El costo de la indecisión

Un lector, Horacio Guerrero López, me mandó un correo con esta reflexión: “El capítulo de vialidad y transporte del Plan de Desarrollo Intermunicipal, escrito en mayo de 2008, dice que, en la Zona Metropolitana de Guadalajara, se hacen nueve millones de viajes al día. Dos millones 772 mil son en transporte público y duran en promedio una hora, pero podrían durar la mitad si no fuera por la ineficiencia del sistema actual de transporte y las condiciones de tráfico. A su vez, otros dos millones 663 mil viajes se hacen en transporte privado, mismos que duran en promedio 40 minutos, de los cuales 20 son desperdiciados. Así tenemos que en conjunto se malgastan 136 millones 420 mil minutos por día, es decir 284 mil 208 jornadas laborales. Si se pagaran en promedio a 165 pesos al día (cinco mil pesos al mes) eso le cuesta a la ciudad 47 millones de pesos diarios. Claro que nadie paga ese dinero, es tiempo que se arrebata a la calidad de vida de las personas, que se le quita a las familias, a los hijos, a los amigos, al deporte, a la lectura, a la cama (aunque sea para dormir)”.

Horacio pone el dedo en la yaga. Ninguno de los políticos que van a tomar la decisión sobre si construir o no la Línea 2 del BRT, ninguno de los activistas que andan amenazando con hacer protestas o parar las obras, se sube al camión o se va a subir al Macrobús. Su cálculo es estrictamente político.

En la tabla comparativa de los sistemas de transporte que publicamos en estas páginas la semana pasada, se midió el tiempo promedio por kilómetro. Lo que un autobús de los actuales tarda en recorrer un kilómetros es 5.54 minutos; el BRT lo hace en 2.38, es decir 2.3 veces más rápido, o menos lento, como se quiera ver. El recorrido de la Línea 2 de Tesistán a la Central Camionera en Tlaquepaque en camión es de casi dos horas; en BRT será de 45 a 50 minutos.

Lo que está a discusión no es cuál es el mejor sistema de transporte del mundo, sino cuál es el adecuado para la densidad y el precio de boleto que tenemos en esta ciudad. Si fuéramos una ciudad más compacta a lo mejor tendría sentido otro tipo de sistema. Si el ingreso per cápita fuera mayor y pudiéramos todos gastar un poco más en transporte, a lo mejor nos podríamos dar el lujo de un sistema más caro pero más cómodo y más rápido. El único sistema que por el mismo precio del boleto nos puede dar el doble de velocidad es el BRT.

Hay 250 mil tapatíos que todos los días usan camiones en la ruta de la Línea 2. Un cuarto de millón de personas que podrían ganar una hora diaria de sus vidas para otra cosa. Esos son los que cargaran los costos de la indecisión de nuestra clase política.