El puente de los pobres

GUADALAJARA, JALISCO (04/ABR/2011).- En pocas cosas se nota tanto la diferencia entre clases como en la obra pública. Basta ver dónde se construyen las grandes obras y a quién están destinadas para darnos cuenta de que las obras tienen, sí, una lógica electoral, pero también de clase social.

En el municipio de Guadalajara, dividido en Oriente y Poniente por la Calzada Independencia, la inversión pública de los últimos 25 años, sea estatal o municipal, se ha concentrado en el Poniente. Lo que se destinó tan sólo para el viaducto de López Mateos y el puente atirantado es mayor que toda la inversión en “el otro lado” en un cuarto de siglo. La inversión más importante que ha recibido el Oriente fue producto de una tragedia: la remodelación de las calles abiertas tras las explosiones del 22 de abril.

En Zapopan es igual. Ahí no hay Oriente y Poniente, pero sí hay zapopanos de primera y de segunda. Basta ver lo que pasa en el Periférico. Los únicos dos puntos en Zapopan donde no se han construido pasos a desnivel o grapas de retorno son en la Avenida Santa Esther, en la colonia Santa Margarita, y en San Juan de Ocotán.

La Avenida Patria presenta el mismo patrón: hay una Patria de los ricos y una Patria de los pobres, con infraestructura absolutamente desigual. De Américas a Vallarta es una, y de Américas a Federalismo es otra totalmente distinta.

El cruce de Santa Esther y Periférico tiene una deuda añeja. Cuando se construyó el paso a desnivel que conecta Acueducto con la zona de Valle Real, los vecinos pidieron que se integrara en el proyecto el entronque con Santa Margarita. Pero el Gobierno municipal de aquel entonces alegó que era imposible cambiar el planteamiento original y que además se requería una inversión adicional para la que no había recursos. Ni siquiera se dejó preparado el terreno para en un futuro conectar Santa Margarita: simplemente se ignoró la petición con la promesa de que vendría después el paso a desnivel en Santa Esther. Casi una década después no hay nada.

Cuando por fin se destinó dinero del Fondo Metropolitano para esa obra, ahora son los políticos los que no se ponen de acuerdo en cómo debe ser la solución. Zapopan plantea que debe ser deprimiendo el Periférico, algo similar a lo que se hizo en el cruce con Calzada Independencia. El Gobierno del Estado propone una solución elevada, mucho más barata y similar a lo que hay en la mayoría de los cruces de Periférico.

Lo ideal, por supuesto, es deprimir el Periférico y reconectar una colonia que quedó partida  por esta vía rápida que es imposible de cruzar a pie. Pero lo peor, bien dicen los vecinos, es esperar a que los políticos se pongan de acuerdo, porque para ellos el puente de los pobres puede esperar tranquilamente 10 años más (cuando se planteó el mismo dilema en Chapalita, lo resolvieron en quince días. Nomás para documentar el optimismo).