en el retrato de volcanes, ha aprendido que la proximidad con esos fenómenos puede ser fatal. “La nube se supone que es muy caliente y puede alcanzar hasta 800 grados. Si hubiéramos estado más cerca, hubiéramos muerto”.

La proximidad con el volcán es relativa. Se hallaba a 7.5 kilómetros del cráter, y la nube de ceniza que le arrojó piedras del tamaño de canicas a su equipo recorrió los 10. No supo si moriría, sólo se dejó envolver en la oscuridad y esperó a que ésta terminara. “Es como si te metieras en la noche. Tuve que pararme en seco porque vi una nube negra que sobresalía de la nube de lluvia”.

Las piezas que Tapiro ha conseguido de la actividad volcánica han dado la vuelta al planeta. “Es emocionante saber que los textos que recibes están en alemán, japonés, inglés, ruso o francés”.

Viven situación “crítica” en albergues

Bajo la sombra del volcán, niños evacuados intentan divertirse en uno de los dos albergues instalados en Tonila, Jalisco; tratan de sobrellevar con juegos infantiles cotidianos la actividad del coloso.

Allí llegó Francisca Chávez Sánchez, una mujer acostumbrada a ser evacuada de su casa en la localidad de Juan Barragán, a menos de 10 kilómetros del volcán: “Ya estamos acostumbrados a la actividad del Volcán, pero sí hace ruidos fuertes cuando empieza, como truenos de lluvia. Nos dimos cuenta que hacía explosiones por dentro”.

La señora sonríe nerviosa al recordar los brincos que daba su cama cuando se presenta una explosión. Eso la obliga, cada momento necesario, a salir de su vivienda.

Tienen tres comidas diarias y el estado de salud de todos es monitoreado por un médico de la Secretaría de Salud y una enfermera.

El secretario general de Gobierno, Roberto López Lara, informó ayer que de los 170 evacuados originalmente, sólo permanecen 44 en albergues, ya que los demás, en su mayoría, se fueron con familiares a otros poblados. No descartó que otros hayan regresado a sus hogares, pero dijo que la prioridad es que “regresen lo más rápido a sus casas”.

Notificó que se hizo la limpieza de dos kilómetros de la Carretera Zapotitlán de Vadillo a Comala, “que se cubrió hasta de 10 centímetros de ceniza”.

A pesar de la exposición a riesgos, la señora Francisca prefiere regresar a su casa en Juan Barragán para cuidar a los animales domésticos y de corral, pero reconoce que la actividad del volcán es algo que “no lo había hecho desde que lo conozco. La situación es crítica. Posiblemente me vuelva a mudar permanentemente a Ciudad Guzmán o Sayula, para no ser siempre evacuada”.

SE RESISTEN A LA EVACUACIÓN
“No nos vamos a ir”


Antonio Alonso Ocegueda, miembro de la comunidad de La Yerbabuena, rechaza la invitación de evacuar la zona de riesgo. Su vivienda está a 8.2 kilómetros del Volcán El Colima. Antonio y los 30 pobladores de la localidad ubicada en Comala, Colima, se quedaron entre la hierba y árboles cubiertos de ceniza.

Comparte que los trabajadores de la Unidad de Protección Civil le pidieron el pasado sábado que firmara un documento donde los absolvía de cualquier responsabilidad ante la integridad de los habitantes, pero tampoco signó. Hoy, dos patrullas de la Policía de Colima resguardan la entrada a La Yerbabuena.

La resistencia se dio a pesar de que en esa noche una nube grande de ceniza inundó a toda la población, dejando a oscuras cada recoveco de la localidad. No olvida el momento cuando escucho el tremor de una tormenta que se acercaba, y tuvo que resguardar a su familia y a una persona que le arreglaba su línea telefónica en casa: “Todo se oscureció… intentamos tomar fotos de lo bonito que se alcanzaba a mirar”.

Las se cubrieron del polvo fino, gris, pero no se fueron: “Nosotros no necesitamos tapabocas, nuestro cuerpo está adaptado para eso y más”.

El representante de la comunidad comenta que la insistencia para quedarse en su casa nació desde el año 1998, cuando fue evacuado por la actividad del volcán y “no le gustó” la experiencia de estar en un albergue.

Agripina Ramos Sanabria, delegada de Juan Barragán, en Tonila, a menos de 10 kilómetros del volcán, comenta: “Para mí no hay peligro aquí. La ceniza no ha afectado. Abajo hay más peligro”.

Aceptó irse al albergue la noche del sábado, pero ya está harta de estar “abajo” y “subió” a su casa, porque está acostumbrada a la “tranquilidad” del poblado.

La delegada afirma que cuando se va de Juan Barragán tiene más gastos para sobrevivir, al contrario de su casa de “arriba”, donde tiene sus animales, quienes sufren por falta de alimentos y cuidado cuando no está.

“No quiero perder lo poquito que tengo. El Gobierno no va a responder a eso”.

Además, expone que los caminos de evacuación no son los más adecuados porque no ofrecen una salida rápida de la zona.

Suman 84 mil viviendas en riesgo por ceniza

En Jalisco suman 84 mil 790 viviendas en 965 localidades de 21 municipios las que presentan algún grado de riesgo por la dispersión de ceniza o lluvia de material fragmentado que se produce durante las erupciones, en este caso por el Volcán El Colima.

El tamaño de la población que habita estas viviendas asciende a los 337 mil 334 jaliscienses, según un modelo matemático de dispersión de ceniza elaborado por el Instituto de Información Estadística y Geográfica de Jalisco a partir de variables ambientales y meteorológicas.

El análisis dibuja tres fases de riesgo alrededor del coloso de fuego. La que concentra más riesgos es la fase roja y se encuentra a ocho mil metros de distancia del cráter; le sigue la fase media, a 10 mil 500 metros, y la fase de amortiguamiento, a una distancia de 14 mil metros del cráter.

En este perímetro el estudio ubicó a las viviendas en riesgo, pero también a las escuelas y centros de salud. En lo que refiere a los centros educativos, el físico Iván Gómez detalla que son 24 las escuelas de educación básica que están en la zona de riesgo, a 14 mil metros de distancia del volcán.

Mientras que en el mismo perímetro se ubican cuatro centros y casas de salud, dos en la fase media y otros dos en la de amortiguamiento.

El estudio aún no se presenta a la Unidad de Protección Civil del Estado, pero se prevé que se incluya en el Atlas de Riesgo del Municipio de Zapotlán el Grande.

Según el Servicio Geológico Mexicano, en el país existen más de dos mil volcanes, pero el de Colima es el más activo de todos.

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