El 87% de los familiares víctimas de la pederastia se ponen de lado del sacerdote

GUADALAJARA, JALISCO (20/JUN/2012).- De acuerdo a un estudio realizado durante el 2010 por investigadores de sociología de la Universidad de Guadalajara, se pudo comprobar que el 87% de las personas cercanas a una víctima de pederastia prefieren ponerse en el lugar del sacerdote, comentó David Coronado. “Es el crimen perfecto, porque se comente el delito pero no se denuncia ya que se victimiza a la persona agredida, hay una doble victimización”.

El estudio, titulado Experiencias y Cultura de la Pederastia Eclesiástica en el Occidente de México fue construido con entrevistas y encuestas aplicadas en tres estados del occidente de México: Jalisco, Guanajuato y Aguascalientes. Esto nos dio pistas para explicar la pederastia en esos lugares, caracterizados, entre otras cosas, por un catolicismo a ultranza demostrado a lo largo de su historia.

El académico señaló que las creencias dificultan los castigos de los curas pederastas, en la medida que legitiman su pertenencia al ámbito de lo sagrado “imagina, veo que se victimiza a mi hijo y en lugar de creerle prefiero darle el derecho de la duda al sacerdote”; añadió que al no obtener castigo alguno, la conducta es reforzada al más puro estilo “pavloviano”, es decir mientras que la reprobación social que soportan quienes denuncian, provoca mayor cohesión de la comunidad en torno a esas creencias.

“Hay una segregación social de los victimizados. Cuando salimos a campo nos tocó ver, por ejemplo, que un sacerdote de El Batan se sentaba a las niñas en las piernas para confesarlas. Hubo dos niñas, y sólo una le dijo a su madre, la otra ni siquiera eso”.

Otro de los elementos que generan crímenes de pederastia es la causalidad social, lo que implica la cobertura institucional que evita el castigo a los canónigos pederastas, porque la iglesia hace uso de la fuerza de las creencias y logra una fuerte cohesión social para repeler a quienes han denunciado a esos delincuentes.

“Lo casos del padre Maciel fueron solapados por el papa Juan Pablo II, pero no ha habido un castigo; simplemente se ocultan” detalló.

De acuerdo con el texto, que será presentado el noviembre próximo durante un Congreso de la Asociación Latinoamericana de Sociología, que tendrá sede en la Universidad de Guadalajara; La característica principal de la pederastia realizada por sacerdotes, implica la manipulación de la confianza que, a través de la fe, ha logrado en la comunidad y en la familia.

“La fe es tomada como un punto de partida, y además se le considera como una premisa que no es discutible y que tiene pretensiones sagradas y universales, por lo que al ser manipulada esa fuerza psíquica por el pederasta, logra montarse en medio del plexo de referencias que los sujetos utilizan en la realización de todo tipo de tareas y aspiraciones cotidianas propias de su espacio vivencial, es decir los lugares de sus intimidades” concluye el texto.

EL INFORMADOR / OMAR GARCÍA