El cardenal llama a las autoridades a evitar casos de esclavismo

GUADALAJARA, JALISCO (16/JUN/2013).- Luego de los hechos que se suscitaron en la localidad de Tolimán sobre 275 jornaleros que fueron rescatados por señales de esclavitud, el cardenal, Francisco Robles Ortega llama a las autoridades para que estas situaciones no se repitan.
 
"La Iglesia no aprueba que el trabajo se desarrolle en condiciones infrahumanas. El trabajo tiene que dignificar la vida de las personas, (ellos) tienen que hacerlo con responsabilidad y ser tratados con dignidad y con justicia, es lamentable que se sigan dando estas situaciones; un llamado a las autoridades y a quien corresponda para que ya no se repita".
 
Robles Ortega recordó que hace 20 años estuvo en el Valle de Autlán y El Grullo donde había personas trabajando en condiciones más precarias.
 
"Eran trabajadores que venían de otros estados para el corte de la caña o para la siembra y cosecha del tomate, era lamentable la situación en la que vivían, yo vi  las imágenes de estos que acaban de salir (los de Tolimán), nada que ver con lo precario que se vivía hace 20 años; la Iglesia les ofrecíamos una atención espiritual en el tiempo y los meses que estaban en Autlán".
 
Sobre el caso de Granier en Tabasco y el de Rodolfo Ocampo en Guadalajara, el Cardenal expresa que, "cualquiera que sea la persona que está en el ejercicio de su autoridad y que hay pruebas de que lo hizo bajo la corrupción tiene que ser sometido a la ley y pagar por su irresponsabilidad".
 
En la misa dominical, la autoridad eclesiástica dirigió su sermón a los temas del pecado y el perdón, pidió que los fieles crean en él, porque las personas que no, viven cegadas ejerciendo sus libertades e instintos.
 
"Muchos de los que conocemos han perdido la conciencia del pecado, ellos dicen que no existe, que es un complejo que tenían los antepasados, dicen que hay que vivir en la libertad bajo lo que los sentidos piden, dicen que el pecado lo inventó la Iglesia para tenerlos sujetos a ella, para ellos no es una realidad y no existe".
 
Explica que el que no reconoce el pecado en su vida, no sólo no puede arrepentirse, también no podrá experimentar el amor del Señor. "El pecado daña a quien lo comete y daña la relación con Dios''.
 
Ya que también es Día del Padre, recordó a los que ya no están en la Tierra y que ya han cumplido su peregrinar y se encuentran en la presencia de Dios, "encomendemos a los que todavía viven, que el Señor les dé la gracia de cumplir a cabalidad su misión de ser reflejo en su familia y para sus hijos de la paternidad de Dios".
 
EL INFORMADOR / ENRIQUE ESPARZA