Martes, 26 de Noviembre 2024
Jalisco | Pergeño por Víctor E. Wario Romo

El ejemplo de las adictas

Un retrato breve pero interesante de Josefa Ortiz, está incluido en el volumen de la autoría de la historiadora Celia del Palacio

Por: EL INFORMADOR

Tuve noticias de una señora llamada “Doña Josefa Ortiz de Domínguez” antes de cursar alguna clase de historia de México en la primaria. Me topé con ella en una moneda de cinco centavos y, la verdad sea dicha, su rostro me pareció francamente feo. Aunque esas monedas (según leo ahora en un buscador de internet) se dejaron de acuñar unos años antes de que yo naciera, eran todavía de uso corriente durante los años de mi infancia. Y no era poca cosa traer algunas “josefitas” en el bolsillo para el gasto de un escolapio de clase media.

Aquellos “cincos” de cobre, que se fabricaron en la Casa de Moneda entre 1942 y 1955, fueron las primeras piezas de esa denominación en portar en una de sus caras el rostro de un personaje histórico, nada menos que La Corregidora, esposa de Don Miguel Domínguez (el Corregidor de Querétaro) y protagonista de episodios de la gesta de la Independencia de 1810.

Doña Josefa está presente por estas fechas en que se conmemora el Bicentenario de la Independencia, y gracias al acucioso trabajo de historiadores e historiadoras, ahora conocemos pasajes de su vida que revelan un perfil interesante y valioso que la proyecta como una mujer valerosa, auténtica, tesonera y firme en sus ideas, que supo sobreponerse a dolorosas desventuras y a lacerantes afrentas en su afán de estar en cuerpo y alma dentro del movimiento insurgente.

Un retrato breve pero interesante de esta mujer, está incluido en el volumen de la autoría de la historiadora Celia del Palacio, cuyo título provocador es una sugerente invitación a la lectura y el aprendizaje de facetas poco exploradas de las que llama “Adictas a la insurgencia”.

Comparecen, en un sabroso catálogo de personajes, mujeres como Leona Vicario y la propia Doña Josefa, entre otras que jugaron un papel mucho más decisivo que ser las “acompañantes de”, si bien la importancia de sus actos no ha terminado por ser debidamente valorada en los estudios históricos del movimiento independentista.

En la “Nota preliminar” de este pequeño pero sustancioso libro, la autora aclara que, al ahondar en el estudio de sus personajes (presentadas en historias individuales) “en los momentos donde la documentación se volvió limitada, las vidas de estas mujeres se sostuvieron mediante licencias narrativas, sin alterar ningún hecho significativo ni inventar nada que cambiara el curso de la historia propiamente dicha”.

Celia del Palacio, quien por cierto ya publicó también un libro titulado “Leona”, con la biografía de María de la Soledad Leona Camila Vicario Fernández de San Salvador, ha dicho en entrevista con EL INFORMADOR que “una mujer puede cambiar la historia desde su posición, desde donde quiera que se encuentre”, si bien ha dejado muy claras las diferencias en las biografías de La Corregidora y Leona Vicario, y la manera en que se involucraron con la lucha por la Independencia.

Oportuno y digno de reconocimiento el trabajo de Celia del Palacio, que por supuesto merece ser leído con detenimiento. Y por si le interesa también, una “josefita grande” (porque luego hubo de dimensiones más pequeñas) acuñada en 1942 se cotiza en 550 pesos. Bueno, así andaba antes del Grito del Bicentenario.

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