El efecto Madero

Ni en sus peores pesadillas, Francisco Ramírez Acuña habría imaginado un resultado tan negativo en su  apuesta por la presidencia del Comité Ejecutivo del PAN. Ahora sí que peor imposible: quedó en cuarto lugar de cinco en la primera vuelta con apenas 45 votos (frente a 129 del primer lugar, Gustavo Madero) y lo peor, no tuvo siquiera el apoyo completo del Comité Estatal de Jalisco, pues varios de ellos se fueron con Roberto Gil, el que suponían era el candidato oficial de Calderón.

Del resultado de la elección tenemos dos efectos inmediatos: el primero es un principio de ruptura entre Ramírez Acuña y los ex jóvenes del Comité Estatal. Los choques entre el grupo que encabeza Eduardo Rosales y el del ex gobernador son cada vez más frecuentes. Hay dos maneras de verlo: una es que se acabó la luna de miel; la otra es que a Paco le crecieron los enanos. El ex presidente del PAN, Eduardo Rosales, el actual presidente, Hernán Cortés Berumen y el secretario general de ambos presidentes, Ricardo Rodríguez, han mandado cada vez más señales de distanciamiento del jefe máximo, pues sienten que a estas alturas no necesitan bules para nadar, pero sobre todo, no comparten la visión sobre la candidatura a gobernador. Mientras Paco quiere a Abraham González, los otros prefieren a Hernán Cortés.

Derrotado en el CEN, alejado del primer círculo del presidente, sin un papel claro en la Cámara de Diputados, a Ramírez Acuña sólo le queda regresar a Jalisco y tratar de recuperar lo que ha ido perdiendo en estos años. Como todo ex gobernador en edad de merecer, Paco buscará sin duda la senaduría, pero eso pasa entre otras cosas por pelear para su grupo la candidatura al Gobierno del Estado y la candidatura a la Presidencia Municipal de Guadalajara.

Parte de los efectos inmediatos de la elección de Gustavo Madero será una mayor presencia de Ramírez Acuña en el Estado. La prudencia mediática con la que se ha mantenido desde que salió de gobernador la vamos a ver desvanecerse poco a poco. Desde que se fue a la Secretaría de Gobernación, Paco no ha hablado jamás con la prensa de temas locales. Si salió en medios de acá fue para hacer campaña en 2009 y para promoverse como candidato al CEN en estas últimas semanas. 2011 no será lo mismo: Ramírez Acuña necesita recuperar presencia, sobre todo entre las bases panistas que se sienten, y están, lejos del ex gobernador. Esto quiere decir que lo que viene el próximo año es un grillerío del tamaño del mundo, con un gobernador, González Márquez, preparando su camino a la candidatura presidencial; un ex gobernador, Paco, recuperando territorio y repartiendo codazos por la candidaturas (candidaturas que, a estas alturas del partido, son tan seguras y cómodas como una montura en el lomo de un venado), y unos ex jóvenes del Comité Estatal  peleando a golpe limpio lo que creen que es suyo.

Dios nos agarre confesados, diría el ranchero, o al menos de buen humor para reírnos de una grilla que pinta para insoportable.