Jueves, 28 de Noviembre 2024
Jalisco | En tres patadas por Diego Petersen Farah

En la calle otra vez

El juego de poder entre la Universidad y el Gobierno estatal, va más allá de la preocupación por la educación

Por: EL INFORMADOR

Hace casi 20 años Rossana Reguillo escribió En la calle otra vez, una extraordinaria revisión de la vida de los chavos banda en Guadalajara, que abrió la puerta a la investigación sobre jóvenes y cultura urbana en Guadalajara. Hace más de 10 años que la Universidad de Guadalajara no recurría al acarreo de chavos de prepa para pedir presupuesto. Por eso, cuando la Universidad anuncia que sacará a la calle a los preparatorianos para pedir presupuesto, lo primero que se me vino a la cabeza fue el título del libro de Rossana. Regresamos a un punto que parecía superado: tomar la calle como una forma de presión para obtener recursos.

Desde la gubernatura de Alberto Cárdenas, la UdeG no salía a la calle en una manifestación institucional, entiéndase acarreo organizado desde las más altas esferas de la institución. Los acarreados son siempre los mismos, los chavos de prepa, que además de ser decenas de miles, son los únicos a los que todavía se les puede movilizar con “incentivos” como calificaciones, día de asueto, lonche y refresco. Es curioso que los universitarios no salgan a la calle, ni acarreados ni por su voluntad, y que los maestros no estén movilizados en
este proceso.

El Gobierno del Estado y la Universidad se han metido en un juego perverso por el manejo del presupuesto. La Universidad considera que independientemente de sus necesidades, que son infinitas, a ellos les toca una parte proporcional del pastel. Si crece el pastel, ellos tiene por fuerza que comer más. La lógica es de poder, no educación, aunque luego para ello manipulen cifras a su antojo. El Gobierno del Estado sabe que peso soltado a la Universidad no sólo se convierte en compromiso para el próximo año, sino que será utilizado políticamente en su contra. Hay, pues, muy poco o nulo incentivo político para el Gobierno del Estado para asignar más dinero a la Universidad. En este contexto, ambos poderes se han puesto al tú por tú en una guerra de cifras mentirosas. La UdeG publica y repite en spots radiofónicos que son la Universidad más pobre, la que tienen menos presupuesto por alumno a nivel nacional, una mentira que vienen repitiendo desde hace más de 20 años, en la que equiparan alumnos de prepa y de Universidad como si fueran lo mismo. El gobernador no se queda atrás y declara que entrega recursos a la Universidad para que puedan estudiar más jóvenes y lo que hace es entregar dinero etiquetado para la Biblioteca, es decir ese recurso nada tiene que ver con capacidad de atención de alumnos.

Mientras tanto, somos los ciudadanos los que pagamos impuestos, o sea los dueños del dinero, los que tenemos que aguantar a la Universidad en la calle otra vez.

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