El concilio Vaticano II debe permanecer vivo, señala especialista

GUADALAJARA, JALISCO (11/OCT/2012).-  El cronista de la Arquidiócesis tapatía, Tomás de Híjar Ornelas, comenta que el Vaticano II fue un suceso de gran riqueza para el catolicismo en varios temas, como la liturgia, la doctrina, la práctica pastoral y la disciplina interna.

Considera que el "enfoque de una Iglesia como pueblo de Dios, y no como una pirámide jerárquica", es una gran aportación de este concilio y "es un planteamiento que debe seguir muy vivo en la actualidad".
Admite que el rumbo posconciliar, sobre todo bajo el pontificado de Juan Pablo II, "se tuvo en segundo plano las grandes aportaciones de la doctrina social surgida desde fines del siglo XIX", lo que amerita su replanteamiento para el tiempo presente.       

En su punto de vista, el rito latino (que tiene en su contenido la misa en latín) salió indebidamente debilitado en la práctica litúrgica posconciliar.

El político y maestro universitario, Francisco Morales Aceves, opina que "el movimiento conciliar fue un parteaguas en una institución que amerita aún volver a replantearse para bien de la sociedad, además de la militancia católica. Deberían difundirse los textos del concilio en libros de divulgación que permitan su uso constante".       

De parte del responsable del Centro de Ética del campus Zapopan de la Universidad Panamericana, Manuel Ocampo, el concilio Vaticano II cumplió su objetivo, "en cuanto se cumplió en adaptar el mensaje cristiano al mundo contemporáneo".

Refirió que entre los frutos conciliares se tiene la renovación litúrgica y la exposición de distintos temas doctrinales en el Catecismo de la Iglesia Católica del tiempo de Juan Pablo II.  

También destaca este académico de la UP que el movimiento posconciliar "sí resalta el contenido de la doctrina social de la Iglesia, aunque los grandes poderes del mundo prescindan de los valores de esta doctrina, por lo que sigue como reto que la doctrina permee al mundo en el tema social".      

Ocampo puntualiza que ahora el reto del Sínodo de Obispos en Roma es volver a replantear el mensaje católico para la generación actual.  

A su vez, el investigador de la Universidad de Guadalajara, Jaime Hernández, sostiene que hay retos complejos para darle continuidad al intento de la puesta al día de la Iglesia Católica que se planteó en el concilio.

Puso como ejemplo que debe revisarse su estructura interna, y en esto se tiene que analizar la disciplina clerical en torno al celibato sacerdotal, "dado que los escándalos sexuales de sus ministros" , lo que ha deteriorado severamente la imagen de la institución y con le quita credibilidad.

También señala que la Iglesia Católica como institución tiene que considerar su estatuto jurídico en los diversos países donde se encuentra, de modo que se llegue a situación que si bien le permita desenvolverse con libertad, no le conceda prerrogativas que a la postre demeriten su imagen ante una sociedad que rechaza los privilegios.

En su punto de vista, este investigador considera que el tema del ecumenismo (entendido como diálogo interreligioso), ya no tiene actualmente la fuerza que en el contexto del Vaticano II, lo que amerita retomarse ante unas circunstancias actuales muy distintas a las de hace 50 años.

La teóloga católica, Martina Zumaya (de la orden de Siervas de la Santísima Trinidad), expresa que el Vaticano II aún tiene mucho que aportar en el papel de los laicos y las mujeres al interior del catolicismo.

Argumenta que, sea cual sea el rol jerárquico dentro de la Iglesia Católica, hay un amplio espacio para las mujeres, lo que se refleja en su participación en movimientos pastorales, en los actos litúrgicos y los estudios religiosos, donde cada vez más es creciente la presencia femenina, como ocurre en la sociedad en su conjunto.

Para saber

Los documentos del Vaticano II se concretaron en cuatro Constituciones; tres Declaraciones; nueve Decretos.

EL INFORMADOR / SALVADOR Y MALDONADO