El idioma de la gente

Impopulares como son muchos funcionarios públicos (esto es, muy conocidos, pero no gratos a la ciudadanía) es probable que cegados por las prioridades de su agenda personal y decididos a ignorar y combatir las críticas, pierdan de vista la agenda ciudadana. El caso más reciente lo compone la retrasada aprobación de obras que se ejecutarán en el Área Metropolitana de Guadalajara con recursos del Fondo Metropolitano.

Como si de un acto festivo se tratara, ayer los alcaldes salieron de Casa Jalisco aplaudiendo la firma del acuerdo en el que determinaron montos y proyectos para éste y los próximos dos años, hasta que concluya la actual administración en los municipios.

La realidad es que los habitantes de los ocho municipios del Área Metropolitana perdimos casi cuatro meses del presente año para que inicien obras de movilidad urbana, pavimentos, parques e infraestructura hidráulica. Y aún se perderá más tiempo antes de que se hagan los concursos de obra y se comiencen a ejecutar.

Uno de los alcaldes, el de Tlaquepaque, Miguel Castro Reynoso, había urgido varias veces a una más pronta definición del listado de obras. Se cuidó, sin embargo, de señalar que una ridícula competencia entre los alcaldes de Guadalajara y Zapopan retrasó durante semanas una decisión que en otras naciones es tan básica que generalmente no da para polemizar la jerarquización y calendarización de obras de Gobierno.

Probablemente con ánimo bien intencionado, Castro Reynoso adelantó que le sugerirá al gobernador “que este mismo año” convoque a reuniones con los presidentes municipales para que no haya más retrasos en los dos años siguientes... Su declaración arrancaría sonrisas conmovidas, si no se tratara de un procedimiento tan elemental que sólo sugerirlo ya resulta indignante. Prever es lo menos que se puede esperar de las autoridades.

Y luego está el caso de Héctor Vielma. El alcalde de Zapopan, directamente señalado por causar el retraso, se ufanó de haber conseguido más recursos económicos para el municipio. “Muchísimo más de lo que originalmente se le quería dar a Zapopan”. Lo que no entiende es que la demora provocada por su empecinamiento, como repetía un conocido comercial de tarjetas de crédito, “no tiene precio” y lo pagarán tanto los que viven en Zapopan como quienes tienen su domicilio en Tonalá o Guadalajara. Es la misma ciudad.

Vielma, aunque ha oído hablar de ello, olvidó que en español hay problemas para distinguir entre “política” y “políticas públicas”. En inglés, en cambio, se diferencia muy bien policy de politics. La policy se refiere a planes, proyectos, que deben aplicarse según convenga a la gente.

Es muy distinto de politics, la mera actividad política, que obedece a intereses de cúpulas o partidos. Curioso, porque en la página de internet del Gobierno de Zapopan se presume que Vielma domina al 100% inglés y alemán. Pero no habla el idioma de los ciudadanos.