En 2030 la ciudad requerirá el doble del agua que aporta Chapala

GUADALAJARA, JALISCO (22/MAR/2011).- En Lomas de La Primavera hay que administrar hasta las idas al baño. Esta semana queda medio balde con agua –reusada, gris, con insectos flotando– para abastecer a las ocho personas que viven en casa de Claudia Berenice; eso implica que los trastes y la ropa no se lavan, nadie se asea ni al estilo vaquero y todos se aguantan las ganas para ir al excusado como máximo una vez al día.

Aún con tanto ahorro, el medio balde no dura ni 24 horas y entonces la joven jefa de familia tiene que buscar agua como se hacía en el Siglo XIX; la diferencia es que hace más de 100 años se podía recoger agua de norias y ríos limpios, y ahora que éstos no existen sólo queda deambular con baldes de plástico para conseguir algunos litros en casas lejanas de algún conocido.

En Zapopan, Tlaquepaque y Tonalá existen 87 colonias donde la población vive sin acceso al agua potable, como la familia de Claudia Berenice, porque el Sistema Intermunicipal de Agua Potable y Alcantarillado ( SIAPA) no tiene dinero para ampliar la red hidráulica, pero principalmente porque no hay nuevas fuentes de abastecimiento.

Además del rezago actual, se estima que en la Zona Metropolitana de Guadalajara (ZMG), en 2030, habrá un millón 400 mil habitantes más que requerirán alrededor de 4.5 metros cúbicos por segundo, es decir, casi lo mismo que ya se le extrae al Lago de Chapala o cuatro veces lo que le cabría al Estadio Jalisco en un día.

El organismo operador tiene un gran reto, pues mientras que uno de los objetivos de Desarrollo del Milenio de la ONU es tener una cobertura total de agua potable y alcantarillado, el recurso cada vez se tiene que obtener de sitios más lejanos. A esto se suma que actualmente los nuevos proyectos de infraestructura para el abasto han generado conflictos sociales (la Presa El Zapotillo y el segundo acueducto Chapala-Guadalajara, por ejemplo).

A pesar de que el suministro comienza a ser un problema, el consumo de los usuarios domésticos del SIAPA se mantiene en un promedio de 280 litros por persona al día. En cambio, en las viviendas irregulares de Lomas de La Primavera –cuando tienen 300 pesos para pagar una pipa– se usan entre 25 y 30 litros por persona al día.

“Después de que le batallas aprendes a cuidar el agua; entiendes que sin agua no hay nada”, piensa Elizabeth –vecina de esta zona–, mientras cocina un huevo estrellado para cada uno de sus hijos, quienes en un balde lavan un plato y un vaso para el desayuno.

Por su parte, Claudia Berenice presume que mientras vivió en una casa donde salía agua del grifo “hasta trapeaba, porque el piso era de cemento… lo que más anhelo es volver a tener agua, porque me siento muy desesperada”, cuenta la mujer rodeada de plantas marchitas de yerbabuena, ruda y mejorana, de sus hijos con la cara chamagosa, un lavabo desbordado por los trastes sucios, botes vacíos y  una casa improvisada con cartones y material.

La semana pasada el SIAPA inició una serie de tandeos en la ciudad con el argumento de que las fuentes de abasto ya no son suficientes para entregar el servicio a todos los usuarios, pues además de que se incrementó el consumo, hay más cuentas domésticas conectadas a la red. Sin embargo, en Guadalajara casi nadie lo sufre, porque la mayoría de la gente tiene tinaco o aljibe.

Lomas de La Primavera es prácticamente uno de los últimos tentáculos de la mancha urbana, de Prolongación Avenida Guadalupe hacia el Bosque La Primavera, y cada vez penetra más en el área natural protegida. Para llegar hay que subir por calles laberínticas y polvorientas, entre un ejército de viviendas “hechizas”. Aquí la gente llega, se instala, levanta un techito, expande la periferia de la ciudad y luego pide al Ayuntamiento y al SIAPA que le lleve los servicios de agua, drenaje y luz.

Ante esta expansión anárquica de los centros urbanos y el crecimiento poblacional, la Comisión Nacional del Agua prevé que en 2030 habrá problemas de disponibilidad de este recurso, especialmente en las cuencas del Valle de México y en la Lerma-Santiago-Pacífico (donde se encuentra la Zona Metropolitana de Guadalajara), por lo que es necesario reducir la demanda en los sistemas de distribución de agua de las grandes urbes.

La proyección

Actualmente el SIAPA tiene poco más de un millón de usuarios domésticos, es decir, abastece a aproximadamente cuatro millones de personas con 9.5 metros cúbicos por segundo que provienen de Chapala, de pozos profundos y de la Presa Calderón.

Para 2030, el Consejo Estatal de Población prevé que la población de la ZMG crecerá a cinco millones 400 mil personas. El organismo operador de agua tendrá que otorgar servicio a un millón 400 mil habitantes más. Si cada uno consume 280 litros al día, entonces se requieren 392 millones de litros diarios, es decir, 4.5 metros cúbicos por segundo.

Esto significa que el SIAPA tiene que conseguir una fuente de abastecimiento de la que se pueda extraer casi lo mismo que actualmente se le saca a Chapala, que equivale a inundar cuatro veces y media el Estadio Jalisco.

*Al Estadio Jalisco le caben 100 mil metros cúbicos o 100 mil tinacos de mil litros.

