Martes, 26 de Noviembre 2024
Jalisco | Pergeño por Víctor Wario Romo

El sello de Aristóteles

Mientras seguimos al borde de perder más de mil millones de pesos de fondos federales para financiar la Línea 2 del Macrobús, la administración del alcalde ya se destapó con proyectos de obras millonarias

Por: EL INFORMADOR

Víctor Wario Romo.  /

Víctor Wario Romo. /

Hace un mes, en la Comisión de Adquisiciones del Ayuntamiento de Guadalajara, se produjo un “atorón” cuando parecía avanzar viento en popa la compra de miles de computadoras portátiles destinadas a apoyar a estudiantes tapatíos. Filtraciones periodísticas, falta de información y confusiones en las condiciones en que se haría la adquisición, ofertas de proveedores, costos y hasta el color de las llamadas laptop, produjeron una mezcla que no pudo ser esclarecida por el regidor priista Javier Galván. ¡Ah!, y la aparición de un personaje vinculado a los negocios de cómputo, que se habría reunido —según versiones periodísticas— con el entonces alcalde electo, Jorge Aristóteles Sandoval, en septiembre de 2009 en una ciudad estadounidense.

Por ello, el coordinador de los ediles panistas, Jorge Salinas Osornio, le envió una carta a Galván en la que, entre otras cosas, le decía: “Manifiesto mi preocupación en torno a la situación del Padrón de Proveedores (del Ayuntamiento)… Es necesario que, de conformidad con el reglamento (de adquisiciones) se revise a cabalidad la información que proporcionen los proveedores, a fin de garantizar los procedimientos de adquisiciones”.

Enseguida, Salinas ponía más jiribilla a sus cuestionamientos, al decir a Galván: “Más preocupante aún resulta la falta de claridad de los objetivos de las requisiciones y de la coordinación entre dependencias (municipales)… No podemos estar supeditados a la ocurrencia o al ingenio, ya que lo anterior representa que las compras se encuentren desligadas de programas de gobierno y de políticas públicas… en perjuicio de la sociedad tapatía”.

Pero, como si lo hubiera invocado en su carta, el regidor Jorge Salinas destapó el cofre de los proyectos que se perfilan como la impronta que busca dejar en Guadalajara el alcalde Aristóteles, a quien le urge tener dinero en las manos para desparramarlo por aquí y por allá.

Apenas unos días después del desaguisado de las computadoras portátiles (miles de aparatillos con carátula roja, como se viste la nueva camada de los políticos priistas) se anunció que se contrataría un crédito por mil 200 millones de pesos (que luego, todo parece indicar, quedarían en mil 100) para colocar concreto hidráulico a 33 calles y avenidas de Guadalajara, se puso a volar la imaginación y el alcalde viajó a Atlanta para estudiar la importación de un tren de levitación magnética. Y la novedad en el frente: una magna obra en torno a la Glorieta Minerva, con dos túneles vehiculares que le transformará la fisonomía al emblemático rumbo que iniciará en los Arcos que por muchos años fueron la puerta de Guadalajara.

Mientras seguimos al borde de perder más de mil millones de pesos de fondos federales para financiar la Línea 2 del Macrobús, con el pretexto de que no han sido suficientes los proyectos ni las consultas a los ciudadanos, la administración del alcalde Sandoval ya se destapó con proyectos de obras millonarias que se nos imponen como indispensables en su forma, en sus costos, en sus tiempos. El Ayuntamiento se metió a reestructurar la deuda pública municipal para contratar el crédito y ni al regidor Ricardo Sánchez Villarruel se le proporcionó —según su dicho— la información detallada sobre el particular, no obstante que preside la Comisión de Transparencia, Rendición de Cuentas y Combate a la Corrupción.

Asoma el rostro del gobierno aristotélico. ¿Y los ciudadanos? Si gustan, pueden aplaudir.

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