Incrementar el costo fomenta el ahorro

Urbes aumentan la presión del recurso hídrico

La ciudad de Guadalajara se fundó en el Valle de Atemajac porque la gente podía saciar su sed en los ríos de Atemajac y San Juan de Dios, y en los manantiales de Agua Blanca, San Andrés, San Ramón, Mexicaltzingo y Agua Azul. Con el tiempo los ríos se contaminaron y poco a poco fueron entubados. Actualmente la ciudad se abastece de 200 pozos, del Lago de Chapala (al que no se le puede extraer más de los 12 metros cúbicos por segundo concesionados) y de la Presa Calderón, pero eso ya no es suficiente para el abasto de la ciudad.

Carlos Hernández Solís, gerente técnico del SIAPA, explica que los recursos hídricos cercanos ya se acabaron y “cada vez tenemos que ir más lejos para traer agua; eso implica que pagaremos más energía eléctrica y el servicio será más caro”.

La mayoría de las ciudades en el país se abastecen de agua subterránea porque es más barato extraerla. En la capital jalisciense todos los pozos que se ubican en Atemajac, Toluquilla, San Isidro, Cajititlán y El Arenal están sobreexplotados. Por otro lado, la extracción de agua del Lago de Chapala es restringida debido a los años de sequía que ha vivido.

“Nuestra cultura ancestral sugería que era necesario vivir en zonas altas para estar cerca de los ríos. Vivimos a mil 600 metros sobre el nivel del mar, pero ya nos acabamos lo que nos atrajo a este lugar; ahora tenemos que bajar a zonas cercanas al mar y bombear desde allá hacia las ciudades. Cada vez vamos a sitios más lejanos de la ciudad y el agua será más costosa”, resalta el ingeniero.
La Comisión Nacional del Agua (Conagua) prevé la construcción de un sistema de presas (El Purgatorio, El Salto, El Zapotillo) para abastecer a la ciudad en un futuro, pero si este proyecto no se concreta o el recurso se agota, Guadalajara tendrá que recurrir a ríos más lejanos, como el Juchipila (Zacatecas), que está a 80 kilómetros y desde el cual se tendría que bombear el agua a una altura de 800 metros; o el Huaynamota (Nayarit).

El ingeniero señala que en las ciudades debe reducirse el consumo y eso sucederá únicamente si el precio se incrementa, pues en México no se cobra lo que en otros países: operación y mantenimiento de infraestructura, capital para ampliación y reemplazo para el financiamiento de nueva infraestructura, así como costos ambientales y externalidades económicas.

El panorama a nivel nacional no es alentador, de acuerdo con el documento Estadísticas del Agua en México 2010 (editado por el Gobierno federal), pues en 2030 se reducirá el acceso al recurso hídrico especialmente en la Cuenca del Valle de México y en la Lerma-Santiago-Pacífico, donde vivirá el mayor porcentaje de la población. La sugerencia es que se tiene que apostar por el ahorro y el reuso.

Cronología

Antecedentes de las obras hidráulicas

1606 La ciudad toma agua del Río San Juan de Dios y unos cuantos tienen sus propios pozos.

1731 Comienzan obras del proyecto Buzeta.

1741 El Sistema Buzeta abastece fuentes públicas de las plazas tapatías.

1754 Por primera vez se menciona traer agua del Río Santiago.

1893 Luis C. Curiel ejecuta obras de captación y distribución de agua antes del aprovechamiento del Río Santiago y adquiere los manantiales de Los Colomos, San Rafael, San Andrés y San Ramón.

1910 Se construye el primer pozo de producción abundante en el Agua Azul. En esta fecha, el Río San Juan de Dios ya está entubado.

1953 Se firma un convenio para tomar agua del Río Santiago y se comienzan obras. Crean el organismo “Guadalajara abastecimiento de aguas”.

1956 El presidente Adolfo Ruíz Cortínez inaugura las obras de captación, potabilización y distribución de un metro cúbico por segundo de agua del Río Santiago.

1984 Inicio de obras para el Acueducto Chapala-Guadalajara.

1991 Terminan las últimas grandes obras de abastecimiento: Acueducto Chapala-Guadalajara y  el Sistema del Acueducto Calderón.

1992 Se construye la Presa de El Salto y queda sin aprovecharse.

2010  Cancelación de Arcediano y propuesta del sistema Purgatorio-Zapotillo.

Abasto actual de la ZMG

Presa Elías González Chávez: 1 metro cúbico por segundo.

Lago de Chapala: 5.5 metros cúbicos por segundo, aunque la concesión es de 7.5 metros cúbicos (240 MM3).

200 pozos profundos: 3 metros cúbicos por segundo (26.81%).

Total: 9.5 metros cúbicos por segundo.

Para saber

La cobertura de agua potable en Jalisco  es de 93.5%, y de alcantarillado, 96.8 por ciento.

Se consumen en promedio 265 litros por persona al día, más del doble de lo que sugiere la Organización Mundial de la Salud.

27 estados del país sanean más aguas residuales que Jalisco, donde sólo se trata 24% de las descargas.

Uno de los principales problemas del acceso al agua es que está contaminada.

En 2008, en la Ciudad de México, Guadalajara, Monterrey, Puebla-Tlaxcala y Toluca se concentraba 30.4% de la población, es decir, 32.58 millones de habitantes.

Jalisco se ubica en la Cuenca Lerma-Santiago-Pacífico.